Misiones | De la ciudad al campo, el refugio ecoturístico Sucot logra combinar cría de ovejas y animales de granja en armonía con la biodiversidad de la selva misionera

Ana María Preiser es una emprendedora que se considera privilegiada al cumplir el sueño de desarrollar su emprendimiento en el departamento de Eldorado, en Misiones. Combina la producción agrícola y el turismo sostenible, se dedica a la cría de ovejas Dorper, conejos, pavos y gallinas para comercialización, además de mantener una huerta orgánica. El lugar, acondicionado para recibir visitantes, cuenta con diez hectáreas de bosque nativo, con árboles centenarios señalizados, senderos y claros perfecto para disfrutar de distendidas jornadas de mate o tereré o desgustar la gastronomía regional. Tiene cabañas, piscina y actividades vinculadas a conocer sobre el manejo de una granja y la biodiversidad local.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

 

MISIONES (20/7/2024).- En 2018, Ana María Preiser, emprendedora de paisajismo y mantenimiento de jardines en Buenos Aires, realizó un viaje que cambiaría su vida. Visitando las Cataratas del Iguazú con una amiga, se enamoró de la tierra colorada de Misiones y su rica biodiversidad.

Este amor la llevó a radicarse en el municipio de Santiago de Liniers, en el departamento de Eldorado, donde transformó su sueño de criar ovejas en una realidad, y fue por más ante la motivación que encontró en la provincia para desarrollar su propio emprendimiento no solo productivo sino combinado con el ecoturismo en un entorno rural con Sucot, que en hebreo significa cabaña o refugio de ovejas.

El predio tiene 16 hectáreas de naturaleza, y es de muy fácil acceso ya que está situado sobre la Ruta Provincial N°17, km 45. Este refugio privado combina producción agrícola y turismo sostenible.

Con diez hectáreas de bosque nativo, donde los árboles centenarios están señalizados con carteles, y senderos bifurcados con claros para disfrutar del mate o tereré, los visitantes pueden observar una fauna diversa que incluye venados, coatíes, mulitas, urones, lagartos overos y una gran variedad de aves y mariposas.

El sueño de una vida tranquila rodeada de naturaleza

La historia de Sucot comenzó en septiembre de 2018 cuando Ana, guiada por su fe y la ayuda de una inmobiliaria, adquirió un terreno sobre la ruta como una inversión futura. «En ese tiempo trabajaba en Buenos Aires con mi empresa de paisajismo y mantenimiento de jardines», recuerda Ana. El estrés y la inseguridad de la vida en la ciudad la llevaron a soñar con una vida más tranquila.

A finales de ese año, Ana conoció a un matrimonio de la localidad de 9 de Julio en una convención en Buenos Aires. Ellos se ofrecieron como administradores y comenzaron a limpiar el campo, que entonces era todo «capuera». Así empezó todo, y por eso el nombre «Sucot «.

Durante los primeros años, Ana seguía trabajando en Buenos Aires y visitaba su predio en Misiones solo durante sus vacaciones en julio y enero. Sin embargo, la pandemia aceleró su decisión de mudarse definitivamente. «Dejé la empresa a cargo de mis hijos y comencé a proyectar algo más que una cabaña de cría de ovejas», explica Ana.

Con la idea de compartir este hermoso lugar con la gente, Ana construyó un predio con quincho, cocina, parrilla, piscina, baños, vestuarios y dormitorios. Su objetivo era recibir a familias, escuelas y visitantes en general, y mostrarles cómo es una pequeña granja y su manejo.

En Sucot se crían ovejas Dorper, conejos, pavos y gallinas para comercialización, además de mantener una huerta orgánica y producir yerba mate canchada.

La importancia de la educación rural también es un pilar en Sucot. «Han venido muchas escuelas de la zona y la ciudad, y pasantes de la Agrotécnica para aprender y practicar distintas actividades», señala Ana.

Además, el predio fue sede de talleres del IMiBio (Instituto Misionero de Biodiversidad) sobre recolección y consumo de hongos que crecen naturalmente en el bosque, un valor agregado para la producción sostenible basada en la biodiversidad del lugar.

Un refugio para desconectarse y sumergirse en la naturaleza

Los visitantes pueden disfrutar de diversas actividades en Sucot, desde conocer y alimentar a los animales de la granja hasta participar en terapias de bosque. El predio cuenta con un quincho amplio, una piscina, canchas de fútbol y voleibol, y servicios de catering.

«La capacidad es de 16 camas, y es un camping con estacionamiento y iluminación nocturna. La piscina la pueden disfrutar tanto los visitantes de la localidad como los que se hospedan», comenta Ana.

Sucot no solo ha sido un refugio para quienes buscan desconectarse y sumergirse en la naturaleza, sino también un motor de desarrollo local. «El emprendimiento era muy necesario en la zona. No había un lugar completo donde las familias pudieran pasar el día, celebrar eventos o realizar excursiones didácticas», explica Ana.

La colaboración con el municipio y la comunidad fue fundamental para el éxito del proyecto, incluyendo la mejora del acceso al predio y la instalación de servicios básicos.

A pesar de los desafíos, como la falta de financiamiento para proyectos ecoturísticos, Ana sigue adelante con su visión. «Estar en la bellísima tierra colorada, con su biodiversidad y su gente linda, es un sueño hecho realidad. Sucot es hoy un refugio para des-estresarse y desconectarse de la vida ajetreada, y sumergirse en la naturaleza», concluye Ana.

Sucot Turismo en Santiago de Liniers es un ejemplo vivo de cómo los emprendimientos ecoturísticos pueden generar un impacto positivo socio-territorial y ambiental, ofreciendo a los viajeros una alternativa sostenible y enriquecedora.

Artículos relacionados

Últimas noticias

Opinión