Durante un seminario celebrado en el IICA, representantes del sector público y privado coincidieron en que los mercados de carbono representan una oportunidad estratégica para el desarrollo de la foresto-ganadería sostenible en América Latina. Destacaron que la acción colectiva y la inclusión de pequeños productores son claves para lograr resultados concretos.
Fuente: IICA
COSTA RICA (2/7/2025).- Expertos del sector público y privado coincidieron en que los mercados de carbono ofrecen una oportunidad sin precedentes para impulsar la foresto-ganadería sostenible en América Latina. Durante un seminario realizado en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), se destacó que la acción colectiva es fundamental para aprovechar este potencial en beneficio del desarrollo rural, la sostenibilidad ambiental y la inclusión productiva.
La jornada de trabajo contó con la participación del ministro de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, Víctor Carvajal; el director ejecutivo de la Global Dairy Platform (GDP), Donald Moore; y el subdirector general del IICA, Lloyd Day.
“La ganadería contribuye de manera decisiva a la seguridad alimentaria, a la generación de ingresos rurales, al empoderamiento de las mujeres y al empleo juvenil. Los mercados de carbono representan una gran oportunidad para productores y gobiernos, y debemos enfocarnos en hacer realidad ese potencial”, señaló Donald Moore.
Además, subrayó la necesidad de articular políticas públicas, ciencia y financiamiento, y trabajar en marcos normativos que integren a la agricultura familiar. “Desde aquí hacemos un llamado a la colaboración entre todos los actores del sistema agroalimentario”, agregó.
Por su parte, el ministro Carvajal compartió la experiencia reciente de Costa Rica en la gestión de un crédito de 140 millones de dólares con el Banco Mundial, orientado a inversiones en el sector agropecuario bajo un esquema de pagos por resultados.
“Incorporamos metodologías para cuantificar carbono en suelos y una estrategia para comercializar ese carbono, agrupando a pequeños ganaderos. En cuatro años, esperamos que al menos mil productores estén recibiendo pagos por servicios ambientales gracias a la captura de carbono en sus tierras”, explicó el funcionario.
El subdirector del IICA, Lloyd Day, destacó el valor estratégico del sector ganadero, silvopastoril y lechero en las Américas y a nivel global.
“La ganadería en nuestra región está adoptando prácticas que reducen su impacto ambiental. Es clave que estos avances sean conocidos por la sociedad. Hoy el agro alimenta a más de 8.000 millones de personas con una eficiencia sin precedentes, y en 25 años serán 2.000 millones más. Tenemos el desafío de producir más, pero también de manera sostenible”, sostuvo.
El seminario en el IICA subrayó que la vinculación efectiva entre mercados de carbono, productores y políticas públicas puede acelerar la transición hacia una ganadería climáticamente inteligente y económicamente inclusiva en América Latina.
Actividad prioritaria
En América Latina hay unas 400 millones de cabezas de ganado para carne y leche, casi la mitad de ellas en Brasil, detalló Ariel Londinsky, secretario general de FEPALE.
“La actividad es muy importante y prioritaria para todos nuestros países, aunque tenemos una heterogeneidad grande. Brasil y Argentina son exportadores y otros son importadores netos, por lo que es difícil generalizar lo que pasa en América Latina. De todas maneras, producimos el 23% de la carne que se produce en el mundo y este parámetro viene creciendo. En producción láctea, somos responsables del 11 y 12% de la producción mundial”, explicó Londinsky.
El dirigente empresarial advirtió que no hay una uniformidad de criterios o significados sobre el concepto de “ganadería sostenible” en la región y que la construcción de indicadores y metas a nivel regional es una agenda aún pendiente.
También consideró que es necesario avanzar en una estrategia de comunicación regional para fortalecer la defensa de las buenas prácticas ganaderas extendidas en el continente, frente al ámbito internacional.
Martín Fraguío, especialista del Grupo de Países Productores del Sur (GPS), red que agrupa instituciones agropecuarias de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, explicó el funcionamiento de los mercados de carbono reglamentados en el artículo 6 del Acuerdo de París y dijo que el gran desafío estratégico en la toma de decisiones empresariales es dejar de invertir en activos que no podrán ser amortizados e invertir en los que sí tienen futuro.
Subrayó, en ese sentido, la centralidad de las soluciones basadas en la naturaleza para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y se refirió a la gran oportunidad del sector agropecuario como único ámbito productivo que puede transformarse en un gran sumidero de carbono.
Advirtió, sin embargo, acerca de la magnitud extraordinaria de las inversiones necesarias para transformar los sistemas productivos para cumplir con las metas de mitigación fijados en París: son entre 130 y 250 billones de dólares hasta 2050, de los cuales los mercados de carbono serán entre un 5 y un 10%.
“Los mercados de carbono son claves para que las externalidades negativas tengan un costo y las externalidades positivas reciban un ingreso. Se deben generar los recursos y capacidades para que los productores ganaderos moneticen sus buenas prácticas”, finalizó.
Jay Waldvogel, Asesor Estratégico de GDP, aseguró que ya hay en el mundo y en la región muchos ejemplos exitosos y es necesario escalar estos programas.
En ese sentido, explicó que el tamaño potencial de los mercados de carbono en América Latina está en un rango de entre 25 y 60 millones de toneladas de CO2 equivalente, lo que puede representar más de 6.000 millones de dólares en 2030.
“La oportunidad –finalizó- es enorme y podemos aprovecharla, si entendemos la magnitud de este tema. Hay demanda para los créditos de carbono y la ganadería tiene la solución, aunque se necesitan inversiones para que ocurran las cosas”.