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Hugo Fassola: «El futuro del programa forestal del INTA está en riesgo si no se toman decisiones fundamentadas»

En una entrevista con ArgentinaForestal.com el ingeniero forestal, quien fue Jefe interino de investigaciones del IFONA, ex investigador del INTA Montecarlo (Misiones), ex Coordinador Nacional del Programa Forestal de INTA y pequeño productor forestal, expresó su profunda preocupación ante las recientes propuestas de ajuste y modernización del organismo que impulsa el gobierno de Javier Milei. Reconoce que el organismo requiere de una revisión, pero advierte que «la toma de decisiones requieren conocimiento, profundo análisis antes de un ajuste y criterio para no cometer errores del pasado y asegurar el desarrollo futuro de la Argentina».

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

CÓRDOBA Y MISIONES (1/12/2024).- El ingeniero forestal Hugo Fassola fue jefe interino de investigaciones del Instituto Forestal Nacional (ex INFONA), fue investigador en la Estación Experimental INTA Montecarlo en Misiones, y fue Coordinador Nacional del Programa Forestal de INTA. Conoce la historia del organismo y las políticas forestales y agropecuarias de las últimas cinco décadas, y en una entrevista con ArgentinaForestal.com expresó su profunda preocupación ante las recientes propuestas de ajuste y modernización del organismo que impulsa el gobierno de Javier Milei.

En particular, destacó el peligro que representa para el Campo Anexo Manuel Belgrano, en San Antonio, y el impacto potencial sobre el patrimonio genético de Araucaria angustifolia -especie en peligro de extinción en la Selva Paranaense- y el sub-programa de desarrollo en coníferas subtropicales.

“El INTA necesita una revisión, pero eso no significa respaldar la propuesta como está planteada por el gobierno nacional y que está en debate en el Consejo Nacional. Tal como está planteada la reforma, considero que pone en peligro el futuro del campo, el germoplasma de especies nativas en riesgo de extinción como la Araucaria angustifolia, y las investigaciones en bosques nativos en Misiones”, advirtió Fassola.

El Campo Anexo Manuel Belgrano en San Antonio, junto a la reserva natural estricta que administra Parques Nacionales, cumple un rol estratégico. Para la industria foresto-industrial de la región, en este campo se alberga bancos de germoplasma de especies nativas y programas de mejoramiento genético de pino (Pinus elliottii, Pinus caribaea híbridos de estas especies y Pinus taeda).

“Sin estos recursos, de las especies forestales más cultivadas en el país, el abastecimiento de semillas o cuttings para pequeños y medianos productores sería inviable, lo que impactará directamente en la producción futura de madera, como también de resinas ya que allí se encuentra el principal banco de Pino elliottii, que está siendo evaluado con este propósito”, explicó Fassola. Sin dejar de considerar otras especies como Toona ciliata, una de las maderas decorativas más apreciadas.

Además, subrayó la necesidad de mantener distancias adecuadas entre huertos, ya que es necesario evitar contaminación de otras fuentes de polinización para garantizar la calidad del material genético. Estas barreras están constituidas por otras especies implantadas o bosque nativo, lo cual puede dar una errada imagen de sub-utilización del espacio.

Casos preocupantes en experimentales de otras regiones

El ingeniero Fassola también se refirió a experiencias similares en otras unidades del INTA, como el Vivero Forestal San Martín en El Bolsón, Río Negro, que enfrenta desafíos de intrusión y falta de protección estatal.

“Hace una década aproximadamente, 400 hectáreas de la Loma del Medio fueron ocupadas ilegalmente, de las cuales 60 hectáreas habían sido reforestadas con Ciprés de la Cordillera. Sin embargo, no hubo voces que se alzaran de protesta. Esto refleja un abandono en la defensa de estos recursos estratégicos”, sostuvo.

Lamentando que dicha ocupación haya dado pie, pocos años después, a una edición del programa televisivo “Esta es mi villa”, ya que dicha área era una Reserva Forestal desde fines de la década de 1940. Por lo que debe servir, no sólo a preservar al recurso natural y mejorarlo, sino también a brindar otros servicios a toda la población, y no para quienes no respetan la ley.

Archivo ArgentinaForestal.com: Imégenes de la primera visita al Campo Anexo Manuel Belgrano en San Antonio, en el año 2003. En la foto, el ingeniero Roberto Fernández.

Rescatar la inversión en conocimiento y valorar el capital humano

El exfuncionario del INTA Montecarlo también criticó la posible desvinculación del personal incorporado en 2023. “Estos profesionales, muchos de ellos con doctorados y maestrías recién finalizadas, representan una inversión en conocimiento que, de ser despedidos, podría provocar una ola de demandas contra el Estado. ¿Cuánto les costará esto a los argentinos? Años de formación, más las posibles indemnizaciones”, cuestionó.

Por otro lado, Fassola señaló que aunque el INTA ha reducido su planta de personal de 7.000 a 6.000 empleados, los recursos operativos fueron recortados.

“De lo recaudado por la tasa de importaciones, sólo un porcentaje llega al INTA, el cual es establecido por el Congreso Nacional. A ello se deben sumar la venta por materiales registrados o resultantes de ensayos, servicios y además, los aportes del sector privado formalizados por convenios. La desafectación por venta de tierras, caso del campo Manuel Belgrano, donde hay materiales que se utilizan en convenios con empresas privadas, cabe preguntarse si no podrían provocar una rescisión unilateral de estos convenios y contratos y si esto no tendrá consecuencias legales, en definitiva para el pueblo argentino.  Es de destacar también otros aportes privados no monetizados de toda escala de productores y que muchas no están formalizados y son fundamentales para el funcionamiento institucional”, explicó.

 

Reflexión sobre el rol del Estado en investigación

El ingeniero forestal concluyó la entrevista con una fuerte reflexión sobre la necesidad de decisiones basadas en conocimiento y criterio. “El programa forestal del INTA, y las actividades que se ejecutan en el Campo Manuel Belgrano, conforman un entramado que ha logrado -entre otras cosas- transformar a INTA, en el mayor proveedor de materiales genéticos mejorados, de especies introducidas y nativas, razón por la cual no puede verse en forma aislada, erigiéndose en un pilar para el desarrollo sostenible del país”, indicó Fassola.

“Reformar el Estado es necesario, la mejora continua un deber, pero requiere un análisis profundo. Las propuestas deben ser revisadas por el Consejo Nacional del INTA para garantizar que estén fundamentadas y sean beneficiosas para el país”, manifestó.

“Con la documentación disponible la situación sería asimilable a una reingeniería, cambiar totalmente el sistema, estrategia de gestión que fracasó en el mundo durante los 80 y 90” sostuvo a continuación.

También recordó que “a inicios de 1990 se cerró el IFONA, esta decisión tuvo un aspecto positivo como el pasaje a INTA del área de Investigación, aunque surgieron dos direcciones nacionales forestales. Cuando en EE.UU. surgió la Agencia de Protección Ambiental, esta no absorbió funciones del USDA, sino que fundamentalmente se abocó a la calidad del agua y del aire, aunque obviamente hay articulación entre dicha Agencia y el USDA, incluyendo el Forest Service. La fragmentación que se dio en la Argentina no fue quizás la mejor respuesta a la necesidad de cambios”, analizó Fassola.

En ese contexto, el exinvestigador del INTA enfatizó en la importancia de no repetir errores históricos: “Ya en el pasado defendimos este campo de intentos de desmantelamiento, y no podemos permitir que decisiones apresuradas comprometan el patrimonio y futuro forestal de Argentina”, concluyó.

 

 

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