Temperaturas récord en los océanos y múltiples olas de calor mantienen en alerta a la comunidad científica ante una nueva frontera climática

Advierten de una nueva frontera climática ante registros récord en lo que respecta al calentamiento global de la tierra este año, con altas temperaturas en los océanos, olas de calor extremas con niveles de más de 52 grados, en el caso de China es récord. No hay certeza del impacto que pueda implicar estos fenómenos, y desde la comunidad científica hay preocupación ya que se advierten de cambios irreversibles en sistemas naturales clave. «Hay desconocimiento aún de cuál será el comportamiento del clima al 2024 y muchos interrogantes», explican desde la ONU respecto al ingreso de la tierra a un terreno desconocido.

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

Fuentes: ONU, The Guardian, Meteored Tiempo

 

ARGENTINA (21/7/2023).- Científicos de todo el mundo activaron una alarma climática en junio respecto a las altas temperaturas nunca antes registradas en el Ártico y la Antártida, preocupación que se intensificó en lo que va de julio frente al aumento de las temperaturas del agua del mar,  las olas de calor del Hemisferio Norte, los mega incendios en Canadá, las inundaciones por tormentas más intensas registradas en distintas ciudades del mundo.

En China registraron más de 52° de temperatura -récord en 2023-,  y se activó el fenómeno del Niño, entre otras variables naturales sin precedentes que se aceleran en las mediciones y que nunca antes habían sido registradas. Todo esto nos coloca ante una nueva frontera histórica de registros en lo que respecta al calentamiento global de la tierra este año.

No hay certeza de su impacto, si se advierte de cambios irreversibles en sistemas clave, pero hay desconocimiento aún de cuál será el comportamiento al 2024. Para la ONU, la tierra está entrando en un terreno desconocido.

La Organización de Naciones Unidas advirtió este martes que el mundo debe prepararse para olas de calor más intensas. “Este tipo de situaciones continuará creciendo en intensidad, y el mundo necesita prepararse para olas de calor más intensas”, señaló a la prensa en Ginebra el experto en calor extremo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), John Nairn.

“El fenómeno El Niño, recientemente declarado, no hará más que amplificar la incidencia y la intensidad de las olas de calor extremo”, indicó. Se registran incendios activos en Grecia, España y Estados Unidos y un posible récord de temperatura para el continente europeo en las islas italianas de Cerdeña y Sicilia.

Las autoridades sanitarias han emitido alertas por calor en Estados Unidos, Europa y Asia, y recuerdan que es necesario hidratarse y protegerse del sol, en una nueva ilustración de los efectos directos del calentamiento global..

“Uno de los fenómenos notables que hemos observado es que el número de olas de calor simultáneas en el hemisferio norte se ha multiplicado por seis de los años 1980. Esta tendencia no muestra ninguna señal de disminuir”, indicó el experto de la OMM.

Pocos medios de comunicación le dan el espacio que debiera tener esta realidad en la agenda diaria para que los Estados prioricen en la agenda pública acciones más urgentes de mitigación y planes de adaptación,además de informar a la población lo que está ocurriendo y se destinen más recursos a la investigación y se analicen soluciones posibles a los efectos extremos del Cambio Climático.

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Qué son los domos de calor

Desde China a los EE.UU. continentales, pasando por la cuenca mediterránea y zonas de Irán e Iraq están soportando varios domos de calor que están llevando a la Tierra a valores muy altos de las temperaturas a 2 m, con sus olas de calor respectivas.

“Aunque no existe una definición universal de domo o cúpula de calor se puede considerar como una zona o parte de una gran y profunda dorsal de altas presiones, digamos desde 500 hPa hasta superficie, de lento desplazamiento que afecta a un área amplia durante algunos días, más de tres, preferentemente en los meses más cálidos, donde se acumula altas temperaturas desde niveles altos hasta superficie y donde el aire estable, seco y soleado se calienta, aún más por subsidencia (aire descendente) en su interior y hace que las temperaturas en niveles bajos aumenten de forma notoria siendo precursores y desarrolladores de olas de calor potenciales”, explican desde el sitio especializado Meteored Tiempo.

Durante los días de mediados de julio de 2023, y ya en el periodo canicular, se están observando varios domos de calor asociados a patrones de intensas y profundas dorsales o anticiclones desde 500 hPa (5.500 m) hasta niveles bajos.

Estos domos de calor han llevado a temperaturas superiores a 50 ºC a lugares como el Valle de la Muerte, California-EE.UU., zonas de China y áreas de Irán a Iraq, y valores del orden de 48-49 ºC en zonas africanas del Mediterráneo y 45-46 ºC en puntos de los países europeos de dicha cuenca (España, Italia, Grecia, etcéteras).

