Presentaron en Posadas los lineamientos del nuevo sistema, como herramienta para dar visibilidad al desarrollo sostenible en zonas con operaciones forestales certificadas bajo estándares del FSC (Forest Stewardship Council). En el país hay 10 empresas certificadas en gestión forestal responsable, abarcando más de 470 mil hectáreas. El 80% se encuentra en la región de Misiones y Corrientes. Los datos fueron dados a conocer por directivos de la Oficina Nacional del FSC Argentina a las partes interesadas de la región, en un encuentro técnico realizado el jueves.
Por Patricia Escobar
MISIONES (26/4/2019).- El Forest Stewardship Council (FSC, por su siglas en inglés) es el Consejo de Administración Forestal –con sede en Alemania-, organización internacional reconocida por la «etiqueta verde” que relaciona al consumidor con el cuidado del ambiente, a través de un manejo responsable de los bosques.
Definen al sistema de «gestión transparente y participativo». Establece principios y criterios para el aprovechamiento de los bosques con metas ambientales, económicas y sociales a cumplir que garantizarían a través de procedimientos, indicadores y verificadores, el bienestar de “todos y para siempre” con el cuidado de los bosques y operaciones con impactos positivos para la sociedad en general.
La deforestación y la degradación de los bosques son las principales causas de las emisiones de carbono, la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los medios de vida de los pueblos que dependen de los bosques. Sin embargo, los bosques gestionados de manera responsable tienen el potencial de absorber aproximadamente una décima parte de las emisiones de carbono globales proyectadas para la primera mitad de este siglo, sostienen desde la FAO.
Los indicadores de gestión sostenible de la certificación FSC en la actualidad se complementan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas (ONU) en los números 1, 5, 8, 12,13,15,16, principalmente (Pobreza Cero; Conservación, Restauración y Uso Sostenible de Ecosistemas Terrestres;Trabajo Digno y Crecimiento Económico, Pueblos Originarios, Ambiente Sano, Igualdad de Género, en entre otros).
Desde su creación, este proceso en todo el mundo enfrenta desafíos, pero también se avanza en un proceso de mejora continua del sistema por medio de la discusión y participación de los países miembros en el Consejo Directivo del FSC Internacional. «Hoy el país tiene representación nacional en el FSC Internacional. Un grupo de profesionales, empresas forestales y sus asociaciones gremiales, como también con la participación de organizaciones ambientales (FVSA, ProYungas, Hábitad y Desarrollo, CEIBA, entre otras) y civiles, con quienes logramos constituir la Oficina Nacional de FSC Argentina hace un año, a través de la creación de la Asociación Civil Consejo de Manejo Responsable de Bosques», explicaron durante el encuentro del jueves que se llevó a cabo en la sede de APICOFOM, en Posadas.
En la actualidad, la institución preside la ingeniera forestal Paula Montenegro, en tanto, la dirección de la Oficina Nacional está a cargo del ingeniero forestal Esteban Carabelli, ambos presentes el jueves en la jornada técnica que organizaron para exponer ante las partes interesadas de la región de Misiones y Corrientes los beneficios de certificar bajo los estándares del FSC en el mercado actual y las últimas novedades del sistema.
Del programa de charlas también participó la especialista de Colombia Yadid Ordoñez, de la Unidad de Desempeño y Estándares del FSC Internacional para Latinoamérica, quien analizó el escenario actual para que empresas forestales y pequeños productores de la región puedan adaptarse a los estándares de certificación de Manejo Forestal Sustentable FSC.
La especialista visitó la provincia de Misiones en 2015, y desde entonces se lograron algunos avances del sistema de certificación internacional en el país que permitieron a la fecha dar un salto en la adaptación de los estándares.
Entre los temas tratados, abordaron también la transformación de los productos del bosque y los requisitos para la certificación de la “cadena de custodia” y madera controlada, dos alternativas de certificación para la industria que permite el sistema.
