En el Día Internacional del Jaguar o Yaguareté, como se conoce al felino en Argentina, expertos de la WWF presentaron en un evento virtual los resultados del informe «Conectando Puntos: El impacto socioeconómico de los hábitats del jaguar en Latinoamérica», donde resaltaron el impacto económico de conservar 15 paisajes prioritarios para esta especie, cuyos servicios ambientales superan seis veces la actividad económica de la región. Se estiman existen 170 mil felinos en la región, en un 80% en la Amazonía.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest

MÉXICO Y ARGENTINA (28 de noviembre, 2024).- En el marco del Día Internacional del Jaguar o Yaguareté, que se conmemora cada 29 de noviembre, la WWF presentó un informe denominado “Conectando Puntos: El impacto socioeconómico de los hábitats del jaguar en Latinoamérica”, un informe que cuantifica la importancia de los hábitats de este emblemático felino y destaca su relevancia como bastiones de ecosistemas cruciales, generadores de servicios ambientales esenciales.
De acuerdo con los resultados, los servicios ecosistémicos generados en 15 Paisajes Prioritarios para el yaguareté alcanzan un valor estimado de entre 1.5 y 4 billones de USD al año, superando hasta seis veces la actividad económica de la región.
El reporte señala que estas áreas estratégicas, seleccionadas por su importancia ecológica para la especie y su capacidad para sostener poblaciones saludables del felino y otros servicios ambientales vitales, abarcan 244.3 millones de hectáreas en 14 países, albergan a 62 millones de personas y generan anualmente $708.3 mil millones de dólares en actividad económica (comercio, transporte, banca y educación).
Mientras que, por hectárea, estos paisajes aportan entre $15.800 y $22.200 dólares anuales en servicios ecosistémicos de aprovisionamiento, regulación y culturales, como la provisión de alimentos y recursos naturales, el suministro de agua limpia y la estabilidad climática.
“El yaguareté es mucho más que un símbolo cultural; representa un recurso estratégico para la estabilidad ambiental y económica de la región. Proteger sus hábitats significa también resguardar una fuente de riqueza natural que impulsa el desarrollo sostenible en América Latina”, señaló Roberto Troya, director regional para América Latina y el Caribe de WWF.
Para María José Villanueva, coordinadora de Conservación de Latinoamérica y el Caribe y Líder de la Iniciativa Jaguar de WWF, “este informe es un llamado a la acción para gobiernos, instituciones financieras, empresas y sociedad civil. Invertir en la conservación de los hábitats del jaguar no solo es una responsabilidad ambiental, sino también una estrategia económica de alto valor. La importancia de estos ecosistemas debe ser reconocida y protegida con el compromiso de todos los sectores”.
En su presentación, destacó la importancia del jaguar como símbolo de la biodiversidad latinoamericana y especie indicadora. Y se refirió a las amenazas que enfrenta el felino, particularmente la pérdida y fragmentación del hábitat, y la necesidad de estrategias holísticas de conservación.
Seguido, en el seminario virtual presentó la Iniciativa Jaguar 2030, que tiene como objetivo proteger 15 paisajes de jaguares en las Américas. Enfatizó en la necesidad de un mayor apoyo financiero para la conservación del medio ambiente y la importancia de los servicios ecosistémicos proporcionados por los hábitats de jaguares.
Su presentación concluyó con un didáctico video que discute la importancia cultural y ecológica del yaguareté y el impacto socioeconómico de sus hábitats en América Latina.
La metodología utilizada en el reporte presentado se basa en datos de estudios de valoración económica y coberturas de suelo disponibles en la región; además incluye estudios de caso en 5 paisajes —Selva Maya (México), Cuenca del bajo Pastaza (Ecuador), Suroeste de la Amazonía (Bolivia), Pantanal (Paraguay) y Misiones – Alto Paraná (Argentina), que ofrecen una visión de las percepciones locales, que podrían guiar esfuerzos de conservación en contextos particulares.
El felino más grande del continente enfrenta serias amenazas debido a la pérdida histórica del 50% de su hábitat, la cacería en represalia y los cambios ambientales, entre otros.
Actualmente, se estima que existen alrededor de 173.000 jaguares en 18 países de América Latina.
Es por lo anterior, que este Día Internacional del Jaguar o Yaguareté, WWF decidió dar a conocer los resultados del reporte para destacar la necesidad urgente de aumentar el apoyo financiero para la conservación de sus hábitats, convoca a todos los sectores a reconocer el valor de proteger los 15 Paisajes Prioritarios del Jaguar y a reforzar las políticas de conservación que aseguren un futuro más sostenible para todos, donde la biodiversidad y los recursos naturales puedan seguir sustentando la vida y la economía en América Latina.

Recomendaciones del Reporte WWF
El reporte presentado por expertos de WWF destacó una serie de recomendaciones orientadas a fortalecer la conservación ambiental y el desarrollo sostenible en América Latina, dirigidas a los gobiernos, la sociedad civil, el sector financiero y las empresas privadas.
· Acciones para los gobiernos: WWF subrayó la importancia de ampliar la cobertura de áreas protegidas y conservadas, incluyendo territorios preservados por comunidades indígenas y locales, aunque no cuenten con reconocimiento oficial. Además, se enfatizó la necesidad de implementar eficazmente la legislación ambiental existente. “Más allá de emitir decretos, es fundamental asegurar la ejecución de programas de manejo, así como mejorar la fiscalización frente al saqueo, la tala ilegal y el tráfico de especies,” señaló María, una de las coordinadoras del estudio.