Lo llamativo de esta situación es que estos domos del hemisferio norte muestran una estructura periódica asociada a los anticiclones cuasi estacionarios subtropicales.

Crisis climática y alerta máxima

“Somos malditos tontos’, dice el científico que hizo sonar la alarma climática en los años 80 y que ahora en una entrevista en The Guardian advierte que “lo peor está por venir”. Se trata de James Hansen, quien testificó ante el Congreso sobre el calentamiento global en 1988, cuando advirtió que el mundo se acercaba a una «nueva frontera climática». En 2023 ya la cruzó.

“El mundo se está desplazando hacia un clima sobrecalentado que no se había visto en el último millón de años, antes de la existencia humana”, explica.

Y en ese contexto, remarca: «Somos unos malditos tontos por no actuar de acuerdo con las advertencias sobre la crisis climática”.

Hansen es el científico estadounidense que alertó al mundo al efecto invernadero en la década de 1980. Su testimonio ante el Senado de los EE. UU. en 1988 se cita como la primera revelación de alto perfil del calentamiento global, junto a otros dos científicos.

Esta «nueva frontera climática» con temperaturas más altas que en cualquier otro punto en los últimos millones de años, traería impactos como tormentas más fuertes, olas de calor y sequías. Y estos fenómenos se han intensificado de manera alarmante según la comunidad científica global.

James Hansen: «Hay mucho más efectos en camino, a menos que reduzcamos las cantidades de gases de efecto invernadero». Fotografía: Murdo MacLeod/The Guardian

Phoenix rompe récord de calor

La ola de calor extremo extendida de Arizona está en camino de romper su récord para el período más largo de días registrados hasta el 14 de julio de 2023. Las personas buscan refugio del calor y descansan en el centro de enfriamiento de la Primera Iglesia Congregacional Unida de Cristo en Phoenix.

La iglesia abrió sus puertas y brindó agua, alimentos y refrigerios a los residentes que buscaban alivio del calor. Hoy marca el decimoquinto día consecutivo de temperaturas superiores a los 110 grados en el área de Phoenix. Las temperaturas récord continúan aumentando a medida que las olas de calor prolongadas se extienden por el suroeste.

«Phoenix se convertirá en la primera ciudad importante en la historia de los Estados Unidos en tener un promedio de más de 100 °F durante todo un mes. La ciudad ha experimentado una ola de calor prácticamente continua desde principios de julio, con un máximo promedio de 114,1 °F y un mínimo promedio de 90,2 °F. Si bien Phoenix está acostumbrado al intenso calor del verano, este mes de julio no ha tenido precedentes en la historia de la ciudad con un récord de tres semanas seguidas de más de 110 °F de calor y 11 días seguidos de temperaturas mínimas nocturnas de 90 °F o más», indicó.

La racha récord de noches calurosas es particularmente preocupante porque las temperaturas nocturnas repetidamente altas no permiten que el cuerpo se recupere de los días calurosos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades causadas por el calor e incluso la muerte. «Desafortunadamente para Phoenix, esta ola de calor en curso parece continuar durante el resto del mes, y se espera que los máximos diurnos continúen superando los 110 ° F, y las noches solo lleguen a los 90», pronosticó,

“El mundo ya se ha calentado alrededor de 1,2 °C desde la industrialización masiva, lo que genera un 20 % de posibilidades de tener el tipo de temperaturas extremas de verano que se ven actualmente en muchas partes del hemisferio norte, frente al 1 % de probabilidad hace 50 años”, dijo Hansen. “Hay mucho más en camino, a menos que reduzcamos las cantidades de gases de efecto invernadero”, agregó el científico de 82 años en la entrevista con The Guardian.

“Estas supertormentas son una muestra de las tormentas de mis nietos. Nos dirigimos conscientemente a la nueva realidad: sabíamos que se avecinaba”, expresó.

Las  olas de calor récord han sacudido en julio a EE. UU., Europa, China y otros lugares en las últimas semanas. Se registra un aumento de  “una sensación de decepción porque los científicos no nos comunicamos más claramente y porque no elegimos líderes capaces de dar una respuesta más inteligente”. Esto “significa que somos unos malditos tontos”, dijo Hansen sobre la pesada respuesta de la humanidad a la crisis climática. “Tenemos que probarlo para creerlo”.

Es probable que este año sea el más caluroso jamás registrado a nivel mundial, ya que el verano ya está experimentando el junio más caluroso y, posiblemente, la semana más calurosa jamás medida de manera confiable. Por el contrario, 2023 puede considerarse con el tiempo un año promedio o incluso templado, ya que las temperaturas continúan aumentando. “Las cosas empeorarán antes de mejorar”, dijo Hansen.