Según detalló Esteban Carabelli, en la actualidad son 10 las empresas forestales medianas y grandes en la Argentina que en forma voluntaria adoptaron los estándares del sistema internacional, con un total de 466.336 hectáreas de áreas forestales bajo la certificación de FSC. “Hay 170 mil hectáreas de áreas de conservación, y las otras 300 mil hectáreas de uso intensivo de plantaciones forestales (pino, eucalipto, salicáceas)», precisó.
De Misiones, obtuvieron el certificado FSC las empresas: Arauco SA y Lipsia SA; en Corrientes están certificadas Las Marías, Grupo Tapebicuá, Empresas Verdes Argentina SA, Enrique Zeni y Cía, Novartis, Grupo Pomera, Fideicomiso Financiero Forestal y Forestal Argentina, con plantaciones también en Entre Ríos. Además, Arauco en el Delta tiene certificación FSC en sus operaciones forestales. En tanto, en abril de este año se otorgó el último certificado a la empresa Curupaya SA.
El cuidado del planeta es una prioridad en la agenda global, la búsqueda de la sustentabilidad y la toma de conciencia de la ciudadanía en general, marca la primera responsabilidad en el desafío de gestión sustentable sobre los propietarios de bosques para adoptar medidas frente a un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, pero estos serían sólo una parte de la cadena, la temática engloba a una acción colectiva y una consecuente cadena de responsabilidades para lograr la meta de manejo forestal sustentable, tanto de bosques nativos como implantados (bosques cultivados o plantaciones forestales).
Por otra parte, una de las novedades que presentaron como oportunidad para la región desde la Oficina Nacional del FSC fue que “desde agosto de 2018 también propietarios que certifiquen MFS podrán, en un segunda instancia, certificar los “Servicios Ecosistémicos de los Bosques”, que plantea cinco lineamientos hacia el desarrollo sostenible. Era una demanda pendiente desde hace tiempo”, explicó Carabelli. «Este nuevo procedimiento facilitará herramientas para verificar y obtener el valor de los impactos positivos en los servicios ecosistémicos de un área determinada», agregó.
¿Cuál sería el beneficio o la oportunidad? Posicionar a Misiones, y toda la región del NEA, bajo una marca de “sostenibilidad”, para ser reconocida en el mundo en Sudamérica en gestión forestales responsable y turismo sostenible, por ejemplo, con una mejor oferta “verde” con bosques certificados por FSC.
Sería una alternativa para atraer aún más visitantes conscientes del destino natural que eligen y con empresas propietarias de bosques bajo el sistema internacional, al que podrían sumar la declaración de Servicios Ecosistémicos de los Bosques Nativos de FSC. «Es una oportunidad para los Estados locales y propietarios de reservas privadas, refugios naturales o áreas naturales protegidas de alto valor de conservación de la selva paranaense que adopten de manera voluntaria los estándares y certifiquen su compromiso a través de la organización de combatir el dióxido de carbono y otros contaminantes para mitigar los efectos extremos del cambio climático, entre otros lineamientos relacionados a la promoción de actividades recreativas, conservación de la biodiversidad, como también del cuidado del suelo y de las cuencas hídricas», sostuvo Carabelli en la entrevista con ArgentinaForestal.com.
La evolución del manejo forestal FSC
En el mundo, en la actualidad existen 195.215.454 hectáreas de áreas certificadas en 84 países; 13.446.469 hectáreas de áreas certificadas en 28 países de Latinoamérica; y en la Argentina se registran 466.336 hectáreas de áreas certificadas en 10 empresas forestales medianas y grandes: Arauco SA en Misiones (UMF1) con 187.700 has; Arauco SA en el Delta con 29.700 has, Curupaya SA (1.250) es la última que certificó este año, Enrique Zeni con 21.400 has, Establecimiento Las Marías con 14.500 has, Novartis con 3.300 has, Grupo Tapebicua con 12.900 has, Lipsia con 5000 has, Empresa Verdes Argentina SA con 88.000 has, Forestal Argentina SA con 56.400 has en Corrientes y Entre Ríos, Grupo Pomera con 40.100 has y Fideicomiso Financiero Forestal con 16.100 has. “El subtotal de manejo forestal alcanza a 470.350 hectáreas. Arauco Argentina tiene además bajo el sistema de madera controlada en Misiones (UMF 2) unas 44.100 has”, aclaró el directivo de FSC Argentina.