Asimismo, se propuso integrar los ecosistemas como activos en las cuentas nacionales. “La biodiversidad es un activo estratégico para países como México, Brasil, Colombia y Argentina. Los bosques no solo contribuyen al clima, sino también proveen agua a las ciudades. Es crucial incorporarlos en los análisis socioeconómicos y socioambientales,” añadió la coordinadora María José Villanueva.
· Sociedad civil: El reporte también hizo un llamado a las organizaciones de la sociedad civil para reforzar la colaboración y las alianzas estratégicas. “Necesitamos generar sinergias entre los financiamientos obtenidos, evitando duplicar esfuerzos, y levantar la voz por la naturaleza. Este es un rol esencial que debe mantenerse,” resaltó la coordinadora, remarcando el papel crucial de la sociedad en este ámbito.
Financiamiento e inversión sostenible: Para el sector financiero, el informe urgió la creación de mecanismos innovadores de financiamiento que aseguren recursos permanentes para proyectos de conservación. “Mantener áreas protegidas tiene costos significativos. Es necesario fomentar inversiones en servicios ecosistémicos como bonos de carbono, créditos de biodiversidad y otros mecanismos. Solo así podremos garantizar la sostenibilidad de estos proyectos,” destacó el documento.
· Empresas privadas y sostenibilidad: Finalmente, el reporte apeló al sector privado a adoptar políticas de Cero Deforestación y conversión en sus cadenas de suministro. “El sector empresarial debe desacoplar sus inversiones de actividades que dañen la naturaleza e invertir en servicios ecosistémicos esenciales para su producción, como el agua y la polinización,” concluyó María.
El evento contó con paneles de expertos como Manuel Jaramillo, director de la Fundación Vida Silvestre Argentina; Jessica Pacheco, de WWF Ecuador; y Carlos Molina, de WWF Paraguay, quienes compartieron experiencias y reflexiones sobre las prioridades regionales para la conservación.
Manuel Jaramillo destacó avances y desafíos en la conservación del Bosque Atlántico y el jaguar en Argentina
El director de Fundación Vida Silvestre Argentina participó del evento internacional donde se presentó los resultados de un informe sobre servicios ecosistémicos y estrategias de conservación del yaguareté.
Durante su intervención, Manuel Jaramillo subrayó la importancia de conservar el Bosque Atlántico del Alto Paraná, un ecosistema trinacional que Argentina comparte con Brasil y Paraguay. «El Bosque Atlántico ha sufrido una significativa reducción en su superficie, principalmente en Brasil y Paraguay, debido a la expansión agrícola. Sin embargo, en Argentina se conserva el mayor remanente continuo de este ecosistema, no por mérito exclusivo de políticas de conservación, sino debido a factores geográficos y el uso histórico de otras áreas del país para el desarrollo agrícola», remarcó.
“Este bosque no solo alberga una gran biodiversidad, sino que también es hogar del yaguareté, una especie paraguas que, al protegerla, permite la conservación de muchos otros elementos de la naturaleza”, afirmó Jaramillo.
Servicios ecosistémicos y desafíos
Seguido, destacó que los resultados del estudio presentado indican que el 95% de los consultados identifican al agua dulce como el servicio ecosistémico más valioso del Bosque Atlántico, fundamental tanto para las comunidades humanas como para el yaguareté. También mencionó la importancia de la regulación del clima, la calidad del aire y la protección contra eventos naturales intensificados por el cambio climático.
No obstante, advirtió sobre amenazas como la expansión de la frontera agrícola, que frecuentemente ocupa terrenos sin vocación productiva, generando degradación ambiental y pérdidas económicas a largo plazo. Además, señaló que muchas comunidades perciben al bosque como carente de beneficios económicos directos, lo que refuerza la necesidad de modelos de desarrollo sostenible que incluyan a las comunidades locales en los beneficios de la conservación.
El director de la FVSA repasó los logros de la organización en los últimos 22 años, incluyendo investigaciones científicas sobre la población de yaguaretés, fortalecimiento de áreas protegidas, capacitación de guardaparques y estrategias de manejo de conflictos entre el felino y actividades ganaderas.
“La restauración del paisaje del Bosque Atlántico ha sido identificada como una prioridad en la Década de la Restauración. En Argentina, hemos trabajado en la recuperación de fuentes de agua y en el vínculo entre pobladores rurales y el acceso al agua de calidad, lo que también contribuye a la conservación del hábitat del yaguareté”, mencionó.
Además, enfatizó la promoción de economías sostenibles, como sistemas agroecológicos que incluyen la producción de yerba mate en paisajes heterogéneos, donde el bosque sigue siendo un elemento central.
Para cerrar su intervención, Jaramillo hizo un llamado a trabajar tanto con niños como con adultos para cambiar patrones de consumo y comportamiento, promoviendo una convivencia armónica con la naturaleza. “Si logramos mantener la dinámica poblacional del yaguareté en esta región, podemos pensar que estará con nosotros en el Bosque Atlántico por mucho tiempo. Es un desafío que nos compromete a todos”, concluyó.