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Desde John Deere miran con preocupación el mercado argentino ante el impacto por las restricciones en las importaciones

Roberto Marques, director comercial de construcción y forestal de John Deere en Brasil, abordó varios temas relevantes para la empresa en una entrevista con la revista CLA, entre ellos la adquisición de Wirtgen Group, la culminación del joint venture con Hitachi, la cadena de suministro y el desarrollo del mercado en América Latina. «Argentina está con una restricción muy importante para las importaciones, no sólo de equipos, sino que en general, por lo que el país presenta una expectativa a la baja, luego de haber llegado a un mercado de más de 4.000 equipos en 2022», explica el ejecutivo.

 

Fuente: Construcción Latinoamericana (CLA)

 

BRASIL Y ARGENTINA (20/5/2023).- “Para 2023 la expectativa de América Latina es algo menor, demandando alrededor de 47.000 unidades, esto debido a las tasas de interés más altas y a los cambios de gobierno experimentados en algunos países, lo que toma un tiempo para acomodarse frenando un poco la adquisición de equipos. Pero es una baja muy pequeña, no preocupante”, comenta Roberto Marques, director comercial de construcción y forestal de John Deere en Brasil.

Aunque advierte que esta caída aún no se observa en los resultados año a año. “Si miramos los últimos 12 meses, year to year, todavía sigue subiendo”, indica.

Asimismo, todavía la región está con interesantes proyectos de desarrollo que permitirían un mercado saludable. “En México está el proceso de nearshoring, con empresas que traen al país sus fábricas. Estuve recientemente en Colombia y son muchas las obras que están avanzando. Y Brasil, si bien está pasando por un periodo de adaptación con el nuevo gobierno, tiene también muchas obras andando”, afirma Marques.

En ese contexto, para el ejecutivo la gran preocupación es Argentina, que está con una restricción muy importante para las importaciones, no sólo de equipos, sino que en general, por lo que el país presenta una expectativa a la baja, luego de haber llegado a un mercado de más de 4.000 equipos en 2022.

Por último, Marques advierte que el sector del alquiler es el que está mostrando más fuerza en este momento, más que nada por las tasas de interés. “Históricamente cuando hay un periodo de alza en las tasas de interés, el segmento de rental crece de manera natural. ¿Cuánto puede crecer? Es difícil predecir. El sector representa normalmente entre un 10-15%, dependiendo de cada país, pero podría alcanzar un 20-25%. Aunque todo es una expectativa”, señala.

 

Inversiones en Latinoamérica

La importancia del mercado latinoamericano para John Deere se puede demostrar con las inversiones que ha hecho la empresa en la región. De acuerdo con Marques, la empresa ha invertido más de US$800 millones sólo en la última década, ampliando la bodega de repuestos de Indaiatuba, abriendo un nuevo depósito en Miami, y fortaleciendo sus bodegas de distribución en Argentina y México, por ejemplo.

Cabe recordar que en noviembre pasado la compañía anunció una inversión de R$190 millones (unos US$35 millones) en sus dos plantas ubicadas en Brasil, señalando que su intención es satisfacer la creciente demanda de máquinas de la línea amarilla y aumentar la capacitación de más personas para trabajar en la industria en los próximos años.

Además de estos objetivos, la inversión contempla mejoras en el programa Smart Connected Factory, encargado de desarrollar herramientas y procesos inteligentes relacionados con la Industria 4.0, que engloba un amplio sistema de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, la robótica y el Internet de las cosas.

“Nuestra región tiene un potencial muy grande de crecimiento e invertir más es una cuestión de tiempo, aunque no haya nada anunciado aún. Tenemos los ingredientes para seguir siendo una región muy atractiva para la compañía”, asegura Marques.

Roberto Marques, director comercial de construcción y forestal de John Deere

Recientemente en la revista Construcción Latinoamericana (CLA) que entrevistó a Roberto Marques, abordó varios temas relevantes para la empresa. Desde que John Deere adquirió Wirtgen Group en 2017 en un estimado de US$5.200 millones, la empresa ha ampliado significativamente su oferta de equipos, cubriendo además construcción vial y trituración y cribado, con marcas como Wirtgen, Vögele, Hamm, Kleemann y Ciber.

Uno de los primeros cambios que se produjeron se relaciona con la adaptación de los equipos del grupo alemán para la utilización de motores John Deere, además de buscar una sinergia de muchos proveedores para utilizar componentes comunes en el portafolio de productos de la empresa, explica Marques.

