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Cambio climático y salud | Nuevo informe de Lancet Countdown Latinoamérica expone el impacto sobre la población y la urgencia en avanzar en políticas públicas

El informe destaca el aumento de la exposición de las poblaciones a condiciones climáticas cambiantes entre 2022 y 2023, que están afectando al sistema sanitario y a los recursos de salud pública, exacerbando la vulnerabilidad de las personas y las desigualdades económicas en la región de América Latina y el Caribe. Se observa un incremento significativo en las víctimas de eventos como olas de calor, que pueden resultar fatales, así como un aumento en las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores, como el dengue. Además, se señala la prolongación del riesgo de incendios forestales y sus consecuencias ambientales y económicas.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

AMÉRICA LATINA Y ARGENTINA (25/4/2024).- El informe regional 2023 de The Lancet Countdown acentúa respecto a los impactos sanitarios en cascada frente al calentamiento global y agravados del cambio climático antropogénico, marcados por una mayor exposición a  olas de calor, incendios forestales y enfermedades transmitidas por vectores.

Y entre sus principales reflexiones, con evidencia demuestra que el cambio climático no sólo afecta directamente a la salud de las poblaciones, sino que también es muy costoso para los países al afectar a los activos, disminuir la productividad laboral y aumentar los costos de la mala salud. Además, estos impactos económicos repercuten después en los determinantes sociales de la salud, afectando a la salud de las poblaciones y creando un círculo vicioso de pobreza y mala salud, indican entre sus principales con conclusiones los autores del informe. Entre ellos, Stella M. Hartinger, Yasna K. Palmeiro-Silva, Camila Llerena-Cayo, Luciana Blanco-Villafuerte, Luis E. Escobar, Avriel Diaz, Juliana Helo Sarmiento, Andres G. Lescano, Oscar Melo, David Rojas-Rueda, Bruno Takahashi, Max Callaghan, Francisco Chesini, Shouro Dasgupta, Carolina Gil Posse, Nelson Gouveia, Aline Martins de Carvalho, Zaray Miranda-Chacón, Nahid Mohajeri, Chrissie Pantoja, Elizabeth JZ Robinson, Maria Fernanda Salas, Raquel Santiago, Enzo Sauma, Mauricio Santos-Vega, Daniel Scamman, Milena Sergeeva, Tatiana Souza de Camargo, Cecilia Sorensen, Juan D. Umaña, Marisol YglesiasGonzález, Maria Walawender, Daniel Buss, y Marina Romanello.

Los países latinoamericanos requieren políticas públicas intersectoriales que aumenten simultáneamente la resiliencia climática, reduzcan las desigualdades sociales, mejoren la salud de la población y reduzcan las emisiones de GEI.

En segundo lugar, necesitan acelerar la transición energética que priorice la salud y el bienestar de las personas, reduzca la pobreza energética y la contaminación atmosférica y maximice los beneficios económicos y sanitarios.

«Y para lograrlo, la región requiere de aumentar la financiación climática mediante compromisos financieros permanentes y bancos multilaterales de desarrollo para allanar vías de desarrollo resilientes al clima», fueron los tres mensajes claves de los expertos de Lancet Countdown Latinoamérica para quienes toman decisiones en las políticas públicas de los países de la región, si se quiere seguir explorando y avanzando para lograr un desarrollo resiliente al cambio climático centrado en la salud.

En 2023 se produjeron una serie de acontecimientos climatológicos y políticos que impulsaron en parte la agenda mundial sobre el clima y la salud, al tiempo que sacaron a la luz varias vulnerabilidades sociales relacionadas con el clima.

En el frente político, se dio un importante paso adelante con la inauguración del Día de la Salud en la COP28, en el que se reconocieron los profundos impactos del cambio climático sobre la salud.

Asimismo, la primera Evaluación Global de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) mostró una brecha importante entre el progreso actual y los objetivos delineados en el Acuerdo de París, lo que subraya la necesidad urgente de tomar medidas adicionales y decisivas.