“Esto no significa que el calor extremo en un lugar en particular este año se repetirá y crecerá cada año. Las fluctuaciones climáticas mueven las cosas. Pero la temperatura media global subirá y los dados climáticos estarán cada vez más cargados, incluyendo más eventos extremos”, advirtió.

Hansen, en un nuevo artículo de investigación- que aun no fue revisado por sus pares-, argumentó que la tasa de calentamiento global se está acelerando, incluso cuando se toman en cuenta las variaciones naturales, como el evento climático actual de El Niño que eleva periódicamente las temperaturas.

Esto se debe, según el científico, a un desequilibrio «sin precedentes» en la cantidad de energía que ingresa al planeta desde el sol versus la energía reflejada desde la Tierra.

 

Se necesitan más datos

Si bien las temperaturas globales sin duda están aumentando debido a la quema de combustibles fósiles, los científicos están divididos sobre si esta tasa se está acelerando. “No vemos evidencia de lo que dice Jim”, dijo Michael Mann, científico climático de la Universidad de Pensilvania, quien agregó que el calentamiento del sistema climático había sido “notablemente constante”. Otros dijeron que la idea era plausible, aunque se necesitaban más datos para estar seguros.

“Tal vez sea prematuro decir que el calentamiento se está acelerando, pero no está disminuyendo, seguro. Todavía tenemos el pie en el acelerador”, dijo Matthew Huber, experto en paleoclimatología de la Universidad de Purdue.

Los científicos han estimado, a través de reconstrucciones basadas en evidencia recopilada a través de núcleos de hielo, anillos de árboles y depósitos de sedimentos, que el aumento actual en el calentamiento ya ha llevado las temperaturas globales a niveles no vistos en la Tierra desde hace unos 125.000 años, antes de la última edad de hielo.

“Es muy posible que ya estemos viviendo en un clima en el que ningún ser humano ha vivido antes y ciertamente estamos viviendo en un clima en el que ningún ser humano ha vivido desde antes del nacimiento de la agricultura”, dijo Bob Kopp, científico climático de la Universidad de Rutgers.

En caso de que las temperaturas globales aumenten 1°C o más, lo que se pronostica ampliamente que sucederá para fines de siglo, salvo una reducción drástica de las emisiones, Huber dijo que Hansen estaba “en general en lo cierto” en cuanto a que el mundo se sumergirá en el tipo de calor que no visto desde hace 1-3 millones de años, un período de tiempo llamado el Plioceno.

“Ese es un mundo radicalmente diferente”, dijo Huber sobre una época en la que hacía suficiente calor para que crecieran hayas cerca del polo sur y los niveles del mar eran unos 20 metros más altos que ahora, lo que hoy ahogaría a la mayoría de las ciudades costeras.

“Estamos elevando las temperaturas hasta los niveles del Plioceno, que está fuera del ámbito de la experiencia humana; es un cambio tan masivo que la mayoría de las cosas en la Tierra no han tenido que lidiar con él”, indicó. “Es básicamente un experimento con humanos y ecosistemas para ver cómo responden. Nada se adapta a esto”.

Los cambios anteriores en el clima, provocados por los gases de efecto invernadero o los cambios en la órbita de la Tierra, han provocado que se desarrollen cambios durante miles de años. Pero a medida que las olas de calor azotan a las poblaciones que no están acostumbradas a las temperaturas extremas, los bosques se queman y la vida marina lucha para hacer frente al creciente calor del océano, el pico ascendente actual se está produciendo a un ritmo no visto desde la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años.

“No es solo la magnitud del cambio, es la tasa de cambio lo que es un problema”, dijo Ellen Thomas, científica de la Universidad de Yale que estudia el clima en escalas de tiempo geológicas. “Tenemos carreteras y vías férreas establecidas, nuestra infraestructura no se puede mover. Casi todos mis colegas han dicho que, en retrospectiva, hemos subestimado las consecuencias. Las cosas se están moviendo más rápido de lo que pensábamos, lo cual no es bueno”.

El calor abrasador de este verano ha revelado completamente al mundo un mensaje que Hansen intentó transmitir hace 35 años y que los científicos se han esforzado por transmitir desde entonces, según Huber.

“Hemos estado mirando esto a la cara como científicos durante décadas, pero ahora el mundo está pasando por el mismo proceso, que es como las cinco etapas del duelo”, dijo. “Es doloroso ver a la gente pasar por eso. Pero no podemos rendirnos simplemente porque la situación es grave”, agregó Huber. “Necesitamos decir ‘Aquí es donde necesitamos invertir y hacer cambios e innovar’ y no rendirnos. No podemos simplemente descartar a miles de millones de personas”, concluyó.

 

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