En el marco del Día Internacional de las Montañas que se conmemora el 11 de diciembre de cada año, María Helena Semedo, directora General Adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) compartió con ArgentinaForestal.com una editorial basada especialmente en un enfoque de género tras los resultados de una encuesta global y de entrevistas realizadas a más de 300 mujeres de las montañas provenientes de ocho países. Discriminación, marginalización y carencia de derechos, que retienen a las mujeres, entre otros aspectos.
ROMA (9/12/2022).- Ya sea que vivan en el Monte Kilimanjaro, en el Himalaya o en los Andes, las mujeres y las niñas de las comunidades de montaña de todo el mundo tienen mucho en común: a menudo, son ellas las que manejan la vida cotidiana en las montañas, como protectoras de la tierra y la biodiversidad y guardianas del conocimiento tradicional.
Los hombres de estas comunidades de montaña a menudo migran a los centros urbanos en busca de trabajo, dejando a las mujeres la carga de las tareas del hogar. Además de cuidar de sus familias, las mujeres administran fincas y pequeños negocios en las montañas.
Sus funciones clave como agricultoras, vendedoras del mercado, empresarias, artesanas, emprendedoras y líderes de la comunidad significan que tienen el potencial de contribuir enormemente a la adaptación a los efectos del cambio climático y la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad, especialmente en las zonas rurales.
Sin embargo, las comunidades de montaña comparten otra característica común: se encuentran entre las más pobres y marginadas de todo el mundo.
Las desigualdades sociales, la discriminación de género y las jerarquías tradicionales mantienen anquilosadas a las mujeres montañesas. A menudo carecen de los derechos básicos, tienen poco acceso al crédito, a la instrucción, a los programas de protección social y a la información, y rara vez participan en las decisiones en su propio hogar, y mucho menos a nivel más amplio.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es el organismo principal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Día Internacional de las Montañas que, desde 2003, se celebra el 11 de diciembre de cada año a fin de crear una mayor sensibilización sobre la importancia de las montañas para toda la humanidad y crear alianzas para forjar un cambio positivo en los pueblos de las montañas.
Ph: Nepal. ©Sitaram Magar
“Las mujeres mueven montañas”
Este año –también proclamado por la ONU el Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas, y en el Día Internacional de las Montañas hace hincapié en cómo “las mujeres mueven montañas” para proteger esta parte vital de nuestro medio ambiente y son las heroínas desconocidas del desarrollo sostenible social, económico y ambiental en las zonas montañosas.
Un informe reciente, titulado ‘Mujeres de montaña del mundo: Desafíos, resiliencia y poder colectivo’, identifica los diversos desafíos que enfrentan las mujeres montañesas en sus diferentes territorios y las experiencias que comparten.
Coproducido por la FAO, la Alianza para las Montañas –una alianza voluntaria de socios de la ONU–y Feminist Hiking Collective, este informe revela los resultados de una encuesta global y de las entrevistas con 304 mujeres de montaña en 8 países diferentes, un grupo que enfrenta una constante discriminación yen los últimos años ha estado sufriendo una tensión extraordinaria por las presiones externas.
Las mujeres representan casi el 50% de la fuerza laboral agrícola rural en los países de bajos ingresos. Sin embargo, el 70% de las encuestadas informó que sufrían discriminación y el 76,7%afirmó que enfrentaban barreras adicionales en su trabajo, en comparación con los hombres.
Casi todas las entrevistadas (97,6%) informaron que sentían el impacto del cambio climático y el riesgo en sus vidas e ingresos, lo que afecta todo, desde el turismo y la agricultura hasta el suministro de agua.
La pandemia del COVID-19 también ha reducido drásticamente los ingresos al cerrar el turismo de la noche a la mañana, aislando aún más a estas mujeres ya marginadas y agravando las desigualdades.
Sin embargo, la crisis del COVID-19 también ha producido grandes avances para muchas mujeres de montaña, como se destaca en nuestro informe. Alrededor del 61%afirmó que se habían conectado con otras mujeres durante la pandemia, y algunas describieron el poder liberador de las redes de apoyo, del “pueblo de mujeres” y de la acción colectiva.
Ph: United Republic of Tanzania .©Pius Matunge
El Feminist Hiking Collective, que ayuda a las mujeres a convertirse en guías de montaña a pesar de las limitaciones sociales, fue fundado en 2020, el año en que golpeó el COVID-19, y ha unido fuerzas con varios otros grupos para formar una red transnacional, Mountain Women of the World.
Los colectivos incipientes de mujeres de montaña han permitido que algunas participen en el trabajo de conservación y el montañismo, que tradicionalmente ha estado dominado por los hombres, y están abogando por los derechos de las mujeres en todas las áreas.
Kyrgyzstan ©FAO Mirbek Kadraliev
Un grupo aseguró acuerdos para que las mujeres porteadoras de montaña llevaran cargas más ligeras de suministros y equipo por las laderas que las de sus contrapartes masculinas.
Un mensaje que resonó con fuerza en la reciente Conferencia de las Partes en la CMNUCC (COP 27), es que cuando las mujeres rurales obtienen acceso a recursos, servicios y oportunidades y se les da voz, pueden mover montañas y convertirse en una fuerza impulsora contra el hambre, la desnutrición, la crisis climática y la pobreza rural y actuar como agentes del cambio.
Debemos reconocer la fuerza extraordinaria y el potencial de las mujeres montañesas y promover las redes que les dan visibilidad y apoyo.
Se necesitan acciones colectivas e inversiones específicas en todos los niveles para empoderar a las mujeres de montaña y cerrar la brecha de género, y permitir así que las mujeres sigan moviendo montañas, más fuertes que nunca.
(*) María Helena Semedo, directora General Adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)