Asimismo, hubo un proceso de consolidación en la red de distribución de la empresa en América Latina. De acuerdo con el ejecutivo, Wirtgen atendía muchos mercados de manera directa, principalmente en Europa, mientras que en América Latina había una mezcla. “Incluso en Brasil había territorios con atención directa y otros con distribuidores. Algunos de ellos, desde antes de la adquisición, eran distribuidores también de John Deere.

Con la compra del conglomerado alemán se comenzó un proceso de consolidación en aquellos casos que hacía sentido. Pero hoy la gran mayoría son concesionarios de ambas marcas”, continúa.

Dentro de los cambios producto de esta adquisición, no se puede dejar de mencionar el crecimiento de la empresa en términos de ingresos. Según el ranking Yellow Table 2017, John Deere se posicionaba en el puesto número 7 entre los 50 principales fabricantes de equipos de construcción del mundo, mientras que en la edición del año pasado la empresa escaló a la quinta posición, con ingresos por unos US$11.368 millones.

La adquisición del Grupo Wirtgen “fue un movimiento muy fuerte en presencia del mercado y en el portafolio de equipos”, define Marques.

Una nueva etapa

Además de esta compra otra importante decisión tomada por John Deere fue el de separar aguas con Hitachi. Ambas empresas tenían un joint venture de más de 30 años de fabricación conjunta para las Américas y a pesar del éxito comprobado de esta asociación, ambas compañías buscaron caminos separados para avanzar en sus propios desarrollos de manera más rápida.

“Esto fue con el fin de acelerar el desarrollo tecnológico para hacer que las operaciones de nuestros clientes sean cada vez más sostenibles, inteligentes y seguras. John Deere continúa invirtiendo y aportando innovaciones para complementar e integrar globalmente toda su cartera”, dice Marques.

El fin de esta asociación significó que John Deere adquiriera las fábricas de excavadoras de la empresa conjunta en Indaiatuba, Brasil, Kernersville, Estados Unidos y Columbia Británica, Canadá.

Tras la adquisición, John Deere continúa controlando el diseño de su excavadora hidráulica, en todos los productos (rango de potencia y serie) y las actualizaciones de funciones, lo que permite responder más rápidamente a los requisitos del cliente e integrar las excavadoras con otros productos de la empresa

 

Cadena de suministros

En cuanto a la cadena de suministros, Marques reconoce que ha sido un tema importante para todas las industrias durante la pandemia. Sin embargo, destaca que John Deere ha logrado superar bien esta ola gracias a la flexibilidad de sus fábricas.

“Creo que nosotros hemos logrado superar muy bien esta ola negativa, ya que toda nuestra gente ha hecho un trabajo muy bueno para mantener el flujo de componentes, funcionando de manera adecuada. Claro, como todos, tuvimos impactos en lo que es la rapidez para obtener los componentes y las fábricas debieron readecuar muchas veces sus planes de trabajo. Fue un proceso que requirió mucho dinamismo y flexibilidad para que pudieran manejar muy bien el flujo de componentes que no era como el que estábamos acostumbrados previos a la pandemia, y pudimos atender la demanda de acuerdo con nuestra capacidad. Ahora está todo mucho más tranquilo”, afirma.

Además del aspecto de los componentes, otro factor relevante que afectó a la industria fue la fuerte alza en el valor del acero. El valor de este insumo experimentó una gran volatilidad debido a diversos factores económicos y geopolíticos.

Según datos del World Steel Association, en 2019 el precio promedio del acero laminado en caliente fue de alrededor de US$550 por tonelada, mientras que, en 2021, el precio promedio fue de alrededor de US$1.000 por tonelada, con peaks que alcanzaron los US$1.300. Aunque ya el acero se ha ido normalizando y según Fitch Solutions el promedio en 2022 estaría en torno a los US$750 por tonelada y para 2023-2025 espera valores cercanos a los US$535 por tonelada.

Por último, otro índice que fluctuó con fuerza durante la pandemia, y que actualmente ha mejorado, pero no del todo, es el costo de los fletes. “Este es un aspecto especialmente importante, porque afecta tanto a la importación de componentes, como a las exportaciones de los equipos”, comenta Marques.

 

Desarrollo del mercado

En cuanto al desarrollo del mercado, el ejecutivo señala que América Latina es una región muy interesante y que ha ido ganando cada vez más relevancia. De acuerdo con algunos datos aportados por Marques, durante 2022 la venta de equipos de construcción de línea amarilla debería haber alcanzado unas 55.000 unidades (alrededor de 35.000 en Brasil). “La industria de la maquinaria de construcción en la región es bastante grande y similar a la de Estados Unidos. Tenemos un rol considerable en las Américas, como un todo”.

 

Ver la nota completa: John Deere: expansión, adquisición y cambios

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