La Hermana Rosita Sidasmed, secretaria ejecutiva de la Red Eclesial Gran Chaco y Acuífero Guaraní (REGCHAG) y miembro del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), participó del conversatorio «Biodiversidad y cuidado de la Casa Común: experiencias de los territorios» en la COP16 en Cali, Colombia, la cumbre global de biodiversidad.
Fuente: EMIPA/ENDEPA
ARGENTINA (24/10/2024).- El domingo comenzó la COP16 en Cali, Colombia, la cumbre de biodiversidad más importante del mundo. Durante el evento, diversas instituciones eclesiales, organizaciones sociales, universidades y otros organismos públicos participan en una agenda que se extenderá hasta el primero de noviembre, incluyendo conversatorios, foros, congresos, exposiciones, proyecciones documentales y momentos de espiritualidad.
En ese contexto, la Hermana Rosita Sidasmed, Secretaria Ejecutiva de la Red Eclesial Gran Chaco y Acuífero Guaraní (REGCHAG) y miembro del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), participó del conversatorio «Biodiversidad y cuidado de la Casa Común: experiencias de los territorios». Allí se debatió sobre los desafíos y los aportes necesarios para la defensa de una ecología integral. Posteriormente, Rosita compartió estas reflexiones en una entrevista.
¿Cómo surge la iniciativa del cuidado de la Casa Común?
Desde hace un tiempo, la iglesia ha empezado a reconocer la importancia de nuevos sujetos eclesiales enfocados en los territorios. Cuando el Papa Francisco habla en «Laudato Si'» y en «Fratelli Tutti» sobre la ecología integral, se comienza a tomar mayor conciencia de que ser cristiano en este tiempo implica el compromiso con el cuidado de la Casa Común. Muchos territorios en el planeta necesitan protección urgente.
¿Por qué, o de qué, necesitan ser protegidos?
Existen políticas económicas que promueven un desarrollo capitalista que contradice la preservación de territorios y biodiversidad, impulsando actividades extractivas. Por ejemplo, el Acuífero Guaraní es hogar de una gran biodiversidad que está en riesgo.
Estas políticas fomentan el monocultivo, el uso intensivo de agroquímicos, la expansión de la frontera agropecuaria, incendios provocados para emprendimientos inmobiliarios, la tala indiscriminada y la privatización del agua, que debería ser un bien común.
Estas acciones no solo dañan los ecosistemas, sino que también afectan gravemente a las comunidades locales, obligándolas a migrar de forma forzada y alterando el equilibrio ecológico.
Hablando de las migraciones forzadas y los Pueblos Indígenas… ¿cómo ves esta problemática en Argentina, y específicamente en Misiones?
Los Pueblos Indígenas son quienes más cuidan la Casa Común y preservan los territorios, un bien invaluable para toda la sociedad. Los hermanos Mbya, en particular, han logrado importantes avances en términos de empoderamiento y visibilidad frente a los atropellos.
Sus comunidades están capacitadas y resisten desde sus cosmovisiones ancestrales y espiritualidad. La interconexión que tienen con sus territorios genera una unidad que fortalece redes de solidaridad entre las comunidades.
Las reuniones del Aty Ñeychyrõ son un ejemplo de cómo logran acuerdos estratégicos en conjunto. En Misiones, se ha avanzado mucho gracias a la lucha de las comunidades, con el apoyo del EMiPA, en resoluciones administrativas que han sido favorables en muchos casos.
¿Y qué falta?
Todavía queda mucho por hacer en Misiones. Uno de los principales desafíos es que los derechos indígenas no están reconocidos en la Constitución Provincial, a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional.
Además, es fundamental que los funcionarios públicos, especialmente en el ámbito policial y judicial, tengan mayor conocimiento sobre los derechos de los Pueblos Indígenas, para que puedan recibir sus denuncias y tomarlas en serio.
¿Cuáles crees que son los mayores desafíos que enfrentan hoy organizaciones como REGCHAG, ENDEPA o EMiPA para combatir las actividades que dañan la Casa Común?
Los desafíos son tanto a nivel macro como micro. A nivel macro, debemos incidir en la visibilización de la importancia del cuidado de la Casa Común, denunciando los atropellos y apoyando a quienes los sufren para amplificar sus voces. A nivel micro, creo que, como decía Gandhi, «debes ser el cambio que deseas ver en el mundo».
Es esencial tomar conciencia en nuestras prácticas cotidianas e institucionales, empezando desde lo más pequeño.
¿Y cuál es el mayor aporte?
Nuestro mayor aporte es la perspectiva de la ecología integral. No somos simplemente ecologistas; no solo nos preocupa la naturaleza. En esta lucha, es crucial no ignorar las voces de los más pobres. La naturaleza y las personas están intrínsecamente conectadas: el grito de los pobres es también el grito de la Casa Común.
Los Pueblos Indígenas nos enseñan esa interrelación profunda entre las personas, sus cosmovisiones, los territorios y la espiritualidad. Se trata de cuidar la Tierra porque es nuestro hogar, el de todos los seres humanos.
Ver el conversartorio conversatorio realizado en el marco de la COP16 en Colombia, que se realiza del 20 e octubre al 1.° de noviembre de 2024, en Cali. En este conversatorio participan representantes de las redes eclesiales territoriales: Red Eclesial Panamazónica (Repam), Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam) y Red Eclesial del Gran Chaco y Acuífero Guaraní (Reghag).
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