Con un mercado mundial en expansión y un patrimonio forestal en un 55% bajo certificación internacional (PEFC o FSC), el país tiene base de generación de biomasa en la industria para el aprovechamiento sostenible en la producción de pellets, una alternativa energética limpia y competitiva.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
BUENOS AIRES (22/7/2025).- En un escenario global donde la sostenibilidad y la eficiencia energética son imperativos, Argentina se encuentra ante una oportunidad estratégica para transformar su matriz energética e impulsar su bioeconomía a través de los pellets de madera.
Este biocombustible sólido, producido a partir de residuos de la actividad forestal e industrial, no solo representa una solución renovable y carbono positiva, sino que abre el camino para reducir la dependencia de combustibles fósiles y bajar los costos energéticos en diversas industrias.
Desde la Asociación Forestal Argentina (AFoA), difundieron recientemente un documento de prensa en el que se destaca que el país cuenta con un valioso capital: cerca de 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales, de las cuales el 55 % se encuentra certificada bajo estándares internacionales de gestión sostenible.
Esto convierte al sector foresto-industrial en una herramienta concreta del desarrollo sostenible, capaz de generar energía limpia, mitigar el cambio climático y dinamizar las economías regionales.
¿Qué es la biomasa forestal y por qué es clave?
La biomasa forestal se compone de materia orgánica de origen vegetal que proviene tanto del manejo silvícola como de los subproductos industriales, como ramas, cortezas, residuos de poda o raleo, aserrín y chips. Lo que antes era considerado desecho, residuo o sub-producto, hoy se transforma en energía renovable: permite generar calor y electricidad a partir de procesos limpios y sostenibles.
En este marco, los pellets se consolidan como una de las formas más eficientes de valorización energética de la biomasa forestal. Su producción implica compactar residuos secos en pequeños cilindros de alta densidad energética, fácilmente transportables y de bajo impacto ambiental.
Europa y Japón ya apuestan a gran escala
A nivel global, el mercado de pellets de madera está en plena expansión. En 2023, Europa alcanzó una capacidad de producción de 27,2 millones de toneladas métricas, con casi 800 plantas operativas.
Este biocombustible domina la calefacción doméstica en la Unión Europea -representando el 85 % de la energía renovable utilizada en este sector- y también gana terreno en la generación eléctrica, reemplazando al carbón en múltiples países. Japón, por su parte, es otro actor clave en esta transición energética.
Argentina: un mercado incipiente con gran potencial
Aunque el uso de pellets en Argentina aún es limitado, la tendencia comienza a revertirse. Se identifican al menos 16 plantas productoras activas y en los últimos tres años se realizaron inversiones significativas que garantizan una base sólida de producción.
Empresas como Lipsia, Victoria Maderas, GP Energy en Misiones, y Acon Timber en Corrientes, lideran esta transformación con modelos integrados que incluyen plantaciones forestales propias, producción de pellets en sus aserraderos y certificaciones de manejo responsable.
Esta integración les permite asegurar calidad, trazabilidad y competitividad.
Desde la Dirección de Producción Agropecuaria y Forestal de la Secretaría de Agricultura, se vienen impulsando encuentros sectoriales para difundir los beneficios de esta fuente energética y promover su adopción por parte de industrias, empresas agropecuarias, instituciones y gobiernos provinciales.
La biomasa forestal emerge así como una herramienta estratégica para diversificar la matriz energética nacional, fomentar el desarrollo regional y promover modelos productivos circulares.
Energía renovable, desarrollo local y mitigación climática
El uso de chips y pellets elaborados a partir de residuos forestales no solo permite mejorar la eficiencia en el aprovechamiento de recursos, sino que genera empleo, impulsa inversiones y contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Es un claro ejemplo de economía circular que combina competitividad industrial con sostenibilidad ambiental.
Argentina, con su vasto potencial forestal y su capacidad tecnológica instalada, tiene todo para posicionarse como un actor relevante en el mercado energético del futuro.
La biomasa forestal, y en particular los pellets, son el combustible verde que puede encender una nueva etapa en la bioeconomía del país.
El uso del pellets como alternativa energética
La producción y uso de pellets en Argentina se proyecta como una alternativa para sustituir combustibles fósiles, reducir emisiones y dinamizar la economía rural. Con múltiples aplicaciones industriales y domésticas, este biocombustible renovable gana protagonismo en la transición energética nacional.