Desde una perspectiva latinoamericana, surgen algunas preguntas ¿Cómo manifestamos el cambio que se necesita? ¿Cómo abordar las vulnerabilidades al cambio climático en una región con significativas desigualdades sociales? ¿Cómo promover la colaboración intersectorial para enfrentar un problema tan complejo como el cambio climático?

ArgentinaForestal.com participó de la presentación virtual que expertos de Lancet Countdown Latinoamérica realizaron el pasado 19 de abril para periodistas de la región, y en esta edición compartimos algunos de los aspectos más relevantes del informe, ya que se destaca el aumento significativo de la exposición de las poblaciones a condiciones climáticas cambiantes entre 2022 y 2023, brindando evidencia crucial para la formulación de políticas públicas sobre Salud y Cambio Climático.

Un ejemplo del impacto económico del calor en la Argentina: de 2013 a 2022, se perdieron anualmente 300 millones de horas laborales por exposición al calor, un aumento del 116% en comparación con el periodo de 1991-2000. Esto equivale a una pérdida potencial de ingresos de US$1.3 mil millones al año debido a la disminución de la mano de obra.

La exposición al calor también afecta a los trabajadores y limita la productividad laboral, poniendo en riesgo los ingresos, los medios de vida y los determinantes sociales de la salud.

 

Lancet Countdown en la región

El Centro Regional Lancet Countdown Latinoamérica, anteriormente conocido como Lancet Countdown, amplió su alcance geográfico para incluir México y cinco países centroamericanos: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá. Esta expansión responde a la creciente necesidad de una mayor colaboración en una región marcada por significativas disparidades sociales, incluyendo disparidades en capacidades de investigación y financiamiento.

Este centro es una iniciativa de colaboración independiente y multidisciplinaria que se dedica al seguimiento de los vínculos entre la salud y el cambio climático en Latinoamérica, utilizando las metodologías y los cinco dominios del Lancet Countdown Global.

El trabajo en Latinoamérica se basa en el compromiso de 23 instituciones académicas regionales, agencias de las Naciones Unidas y la generosa contribución de 34 investigadores con su tiempo y experiencia.

El Informe 2023 del Lancet Countdown Latinoamérica, basado en su primer reporte, presenta 34 indicadores que analizan la relación entre la salud y el cambio climático hasta 2022. Su objetivo es proporcionar evidencia para la toma de decisiones públicas, con el fin de mejorar la salud y el bienestar de las poblaciones latinoamericanas, así como reducir las desigualdades sociales a través de acciones climáticas centradas en la salud.

Este informe destaca que los países de la región continúan experimentando una creciente exposición de sus poblaciones a las cambiantes condiciones climáticas. Por ejemplo, se observa una tendencia al calentamiento en todos los países latinoamericanos, con un aumento promedio de 0.38°C en las altas temperaturas ambientales entre 1986-2005 y 2022.

Paraguay registró la mayor anomalía con un aumento de +1.9°C, seguido por Argentina (+1.2°C) y Uruguay (+0.9°C).

Entre 2013 y 2022, los infantes experimentaron un aumento del 248% en días de ola de calor, mientras que las personas mayores de 65 años enfrentaron un incremento del 271%.

Además, se observó un aumento en las horas anuales durante las cuales el calor ambiental presentó al menos un riesgo moderado o alto de estrés térmico durante la actividad física ligera al aire libre en comparación con décadas anteriores.

En cuanto a la mortalidad relacionada con el calor, se registró un incremento del 140% entre los periodos 2000-2009 y 2013-2022.

Los cambios en los ecosistemas también han contribuido a un aumento del riesgo de incendios forestales, exponiendo a las poblaciones a peligros extremadamente altos durante periodos más prolongados.

Por último, el potencial de transmisión del dengue por el mosquito Aedes aegypti aumentó un 54% desde 1951-1960 hasta 2013-2022, lo que coincide con los recientes brotes y el aumento de casos de dengue observados en toda Latinoamérica en los últimos meses.

