Los gestores forestales reconocen el valor que tienen los pronósticos climáticos para la planificación de actividades. La Mesopotamia Argentina sufre periódicamente el impacto de los años “Niño” o “Niña”, y la predicción climática contribuye a la organización de actividades silvícolas y de cosecha más eficientes, sostiene el ingeniero forestal Fernando Dalla Tea (*)
ENTRE RÍOS (Febrero de 2020).- En los últimos años, los gestores del sector forestal reconocen cada vez más el valor que tienen los pronósticos climáticos para la planificación de actividades. La región mesopotámica suele sufrir en gran medida el impacto de los años Niño o Niña, con inundaciones o sequías que tienen fuerte impacto económico y social.
En años Niño, la programación de la cosecha forestal requiere una selección muy cuidada de los rodales a cosechar, con caminería bien preparada y maquinaria con equipamientos especiales (duales, band track, cadenas, etc). Asimismo, un relacionamiento fluído con los organismos públicos encargados del mantenimiento de caminería rural redundará en una mayor eficiencia de uso de la misma. En cuanto a los planes silvícolas, se requiere especial atención con las “ventanas” disponibles para preparación de suelo, una cama alta de plantación, cuidados extras para el control de malezas y si es factible, construcción de algunos drenajes temporarios para evitar los largos encharcamientos que afectan especialmente al eucalipto en sus primeros años.
En años Niña como el que estaba previsto para este verano 2020-2021, es importante poder terminar la plantación lo más temprano posible para recibir alguna lluvia, considerando también que el agregado de gel en la plantación y la aplicación de riegos ayudan a mejorar la supervivencia inicial de los plantines.
Pero indudablemente que en años secos, el mayor foco de preocupación debe estar en reforzar la prevención de incendios y los equipos de combate.
Las condiciones preexistentes al megaincendio del noreste de Corrientes ocurrido en noviembre deben generar alertas especiales en todas las empresas como para estar mejor preparados y poder reducir las consecuencias de un siniestro.
Respecto a los pronósticos y lo ocurrido hasta la fecha en la región, es de destacar el consenso generalizado de que íbamos a tener una Niña con una sequía generalizada. Y es cierto que se produjo en las tres provincias mesopotámicas, una sequía histórica con impresionante bajante de los ríos Paraná y Uruguay afectando los fletes fluviales de exportación, generando incendios que motivaron fuertes discusiones políticas y la promulgación de una nueva ley de incendios y también declaraciones de zonas de emergencia en algunas provincias.
A partir de la última semana de Noviembre, cambió drásticamente la situación y se iniciaron intensas lluvias en la cuenca con registros acumulados a la fecha cercanos a los 800 mm en norte de Corrientes y Misiones y valores de 400 a 500 mm en Entre Ríos y sur de Corrientes.
Los ríos lentamente van recuperando su nivel, los suelos muestran en varios sectores, excesos de humedad muy marcados y la caminería se ha visto deteriorada significativamente.
Para el agro y el sector forestal, las lluvias en general están asociadas a mayor productividad y siempre serán más bienvenidas que la sequía. Para todo el campo, una mayor certidumbre de los pronósticos a mediano plazo seguramente ayudará a la planificación y por consiguiente, al resultado de los negocios.
(*) Por Fernando Dalla Tea
Ingeniero Forestal. Gerente de Operaciones de Masisa Forestal Argentina