Argentina se encuentra ante una valiosa oportunidad de reconversión energética a partir de un recurso abundante y sostenible: los pellets de madera. Esta alternativa no solo permite aprovechar subproductos forestales y reducir la dependencia de combustibles fósiles, sino que también impulsa la economía local, genera empleo en zonas rurales y contribuye a mitigar el cambio climático.
Los pellets, fabricados a partir de residuos de la industria maderera, se destacan por su alta densidad energética y bajo contenido de humedad, lo que los convierte en un biocombustible eficiente y de combustión limpia.
Su uso representa una doble ventaja: ambiental, al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y económica, al ofrecer una fuente de energía más accesible y estable que el gas licuado, el fuel oil o incluso la leña tradicional.
Los pellets de madera son compactos, tienen una alta densidad energética y un bajo contenido de humedad, lo que los hace extremadamente eficientes. Su importancia radica en múltiples beneficios:
· Sostenibilidad y aprovechamiento de residuos: Permiten utilizar subproductos forestales y de la industria maderera que, de otro modo, se desecharían. Esto fomenta una economía circular y reduce los desperdicios.
· Fuente de energía renovable: Al quemarse, liberan el CO2 que los árboles absorbieron durante su crecimiento, logrando un ciclo de carbono neutro (o casi neutro) a largo plazo.
· Reducción de emisiones: Sustituir combustibles fósiles disminuye significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y mejorando la calidad del aire.
· Eficiencia energética: Su combustión es limpia y completa, generando más calor con menos residuos.
· Desarrollo rural y empleo: La industria del pellet genera nuevas oportunidades laborales en zonas rurales, desde la recolección y procesamiento hasta la fabricación y distribución.
· Reducción de riesgos de incendios: Al limpiar los residuos forestales y del procesamiento de la madera, se reduce la acumulación de material combustible, disminuyendo el riesgo de incendios tanto forestales como industriales.
La versatilidad de los pellets permite su aplicación en un amplio abanico de sectores:
> Calefacción y Agua Caliente Sanitaria
· Doméstica: Desde estufas de pellets programables y eficientes para calentar hogares, hasta calderas de pellets que proveen calefacción central y agua caliente sanitaria para viviendas unifamiliares, edificios y comunidades.
· Industrial y comercial: Grandes instalaciones como hoteles, hospitales, panaderías, industrias y piscinas climatizadas pueden utilizar calderas de pellets para generar calor y vapor en sus procesos, reemplazando combustibles más costosos y contaminantes.
> Usos Industriales Clave
· Avicultura: Crucial para la calefacción de galpones y el control de la temperatura, esencial para el bienestar y crecimiento de las aves. Los sistemas de pellets proveen aire limpio y seco, mejorando la salud animal y reduciendo niveles de amoníaco.
· Industria láctea: Sector intensivo en energía térmica, utiliza calderas de pellets para la pasteurización, esterilización, evaporación y secado de productos lácteos, además de la limpieza y desinfección de equipos.
· Secaderos de cereales: Producen el aire caliente necesario para el secado de maíz, trigo, soja y otros granos, una etapa crítica post-cosecha para asegurar la calidad y conservación.
· Industria maderera (Secaderos): Generan el calor para el secado de madera aserrada, un paso fundamental antes de su procesamiento final.
· Industria de la Yerba y el Té: a los beneficios mencionados del uso de pellets, se suma que debido a con su bajo contenido de humedad y granulometría uniforme, resulta en una combustión de mejor calidad y con menor generación de Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs), como el benzopireno. Esto es fundamental no solo para mejorar la calidad de los productos, sino, además, para cumplir con las exigencias de mercados de exportación como la Unión Europea, que tienen límites muy restrictivos para estos compuestos en alimentos.
· Fábricas de piensos y alimentos procesados: Utilizan el calor y vapor para cocción, esterilización y secado de ingredientes.
· Fábricas de ladrillos y cerámica: Proveen calor para los hornos de secado de los materiales.
· Invernaderos y horticultura: Calefacción controlada para el crecimiento de plantas.
> Otras Aplicaciones
· Camas para animales: Material higiénico y absorbente en establos y granjas, así como cama para gatos y otros animales domésticos.
· Abono y mejorador de suelos: Las cenizas ricas en nutrientes pueden usarse como fertilizante orgánico.