Cambio climático, salud y adaptación ante el nuevo escenario

Basándose en el informe 2023 de Lancet Countdown para Latinoamérica, los expertos concluyen en tres mensajes clave que la región debe seguir explorando y avanzando para lograr un desarrollo resiliente al cambio climático centrado en la salud:

· Los países latinoamericanos requieren políticas públicas intersectoriales que aumenten simultáneamente la resiliencia climática, reduzcan las desigualdades sociales, mejoren la salud de la población y reduzcan las emisiones de GEI.

Las conclusiones revelan una debilidad persistente en las políticas de adaptación al cambio climático en Latinoamérica, subrayando la urgente necesidad de evaluaciones sólidas de vulnerabilidad y adaptación (VyA) para abordar eficazmente los riesgos climáticos. Lamentablemente, estas evaluaciones son escasas en la región.

Hasta 2021, Brasil fue el único país que completó y oficialmente comunicó una VyA a la Encuesta Global 2021 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque Argentina, Guatemala y Panamá también han realizado dichas evaluaciones, no habían sido notificadas.

Los esfuerzos en el desarrollo e implementación de Planes Nacionales de Adaptación de la Salud (NAP) varían considerablemente y su alcance es limitado. Brasil, Chile y Uruguay son los únicos países que cuentan con un NAP.

Además, las evaluaciones de riesgos del cambio climático realizadas por ciudades son muy limitadas en la región. La colaboración entre los sectores meteorológico y sanitario sigue siendo insuficiente, con solo Argentina, Brasil, Colombia y Guatemala informando cierto nivel de integración, lo que dificulta las respuestas integrales a los riesgos para la salud relacionados con el clima.

A pesar de la urgencia de actuar, desde 2015 ha habido avances mínimos en la expansión de espacios verdes urbanos en toda la región, con solo Colombia, Nicaragua y Venezuela mostrando mejoras ligeras.

La disminución de la financiación para proyectos de adaptación al cambio climático en Latinoamérica es alarmante, como lo demuestra la caída del 16% en los fondos asignados por el Fondo Verde para el Clima en 2022 en comparación con 2021. De manera preocupante, ninguno de los fondos aprobados en 2022 se destinó a proyectos de cambio climático y salud, evidenciando una brecha crítica en la respuesta a los riesgos climáticos para la salud.

Desde la perspectiva de la vulnerabilidad, el Índice de Riesgo de Mosquitos indica una disminución general del riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos en la región debido a mejoras en agua, saneamiento e higiene, aunque Brasil y Paraguay muestran un aumento en este indicador. Sin embargo, persiste una variación temporal significativa dentro y entre los países, sugiriendo una preparación inadecuada para los cambios climáticos.

En resumen, abordar los desafíos climáticos y de salud en Latinoamérica requiere una colaboración intersectorial más fuerte y amplia, que trascienda los límites del sector sanitario y medioambiental. Esto implica la participación de sectores como finanzas, transporte, energía, vivienda, sanidad y agricultura, así como estructuras institucionales e instrumentos políticos que faciliten una colaboración a largo plazo.

·         Los países latinoamericanos necesitan acelerar la transición energética que priorice la salud y el bienestar de las personas, reduzca la pobreza energética y la contaminación atmosférica y maximice los beneficios económicos y sanitarios.

En Latinoamérica, la transición energética presenta desafíos significativos, con un aumento notable en la generación de electricidad a partir del carbón durante las últimas décadas. Sin embargo, este incremento podría ser incluso mayor debido a la posible subestimación de otros combustibles fósiles utilizados, especialmente durante eventos climáticos extremos y problemas en la producción hidroeléctrica.

Por otro lado, las fuentes de energía renovable han experimentado un crecimiento promedio del 5.7% en el mismo período, aunque el acceso a combustibles limpios para cocinar sigue siendo preocupante, especialmente en áreas rurales.