El sistema de FSC tiene 116 certificados de cadena de custodia otorgados en el país, mientras que en total en América Latina hay 1.528 COC en 24 países de Latinoamérica. En el mundo, se extendieron 36.633 COC de FSC, en 123 países.
En la Argentina, las empresas Lipsia, Tapebicuá y Establecimiento Las Marías fueron las primeras en certificar, ya desde el año 2001. Y se mantienen en la actualidad bajo el sistema de MFS de FSC re-certificando y pasando el proceso de auditorías constante, por lo que tienen incorporado en el “ADN” la gestión sostenible del negocio.
La búsqueda de lograr la perpetuidad de los bosques para “todos” en el mundo hace que un sello internacional como el FSC mantenga su marca como emblema de compromiso ambiental, con principios y criterios que elevan a los máximos estándares de sustentabilidad, prepararon el camino para que gestores de los recursos naturales adopten medidas para mitigar efectos del camino climático sobre el planeta.
Verificación de “impactos positivos” bajo 5 lineamientos
Desde agosto de 2018 están vigente los nuevos procedimientos de verificación de los servicios ecosistémicos del FSC, que miden el secuestro y almacenamiento de carbono de los bosques; conservación de la biodiversidad; servicios de cuencas hidrográficas; Conservacion del suelo; y servicios recreativos. El procedimiento también ofrece a las empresas y los gobiernos una nueva herramienta para demostrar y comunicar el impacto que sus compras, inversiones y apoyo financiero que están teniendo en la conservación y restauración de los servicios de los ecosistemas forestales. Desde la Oficina Nacional del FSC proponen trabajar con gobiernos y socios del sector privado para probar los modelos de negocios más prometedores que permitan ofrecer altos beneficios con la nueva herramienta del sistema de certificación internacional.
Entre algunas de las posibilidades se incluye:
a)Inversión del sector privado, en la que el FSC buscará asociarse con las principales marcas globales para invertir en impactos positivos sobre el agua, el carbono y la biodiversidad en los bosques de donde obtienen sus materias primas;
b) patrocinio financiero, ya que el nuevo procedimiento permitirá que una tercera parte promueva los impactos positivos de los servicios de los ecosistemas verificados y que utilicen las marcas registradas FSC para promover su patrocinio;
c) confirmar las contribuciones a la lucha contra el cambio climático. Por medio del mecanismo, se podrá verificar los impactos positivos en los beneficios del carbono y del no carbono de la reducción de la deforestación y la degradación de los bosques.
De esta forma, los servicios ecosistémicos del bosque podrán certificarse con FSC, bajo los lineamientos expuestos.
En la entrevista con el director de la Oficina Nacional FSC, Esteban Carabelli, sostuvo que: “Este mecanismo ya empezó a gestionarse en el mundo en los últimos meses, el primer país en obtener este certificado fue Italia, seguido por Brasil», indicó.
Respecto al sistema, agregó que “se está avanzando en los últimos meses en el diálogo en casos de prácticas de restauración y de puesta en valor de los servicios ambientales que puede existir en un determinado sitio, no importa la extensión del área, para poder certificar. Todo dependerá del proyecto a estudiar para la verificación de sus impactos positivos, la idea es estudiar los casos de quienes conservan bosques nativos y brinden estos servicios ecosistémicos para dar visibilidad al aporte ambiental que realizan en la región”.
