Rafael Rubilar , Rosa Alzamora y Juan Pedro Elissetche, investigadores de la Facultad de Ciencias Forestales, de la Universidad de Concepción (Chile), del Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (CENAMAD), y de la Pontificia Universidad Católica de Santiago (Chile), comparten una breve publicación que apunta a proponer algunas estrategias y opciones silviculturales orientadas a mantener la productividad forestal y reducir riesgos en escenarios de cambio climático en plantaciones manejadas intensivamente.
Rafael Rubilar , Rosa Alzamora y Juan Pedro Elissetche.
CHILE (Junio 2022).- En Latinoamérica, al igual que en otras partes del mundo, y donde por diversas razones el ser humano ha abandonado la tierra por deterioro, sobre uso, o carencia de oportunidades productivas alternativas; el secuestro de carbono por parte de los bosques plantados es una enorme contribución a la mitigación del cambio climático.
Las plantaciones forestales, y más aún las de rápido crecimiento, han aportado de manera significativa, no sólo en la remoción de carbono de la atmósfera, sino que además a reducir procesos de erosión y degradación de la tierra y al mismo tiempo convertirse en opciones de desarrollo económico a través de la producción de biomasa o madera.
Si bien este es un punto de vista no necesariamente compartido por la visión conservacionista, donde se considera que la restauración de bosques naturales permitiría mayores beneficios ecosistémicos que el establecimiento de plantaciones forestales, existen dudas respecto a que los ecosistemas evaluados tengan la real posibilidad de restauración esperada y permitan detener, en tiempos comparables a los de las plantaciones, procesos de erosión y degradación a la escala en que dichos procesos han afectado la tierra.
Sin embargo, existe incertidumbre respecto a los efectos del cambio climático en la capacidad productiva y secuestro de carbono de bosques plantados con manejo intensivo y también de bosques naturales.
En Latinoamérica, las principales incertezas se han generado por la alta mortalidad observada en bosques naturales debido a la reducción de precipitaciones observadas no solo en climas mediterráneos, sino que también en ambientes semitropicales secos. Reportes de varias empresas forestales en la última década respecto al éxito de reforestaciones han evidenciado severos riesgos, inclusive en sitios sin problemas hídricos (evapotranspiración potencial<1.5 x precipitación), dada la alta variabilidad de las precipitaciones y extensión de períodos secos.
Frente a este escenario emerge la pregunta de cuáles pueden ser las estrategias para mitigar estos impactos para la industria forestal y los riesgos de sostener altas tasas de secuestro de carbono en plantaciones forestales.
Esta breve publicación apunta a proponer algunas estrategias y opciones silviculturales orientadas a mantener la productividad forestal y reducir riesgos en escenarios de cambio climático en plantaciones manejadas intensivamente.
Selección de especies, genotipos, híbridos y manipulación de plantas
La selección adecuada del material genético (especie/genotipo) a establecer en un determinado sitio debe considerar prioritariamente su sensibilidad a nuevas temperaturas extremas, en particular en etapas tempranas de desarrollo.
Opciones de selección, a nivel clonal, son usualmente limitadas o desconocidas para pequeños y medianos propietarios, e inclusive se observa que, para programas de mejora genética de la industria forestal, aún no se han desarrollado estrategias para la evaluación de la resistencia o tolerancia temprana de especies y/o genotipos.
Por su parte, opciones de manejo vía acondicionamiento a nivel de vivero, conocidas como endurecimiento de la planta, pueden permitir importantes beneficios al reducir los riesgos a cambios severos de temperatura y a condiciones prolongadas de sequía post-establecimiento.
Los riesgos posteriores, asociados a mortalidad de plantas en etapas juveniles por efecto de sequía, deben al mismo tiempo considerar la carga del sitio en condiciones de riesgo, es decir, cuantas plantas puedo mantener con la cantidad de agua disponible que un sitio puede proveer en un escenario adverso.
Si bien rara vez se realiza esta evaluación en el marco del establecimiento de plantaciones, debería ser utilizada como punto de referencia para comparar sitios y evaluar el riesgo de pérdida de plantación, o para proyectar posibles caídas de productividad.
Ilustración 1.- Prueba de tolerancia y resistencia de clones de Eucaliptus mediterráneos a la sequía en etapas tempranas de desarrollo en un experimento que considera remoción de riego, respuestas en supervivencia, crecimiento temprano y respuesta en variables fisiológicas.
Densidad inicial y diseño de plantaciones
El establecimiento de plantaciones forestales tradicionalmente se ha hecho a alta densidad respecto al stocking final.. Esta decisión se basa en opciones de manejo que consideran la calidad del fuste asociada a una mejor rectitud y menores diámetros de ramas.
Sin embargo, opciones para el manejo de bosques con menores densidades de inicio de plantación, o reducciones tempranas del stocking, pueden combinarse con diseños de plantación que permitan obtener similares beneficios de calidad de fuste, pero que simultáneamente procure una reducción de los riesgos frente a condiciones de estrés hídrico severo que conlleven altas tasas de mortalidad de plantas y pérdida absoluta y relativa de su productividad.
Opciones de diseño de plantación con menor número de árboles y que permitan mayor flujo hídrico y recarga de los suelos y acuíferos, junto con reducir tasas de intercepción, particularmente en bosques de coníferas, pueden permitir aumentar la disponibilidad de agua del sitio, generar menos impacto en los recursos hídricos a nivel de cuenca y balancear objetivos de mantención de la productividad forestal junto con requerimientos de sostenibilidad.
