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Un reciente monitoreo binacional estimó que quedan alrededor de 84 yaguaretés en la selva misionera, reflejando una leve disminución tras años de recuperación

Un reciente monitoreo revela una leve caída en su población en la selva misionera y organizaciones científicas y ambientales advierten que el dato es una señal de alerta y llaman a reforzar las acciones de conservación. El dato se dio a conocer este martes en Posadas, en el marco de la Reunión Ordinaria del Comité de Gestión del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté

 

Fuente: Fundación Vida Silvestre Argentina 

 

MISIONES (24/6/2025).- El monitoreo poblacional más reciente del yaguareté (Panthera onca) estimó que quedan entre 64 y 110 ejemplares en la selva misionera, con una media de 84 individuos. Esta cifra representa una leve disminución respecto a mediciones anteriores, lo que genera preocupación en la comunidad científica y ambiental.

El dato se dio a conocer este martes en Posadas, en el marco de la Reunión Ordinaria del Comité de Gestión del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté. La presentación estuvo a cargo de la Fundación Vida Silvestre Argentina y el equipo del Proyecto Yaguareté (CeIBA – CONICET), quienes lideraron el estudio binacional junto al Proyecto Onças do Iguaçu (ICMBio – Brasil).

El monitoreo se realizó en el mayor remanente de Bosque Atlántico del Alto Paraná, que abarca la Selva Misionera y los parques nacionales do Iguaçu y do Turvo en Brasil. Se trata de un esfuerzo conjunto que se lleva adelante desde 2003 cada dos años, con el respaldo de instituciones como WWF-Brasil, la Administración de Parques Nacionales, el Ministerio de Ecología de Misiones y organizaciones ambientales de ambos países.

Lucía Lazzari, coordinadora del programa Bosques de la Fundación Vida Silvestre, señaló que “este nuevo dato es una señal de alerta. El yaguareté es un indicador de la salud del ambiente, y esta leve disminución refleja una presión creciente sobre nuestros ecosistemas”. A su vez, remarcó la importancia de “actuar con decisión sobre las amenazas que persisten para proteger al felino más grande del país”.

Por su parte, Agustín Paviolo, investigador del CONICET y líder del Proyecto Yaguareté, indicó que “aunque la diferencia con el estudio anterior, que estimó una media de 93 ejemplares, no es estadísticamente significativa, sí es un dato al que debemos prestar atención para evitar una caída mayor en el futuro”.

El monitoreo de la especie comenzó en 2003, cuando la población apenas alcanzaba los 40 individuos. A lo largo de más de dos décadas, y gracias a políticas de conservación, educación ambiental y control territorial, se logró duplicar su número. No obstante, los expertos advierten que esta recuperación todavía es frágil y requiere una respuesta sostenida y coordinada.

A pesar de la leve baja poblacional, Misiones continúa albergando la población más importante de yaguaretés en Argentina y en todo el Bosque Atlántico que comparte con Brasil y Paraguay. El desafío ahora, subrayan las organizaciones, es consolidar ese logro y evitar retrocesos que comprometan el futuro del “monumento natural” del país.

¿Cómo se hace el monitoreo?

El relevamiento se basa en el análisis de imágenes captadas por cámaras trampa distribuidas en el área de estudio. Estas son cámaras fotográficas que se activan por movimiento cuando un animal pasa por delante, y toma una fotografía o un vídeo.

Las imágenes son a color a la luz del día, y durante la noche utiliza una luz infrarroja que brinda imágenes en blanco y negro. Se suelen ubicar en lugares estratégicos, atadas a árboles, a 30 o 40 cm de altura.

Las imágenes son muy útiles e importantes porque sirven para estudiar y documentar la salud de la selva al conocer la presencia de diferentes especies. Con las fotos de yaguareté, cada individuo es identificado por el patrón único de manchas de su pelaje, como las huellas dactilares de las personas.

A partir de esta información los investigadores aplican modelos matemáticos que permiten estimar la población total obteniendo estimaciones poblacionales que indican un mínimo y un máximo posible de individuos de la especie en un área determinada.

Se emplea porque no es posible contar a todos los animales directamente. Estos rangos reflejan la incertidumbre natural en este tipo de estudios, pero permiten seguir la evolución de la población a lo largo del tiempo.

En esta edición, se abarcó una superficie de más de 570.000 hectáreas entre ambos países, con 267 estaciones de muestreo, puntos geográficos específicos donde se ubicaron las cámaras trampa. Las hectáreas son el proporcional a un territorio más de 27 veces más grande que toda la Ciudad de Buenos Aires.

Los resultados del monitoreo poblacional de yaguaretés para la selva misionera fueron presentados este martes en Posadas durante la Reunión Ordinaria del Comité de Gestión del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté.

Participaron de la misma autoridad y referentes de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, de la Administración de Parques Nacionales, del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones y del Instituto Misionero de Biodiversidad entre otras instituciones.

Hendú, el yaguareté sin fronteras

Desde hace años, investigadores de Argentina y Brasil trabajan de forma coordinada para monitorear a los yaguaretés del Bosque Atlántico del Alto Paraná, más conocido como Selva Misionera. Esta región, que aún conserva parches continuos de selva entre ambos países, permite que la fauna se desplace libremente sin reconocer límites políticos.

La reciente historia de Hendú, un macho de yaguareté, confirma la importancia de mantener y recuperar los corredores de biodiversidad. Hendú fue identificado por primera vez en 2020 en el Parque Nacional Iguazú, en Argentina y, desde 2024, también comenzó a ser registrado en Brasil.

Gracias al esfuerzo conjunto de investigadores de ambos países, el equipo del Proyecto Onças do Iguaçu logró colocarle un collar satelital en Brasil, herramienta que permitió observar en tiempo real cómo cruzó nuevamente hacia territorio argentino. Hoy sus movimientos continúan siendo monitoreados con precisión.

Este caso emblemático demuestra cómo los yaguaretés dependen de la conectividad entre áreas protegidas para sobrevivir. La existencia del Corredor Verde en Misiones y su continuidad con los fragmentos de selva del lado brasileño son clave para la conservación de esta especie en peligro de extinción.

El uso de cámaras trampa y tecnología satelital no solo permite conocer mejores sus hábitos, sino que aporta datos fundamentales para diseñar estrategias de conservación a escala regional.

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