La Hedeoma teyucuarensis, conocida como la “mentita misionera” y culturalmente utilizada para infusión para el mate o tereré, enfrenta su última oportunidad de supervivencia en Misiones. Con un solo ejemplar silvestre restante, la especie está en peligro crítico de extinción debido a incendios intencionales y la extracción ilegal. La Fundación Temaikèn y otros actores buscan desesperadamente salvar esta joya de la biodiversidad regional, donde la especie endémica de la flora nativa misionera habita en zonas del Teyú Cuaré al sur de Misiones.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
MISIONES (7/11/2024).- La Hedeoma teyucuarensis, una pequeña planta aromática conocida localmente como “mentita de campo” o “mentita misionera,” está al borde de la extinción. Se trata de una especie endémica del sur de Misiones, única en el mundo, que alguna vez fue abundante en las zonas de Teyú Cuaré, en San Ignacio, al sur de Misiones.
Culturalmente sus ramas son utilizadas como aromatizantes de la infusión de yerba mate y también del «tereré». Hoy, queda solo un ejemplar de esta mentita en la naturaleza, debido a incendios provocados y la reciente extracción ilegal de ejemplares que habían sido restaurados en el área.
El panorama es crítico. Hace apenas unos meses, organizaciones como la Fundación Temaikèn, junto a la Reserva Natural Osununú y otras entidades, emprendieron un proyecto de restauración para salvar a la Hedeoma teyucuarensis.
A través del cultivo de esta planta en viveros, lograron reintroducir algunos ejemplares en su hábitat natural, con la esperanza de fortalecer la población, tras un incendio intencional que afectó a varias especies endémicas y monumentos naturales de la provincia, incluyendo la mentita, que logró sobrevivir al rebrote.
Pero esto fue solo para enfrentar un nuevo golpe cuando, recientemente en un monitoreo, observaron que uno de sus últimos ejemplares fue robado, arrancado de raíz junto a otros dos trasplantados del vivero, confirmó Jerónimo Torresín, coordinador del Programa Selva y Pastizal de la dirección de Conservación, Educación, Ciencia y Salud de la Fundación Temaikèn.
La región del sur de Misiones es rica en endemismos, como se llama en biología a aquellas especies de seres vivos (fauna, flora, hongos, etcétera) que solo se encuentran en un lugar específico del mundo.
“La pérdida de una sola planta significa un daño devastador para su supervivencia. Nos encontramos en un momento crítico de floración y fructificación, un proceso clave para intentar recuperar la especie”, advierte con profunda preocupación el equipo de conservación de la Fundación Temaikèn.
Este proceso es particularmente complejo: la mentita misionera florece y fructifica solo una vez al año durante unos pocos días, y en condiciones ambientales muy restringidas. Esta limitación hace que el impacto de cada pérdida sea irreversible.
En respuesta a esta emergencia, el Programa Selva y Pastizal de la Fundación Temaikèn ha intensificado los esfuerzos para conservar y propagar esta especie en peligro.
Además de cuidar el último ejemplar en la naturaleza, el equipo monitorea constantemente los plantines en vivero y ha implementado medidas para asegurar su crecimiento en el vivero de la Reserva Natural Osununú, donde, además, han cultivado otros ejemplares endémicos, como el Oxypetalum teyucuarense, del cual solo quedan doce individuos en todo el mundo.
A fines de 2023, el proyecto de conservación de la mentita misionera se expandió con el apoyo del INTA Castelar, Fundación Hábitat y Desarrollo, y la Universidad Nacional de Misiones. El objetivo es investigar sus potenciales usos medicinales y mejorar las prácticas de propagación.
Especialistas en conservación de Temaikèn indicaron que “cada planta reintroducida contribuye al equilibrio del ecosistema local y ofrece una pequeña esperanza para revertir esta situación.”
Los riesgos para esta especie, sin embargo, continúan. A pesar de la intensificación de los esfuerzos, las amenazas persisten debido a la acción humana. “La extinción es para siempre, y estamos en una carrera contra el tiempo. La única manera de salvar esta especie es a través de una colaboración constante y el compromiso con el respeto al ambiente”, concluyen desde la organización.
El vivero en Osununú
Para enfrentar el riesgo inminente de extinción de algunas de las especies endémicas en Misiones, se estableció un vivero en la Reserva Natural Osununú, gestionada por Fundación Temaikèn. Este vivero no solo permite la propagación de especies críticas para la biodiversidad local, sino que también busca reforzar sus poblaciones en la naturaleza.
Entre las primeras especies que lograron reproducirse en este espacio está la Oxypetalum teyucuarense, de la cual solo existían 12 ejemplares en el mundo. También se lograron multiplicar Austrochthamalia teyucuarensis, Hyptis australis y, por supuesto, la Hedeoma teyucuarensis, la protagonista de esta historia, que hasta ese momento contaba con solo dos ejemplares silvestres.
Conocida localmente como «mentita campera» o «poleo de campo», la Hedeoma teyucuarensis es valorada por sus propiedades aromáticas, especialmente en la infusión de mate y tereré, lo que le otorga un profundo valor cultural en la región. La conservación de esta planta es un esfuerzo primordial del Programa Selva y Pastizal de Fundación Temaikèn, en el que se encuentra inmersa la Reserva Osununú.
El proceso comenzó con la recolección de partes de los pocos ejemplares existentes, llevados al vivero para investigar su reproducción.
Según explicó oportunamente María Paula Bertolini, Especialista en Conservación de Fundación Temaikèn, “descubrimos que esta especie florece y fructifica solo una vez al año, durante unos pocos días en verano. Sin embargo, las duras condiciones ambientales en su hábitat dificultaban su reproducción natural”. Esta investigación permitió identificar métodos de propagación efectivos, aumentando las probabilidades de supervivencia de la especie.
En el vivero, se ha logrado tanto la reproducción por esquejes como la obtención de semillas, alcanzando un total de 208 plantines. Actualmente, quedan 98 en el vivero, mientras que 50 han sido trasplantados cuidadosamente en los pastizales para contribuir al fortalecimiento de la población silvestre. Estos avances representan un esfuerzo significativo en la protección de esta especie amenazada y de otras plantas endémicas, contribuyendo a la restauración de la biodiversidad en Misiones.