En ese contexto, el directivo mencionó que el nuevo mecanismo que promueve FSC tiene por objetivo certificar estos servicios que se obtienen a partir de la conservación de los bosques, como un incentivo a los propietarios. “Este sistema medirá los impactos positivos ambientales de un área, que deberán responder a estos cinco lineamientos de valor de conservación”, remarcó.
Las experiencias hasta el momento eran complejas de alcanzar. “Los mecanismos disponibles para medir las toneladas de carbono, por ejemplo, son costosos y difíciles de implementar en general. Fueron pocos los casos que han logrado una aplicación concreta. Con esta nueva propuesta, el FSC lo que busca es reconocer los servicios ecosistémicos del bosque en la conservación de los suelos, la biodiversidad, las cuencas hidrográficas, la promoción en actividades de recreación (ej: ecoturismo), y el rol de los bosques con la fijación del carbono (captura de carbono) y mitigación al cambio climático”, detalló el directivo.
En este sentido, consideró que se presenta como una oportunidad de obtener la etiqueta verde de posicionamiento global, para los propietarios forestales, como también de bosques nativos, reservas privadas o refugios de naturaleza. “Esta es una propuesta concreta, ya que el sistema mide el impacto positivo, y por medio del certificado FSC se otorga una declaración que reconoce este valor ambiental de los servicios ecosistémicos del área, con metas y objetivos a largo plazo para el productor, pero también comunica a la sociedad cuales serán los compromisos y sus acciones. Todo esto será verificado por el auditor (si habita una especie de flora o fauna de manera única, un habitad con un ecosistema particular, una cuenca hídrica de importancia para la comunidad, etcétera), ya que todo deber ser evaluado. En la medida que el propietario pase el proceso de certificación, se expande en la comunicación a nivel global”, manifestó el directivo de FSC Argentina.
Pero llevar adelante este proceso tiene un costo económico, muchas veces difícil de enfrentar para un pequeño o mediano propietario de bosques nativos que se interese por solicitar verificar sus impactos positivos bajo los estándares del sello internacional. Sobre este aspecto, Carabelli explicó que «debe entenderse que será indispensable para lograr esta declaración que este propietario obtenga el certificado el Manejo Forestal Responsable de FSC, como primera norma. Este paso lo habilitaría para obtener la segunda norma, que sería la de los servicios ecosistémicos del bosque. Hay que pensarlo en bloque”, aclaró el directivo.
En el caso de una reserva natural o emprendimiento de recreación (ecoturismo), señaló que “siempre hay que pensar cuál sería el beneficio de certificar para el propietario o emprensa, ya que la auditoria tiene un costo. Una reserva privada, que incorpore en sus actividades el aprovechamiento no maderable o el ecoturismo, por ejemplo, podría ser de interés adoptar en forma voluntaria el certificado FSC. Otra posibilidad que se da en el mundo es la participación de una tercera parte interesada en promover “impactos positivos”. El propietario pequeño puede buscar apoyo de un inversor, un sponsor o una compañía que, a través de su compromiso con los bosques, sin ser dueño de los bosques pueda financiar el proceso para que el emprendimiento certifique FSC por generar con la restauración del sitio, mitigación de cambio climático o conservación de la biodiversidad. Por medio de este apoyo económico de un tercero, podría ser que obtenga la declaración de su compromiso ambiental. Hay empresas de transporte, telefonía, grandes cadenas o inversores que hoy están promoviendo estas iniciativas. Por medio del diálogo se puede acercar a las partes interesadas», dijo Carabelli. «Ya empiezan a haber negocios concretos con estas alianzas”, concluyó el profesional
Finalmente, por iniciativa del gobierno de Misiones, adelantaron que se estudia un programa para propietarios y pequeños productores forestales agrupados bajo los estándares del FSC, para promover desde la provincia a las grandes cadenas del mercado nacional y fabricas exportadoras de muebles o productos certificados que demandan materia prima de bosques certificados bajo el MFS de FSC , lo que se presenta como una nueva oportunidad de posicionar como “región sustentable” a la provincia a nivel mundial, alineada a los ODS de Naciones Unidas.