Apoyo nutricional
Condiciones de menor disponibilidad nutricional en escenarios de cambio climático han sido proyectadas recientemente por varias investigaciones a nivel mundial. Estas limitaciones, si bien son dependientes de las condiciones nutricionales del suelo donde son establecidas nuevas plantaciones, y afectan a todos los nutrientes requeridos por la plantación, son particularmente sensibles para nutrientes que dependen en mayor proporción de la disponibilidad de agua en el suelo, para asegurar su absorción por la planta.
De manera similar, limitaciones de nutrientes que afectan prioritariamente la formación y desarrollo del sistema radicular, pueden reducir las posibilidades de supervivencia y crecimiento inicial. Fertilizaciones preventivas, principalmente de boro y fósforo al establecimiento, y productivas de nitrógeno, fósforo, potasio y boro en etapas juveniles o intermedias de desarrollo, pueden ayudar a mitigar efectos adversos en escenarios de menor disponibilidad hídrica.
Asegurar la fertilidad en etapas tempranas y juveniles de un bosque puede reducir riesgos y sostener la productividad de los bosques.
Manejo de competencia
El manejo de competencia es la estrategia silvícola de mayor importancia a la hora de reducir posibles pérdidas de productividad frente a escenarios de cambio climático, principalmente dado el alto impacto de las malezas en la supervivencia y crecimiento de la plantación.
La incidencia negativa de las malezas es inversamente proporcional a la disponibilidad de agua de un sitio, y los mayores beneficios o reducciones de riesgo frente a eventos de cambio climático asociados a sequias, en sitios con limitaciones de agua, serán observados en plantaciones que aseguren un control efectivo de la vegetación competidora.
De igual manera, oscilaciones térmicas, que facilitan heladas violentas que no dan posibilidad de aclimatación progresiva de la planta, pueden ser reducidas manteniendo condiciones libres de competencia por malezas al mejorar la cantidad de energía solar y térmica retenida en el suelo y en las cercanías de la planta en etapas tempranas de desarrollo.
Ilustración 2.- Impacto de la silvicultura temprana en la supervivencia y crecimiento de Pinus radiata en el valle centro sur de Chile en sitios afectados por sequía prolongada. Áreas sin árboles en la imagen corresponden a tratamientos carentes de apropiada silvicultura al establecimiento (2 primeros años) causando mortalidad y severas pérdidas en productividad y captura de carbono.
Sistemas de información de apoyo
Sistemas de información que permitan pronosticar la incidencia de eventos climáticos extremos y estacionales, integrados con información de suelos, serán altamente requeridos en nuevos escenarios de cambio climático. Información de suelos, redes de estaciones meteorológicas deben ser mejorados, junto con monitoreo de información satelital, para el desarrollo de sistemas de riesgo en el establecimiento y desarrollo de proyectos de plantaciones forestales.
Estos sistemas debieran ser desarrollados por organismos públicos de manera tal que permitan apoyar decisiones de propietarios e inversionistas forestales respecto a selección de especies y estrategias silviculturales tempranas e intermedias en el desarrollo de plantaciones, de manera de minimizar riesgos productivos.
El actual debate sobre el uso de agua de plantaciones es de alta sensibilidad para la sociedad; sin duda su importancia es de mayor magnitud en regiones de clima mediterráneo o con estación seca prolongada. Sin embargo, es relevante mencionar que varias de las estrategias propuestas para el desarrollo de una silvicultura que se adapte al cambio climático, tales como: selección de genotipos, reducción de densidad y diseño de la plantación, pueden permitir mitigar posibles efectos en los caudales de cuencas de alta sensibilidad.
Estas estrategias podrán ser efectivamente implementadas en la medida que se cuente con sistemas de información de apoyo que integren necesidades sociales y ambientales.
Consideraciones finales
Sin duda existen estrategias adicionales importantes de considerar respecto a los riesgos asociados a los cambios que impondrá el cambio climático en las próximas décadas. Las estrategias consideradas previamente se han enfocado sobre los riesgos de tipo abiótico, es decir factores del ambiente (suelo y clima).
Sin embargo, es esperable que riesgos bióticos, asociados a plagas y enfermedades, sean de igual o mayor magnitud y produzcan riesgos aún más difíciles de predecir, proyectar y controlar.
Sin duda los sistemas de apoyo de decisión deben también considerar riesgos bióticos, y el nivel de conocimiento y comprensión de las dinámicas poblaciones de plagas y enfermedades será también determinante en la sustentabilidad de plantaciones forestales futuras frente al avance del cambio climático.
Los autores: Rafael Rubilar (1,3) , Rosa Alzamora (2,3) y Juan Pedro Elissetche (2,3)
1 .Cooperativa de Productividad Forestal, Departamento de Silvicultura, Fac. Ciencias Forestales, Universidad de Concepción, Concepción, Chile.
2. Departamento de Manejo de Bosques y Medioambiente, Fac. Ciencias Forestales, Universidad de Concepción, Concepción, Chile.
3. Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (CENAMAD), Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile.
Este artículo forma parte del espacio mensual de la REDFOR.ar, en ArgentinaForestal.com, que busca divulgar y generar debate sobre la problemática forestal del país. Las opiniones pertenecen a los autores.