La dependencia excesiva de los combustibles fósiles, particularmente el gas licuado de petróleo (GLP), para cocinar es alarmante, ya que aproximadamente el 74.6% de los países latinoamericanos dependen de este combustible. La transición hacia alternativas más limpias no solo tendría beneficios ambientales, sino también para la salud, al reducir la mortalidad relacionada con la contaminación del aire en los hogares.

En el sector del transporte, los combustibles fósiles aún dominan, aunque algunos países sudamericanos están aumentando el uso de biocombustibles. La mortalidad prematura atribuible a la contaminación del aire ha aumentado en toda Latinoamérica, siendo Chile, Perú, Brasil, Colombia, México y Paraguay los más afectados.

En cuanto a la emisión y captura de gases de efecto invernadero (GEI), la deforestación y la expansión agrícola son los principales responsables de la pérdida de cubierta arbórea, representando aproximadamente el 80% de la pérdida total. La producción de alimentos de origen animal también contribuye significativamente a las emisiones de GEI.

Desde el punto de vista de la salud, una dieta desequilibrada está asociada con un elevado número de muertes, especialmente debido al consumo excesivo de carne roja y procesada, así como productos lácteos.

En términos de contaminación atmosférica, tanto en entornos exteriores como interiores, Latinoamérica enfrenta desafíos significativos, con notables diferencias entre áreas urbanas y rurales. Varios países latinoamericanos se encuentran entre los más contaminados del mundo.

La transición hacia fuentes de energía más limpias, la reducción progresiva de los combustibles fósiles y la mejora de la eficiencia energética no solo son medidas para abordar el cambio climático, sino también oportunidades para mejorar la salud y la economía de la región.

·         Los países de Latinoamérica necesitan aumentar la financiación climática mediante compromisos financieros permanentes y bancos multilaterales de desarrollo para allanar vías de desarrollo resilientes al clima.

El cambio climático representa una carga económica considerable, con inversiones en medidas de mitigación y adaptación que avanzan lentamente en Latinoamérica. En 2022, las pérdidas económicas debidas a fenómenos climáticos extremos ascendieron a entre 15.000 y 6.000 millones de dólares, principalmente por inundaciones y deslizamientos de tierra en Brasil, representando el 0.28% del Producto Bruto Interno (PIB) de la región.

Estas pérdidas, a diferencia de los países de ingresos altos, en su mayoría carecen de cobertura de seguros, lo que supone una carga financiera significativa para familias y gobiernos. La mortalidad relacionada con el calor entre personas mayores de 65 años alcanzó niveles alarmantes, superando los ingresos medios de 451.000 personas al año. La pérdida potencial de ingresos debido a la reducción de la capacidad laboral relacionada con el calor representó el 1.34% del PIB regional, afectando especialmente a los sectores agrícola y de construcción.

Además, el costo económico de la mortalidad prematura por contaminación atmosférica fue considerable, equivalente al 0.61% del PIB regional. Aunque las inversiones en energías limpias aumentaron en 2022, superando a las de combustibles fósiles, todos los países mantuvieron precios del carbono netos negativos en 2020, revelando subsidios a los combustibles fósiles por un total de 23.000 millones de dólares.

La transición a una energía limpia y la acción contra el cambio climático no solo serían económicamente beneficiosas, sino que también mejorarían la salud y el bienestar social. Sin embargo, se necesitan sistemas financieros más sólidos para implementar políticas de mitigación y adaptación. La financiación climática en la región es escasa y depende de cambios políticos, lo que amenaza las respuestas adecuadas a los desafíos actuales y futuros.

El informe regional 2023 de The Lancet Countdown destaca la necesidad urgente de políticas públicas intersectoriales para mejorar la resiliencia climática, priorizar una transición energética centrada en los beneficios para la salud y aumentar la financiación climática a través de esfuerzos financieros sostenidos y colaboración con bancos de desarrollo multilaterales.

Al abordar estas cuestiones y tomar medidas decisivas, América Latina puede enfrentar eficazmente los desafíos del cambio climático, promoviendo un futuro más sostenible y resiliente para su población.

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