Últimas noticias

Opinión

Análisis | Vientos de cambio en el sector forestal argentino

Matías Gyukits, productor y consultor del sector, realiza un análisis sobre la situación actual de los aserraderos y las perspectivas que considera marcarán las transformación de la actividad para los próximos años en el sector de los bosques cultivados en Argentina.

 

Todo tiempo pasado no siempre fue mejor

“La única verdad es la realidad”, decía un filósofo griego. Y esta realidad en el sector forestal argentino se vislumbraba hace años, aunque muchos decidieron ignorarla. Hoy, esa realidad es ineludible y tan sólida como una roca. En los últimos 10 a 15 años, la actividad forestal en la Mesopotamia argentina ha sufrido profundas transformaciones, logrando un crecimiento que marcó con mayor relevancia la región a nivel internacional.

Aunque este crecimiento es modesto en comparación con Uruguay, Paraguay o Brasil, Argentina fue pionera en la plantación de grandes superficies con producciones de primer nivel mundial.

Grafico: Evolución reciente y estado actual de la materia prima. Fuente: DNDFI – Ministerio de Agricultura de la Nación.

Sin embargo, tras una ola de inversiones en industrialización y crisis económicas como la del 2001, las políticas gubernamentales hicieron crecer a unos pocos bajo su ala mientras expulsaban a aquellos con apuestas genuinas, frenando inversiones de relevancia en el sector forestal.

Costos y precios que no cierran

A pesar de ciertos avances, el panorama no es del todo alentador. Las Pymes madereras enfrentan grandes preocupaciones: ven que no habrá suficiente materia prima disponible, y la poca que existe tiene precios en progresivo aumento debido a la alta demanda de grandes industrias y exportaciones de rollos que demandan los mercados internacionales.

A esto se suma la recesión económica local, que ha mantenido los precios de los productos de madera estancados, mientras los costos directos continúan en ascenso, poniendo en jaque la rentabilidad del sector.

Logística y productividad

La escasez de materia prima y los altos costos logísticos son parte de un problema más profundo. Durante más de una década, la madera viajó cientos de kilómetros desde el noreste de Corrientes hacia Entre Ríos o Misiones. Hoy, el costo del combustible, alineado con los precios internacionales, ha cambiado el panorama.

La madera en rollo llega “cara” y de menor calidad, lo que impacta negativamente en el rendimiento industrial. Sin ventas en el mercado interno y sin competitividad en el mercado internacional, el negocio forestal enfrenta un reto mayúsculo para mantener su sostenibilidad.

Además, muchos aserraderos Pymes no alcanzan los niveles mínimos de productividad necesarios para ser eficientes, con estándares que deberían haberse mejorado durante el auge de la pandemia, cuando los precios de las tablas estaban en su punto más alto.

 

Crisis y oportunidad

Los últimos quince años han dejado una marca en la actividad forestal, con precios alejados de las expectativas y una reducción significativa en la superficie plantada. Las heridas causadas por la falta de inversiones en nuevas superficies y la ausencia de manejo adecuado tras los incendios de 2022 han llevado a un estancamiento del sector.

Los desafíos de la reforestación y el manejo pos-cosecha se suman a la compleja situación actual.

Expertos en negocios de largo plazo y economías emergentes

Gestionar negocios forestales en Argentina no es tarea fácil. El entorno de negocios es uno de los más complejos del mundo, donde la gestión a largo plazo se convierte en una habilidad esencial. A pesar de esto, el sector forestal ha sobrevivido y prosperado gracias a la innovación y la eficiencia.

Nuevas tecnologías de producción y el desarrollo de negocios como la resina y los sistemas silvopastoriles han conectado al sector con mercados internacionales, mientras que la captura de carbono ofrece nuevas oportunidades como servicio ambiental.

 

Se levanta el cepo al negocio forestal y maderero

Así como el cepo al dólar en Argentina ha comenzado a levantarse, también lo ha hecho la prohibición de exportar rollos en bruto a países vecinos, lo que estrangulaba la rentabilidad del sector. Con la mejora en las condiciones logísticas y aduaneras, el sector forestal finalmente está viendo signos de recuperación.

La nueva normalidad

El cambio en la realidad del sector es evidente. La exportación de rollos en bruto, la instalación de mega aserraderos y plantas de debobinado, así como los cambios en la producción de celulosa y cartón, son señales claras de que estamos en una nueva era.

La puesta en valor de puertos, el uso de bitrenes para expandir la capacidad de transporte terrestre y la creación de parques industriales en zonas forestales con generación energética a base de biomasa son parte de esta transformación.

El gráfico refleja arriba materia prima y abajo la producción luego de la transformación, y es equivalente a la oferta de cada actividad industrial.

Perspectivas

Las nuevas inversiones, tanto nacionales como extranjeras, apuntan a un futuro prometedor para la industria forestal y maderera en Argentina. La llegada de capital extranjero es un claro indicador de que la materia prima argentina tiene un valor creciente.

El sector, que ha salido fortalecido de la depresión de los últimos años, está listo para crecer sin necesidad de subsidios, y se espera un aumento en la superficie forestal y nuevas inversiones en industrias de madera sólida y de partículas.

“El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, decía Winston Churchill. El sector forestal argentino, con su pasión y visión a largo plazo, mantiene esa perseverancia, con la mirada puesta en el horizonte y los pies firmes sobre la tierra.

 

(*) Por Matías Gyukits.

Economista Agrario, Productor Forestal y Consultor.

contacto@mgforestal.com.ar

 

 

Artículos relacionados