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Desarrollo sostenible | Definieron prioridades para avanzar en la agenda regional de acción por el agua de América Latina y El Caribe

Los países de la región aprobaron el documento que permitirá garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento, con énfasis en más inversión en la Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH). La agenda es resultado del tercer  encuentro de los “Diálogos Regionales del Agua 2023”, organizado del 1 al 3 de febrero en la sede de la CEPAL, en Santiago de Chile.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

Fuente: CEPAL 

Panel sobre «Lluvias de soluciones»

 

CHILE (6/2/2023).- Representantes de los países de América Latina y el Caribe aprobaron la Agenda Regional de Acción por el Agua que rescata las áreas de priorización y esfuerzos necesarios para acelerar el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos) y que permitirá a la región llegar con una sola voz a la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas 2023  , que tendrá lugar en marzo en Nueva York.

La Agenda Regional es el resultado principal de la tercera edición de los Diálogos Regionales del Agua 2023, que fue organizada del 1 al 3 de febrero por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) junto con 10 organismos multilaterales, instituciones especializadas en agua y el Gobierno de los Países Bajos, y que se celebró en su sede principal en Santiago de Chile.

El encuentro fue clausurado por José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, quien destacó la elaboración y aprobación de la Agenda Regional de Acción por el Agua, que servirá de aporte para presentar al evento más importante sobre agua de los últimos 50 años a realizarse en New York en marzo, y un momento histórico para avanzar hacia una transición en la gestión hídrica.

“Hemos cumplido con creces el objetivo de este Diálogo Regional del Agua, al hacer no solamente un análisis profundo de los desafíos y avances del ODS 6, pasando revista a soluciones innovadoras. Además, hemos logrado compromisos adquiridos de acciones y políticas para acelerar su logro en América Latina y el Caribe, avanzando con fuerza hacia un norte compartido: una transición hídrica sostenible e inclusiva”, destacó el funcionario de la  ONU.

Salazar-Xirinachs valoró los logros e innovaciones que fortalecen una gobernanza adecuada del agua de los países de la región para avanzar hacia una gestión más sostenible.

Sin embargo, también en su mensaje de cierre, advirtió que los países enfrentan aún numerosos retos: la autoridad nacional del agua precisa aumentar su rango jerárquico y los gobiernos necesitan reforzar progresivamente sus instituciones, eliminar las lagunas existentes y facilitar la coordinación entre ellas, explicó.

En América Latina y el Caribe, la mayor ocurrencia e impactos tienen relación con desastres relacionados con el agua, y en ese sentido, destacó que “los sistemas de alerta temprana cobran vital importancia, ya que disminuye el riesgo de la población a la exposición a los impactos de los desastres, incluidas inundaciones”.

Por ello, dijo, se requiere invertir en la Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH) como una solución para gestionar mejor estas situaciones y crear resiliencia especialmente en los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS) del Caribe.

En esa línea, subrayó la importancia de contar con recursos financieros adecuados sobre todo en los países con mayores déficits de infraestructura y cobertura.

“Necesitamos mecanismos de inversión, que permitan al sector de agua potable y saneamiento acceder a nuevas fuentes de financiamiento, así como mostrar ejemplos de los beneficios de invertir en economía circular para el sector, beneficiando también la salud de la población”, afirmó.

Por otra parte, el ejecutivo de la CEPAL resaltó que la región tiene hoy una gran oportunidad: “La inversión de 1,3% del PIB regional durante diez años, para cerrar las brechas de cobertura en el sector de agua potable y saneamiento gestionados de manera segura, reduciría emisiones de carbono, mitigaría problemas de contaminación por aguas residuales y crearía 3,6 millones de empleos verdes cada año”, afirmó.

Participaron más de 20 países de la región y 80 panelistas del más alto nivel provenientes del sector público y privado, de organismos internacionales, del mundo académico, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil. En total, asistieron 200 participantes de forma presencial y más de 2000 de manera virtual.

 

Red y Observatorio para la Sostenibilidad del Agua (ROSA)

Asimismo, celebró el lanzamiento de la Red y Observatorio para la Sostenibilidad del Agua (ROSA) de América Latina y el Caribe, promovido por la CEPAL, e instó a la cooperación regional y territorial, así como al fortalecimiento de la cooperación hídrica regional y territorial para que sea inclusiva, intersectorial y orientada a la acción.

“Desde la CEPAL hacemos un llamado a la acción y ponemos a disposición de los países de América Latina y el Caribe nuestra experticia para fortalecer la capacidad institucional y técnica, mejorar la gobernanza, las políticas públicas y la gestión del agua, todo esto en función de la transformación del modelo de desarrollo en la región”, concluyó.

La Agenda Regional de Acción por el Agua alinea y refuerza diversos tratados, acuerdos y estrategias en torno a la gestión hídrica y constituye un llamado a la acción para movilizar todos los recursos políticos, técnicos y financieros disponibles en y para la región de América Latina y el Caribe.

La Agenda subraya que la región requiere avanzar hacia una transición hídrica sostenible e inclusiva que se basa en cuatro pilares de acción:

i)                   Garantizar el derecho humano al agua potable y saneamiento gestionado de manera segura a través de un gran impulso a la inversión en el sector, sin dejar a nadie atrás;

ii)                 Promover cambios regulatorios y normativos para fomentar el acceso equitativo y asequible, y así erradicar la pobreza hídrica, con instrumentos innovadores incluyendo tarifas sociales;

iii)                Revertir las crecientes externalidades negativas asociadas a contaminación, sobreexplotación y conflictos socioambientales promoviendo la fiscalización y regulación; y

iv)               Pasar de un manejo lineal a uno circular para reducir la presión sobre el recurso hídrico, instaurando una tendencia al desacople entre la extracción y el producto interno bruto (PIB).

 

 

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