«Con 43 votaron a favor de la resolución, 4 se abstuvieron, aunque nadie votó en contra. La ONU ha reconocido el derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible!. Es una jornada histórica por los derechos humanos y el medio ambiente», sostuvo con optimismo David Boyd, relator especial de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente.
GINEBRA (8 de octubre de 2021) ̶ “Este viernes el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, al reconocer el derecho humano a un ambiente saludable, logró dar un avance histórico que tiene el potencial de mejorar la vida de todos en el planeta”, indicó David Boyd, relator especial de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente.
«El futuro del mundo parece un poco más brillante hoy», expresó con optimismo Boyd. “Las Naciones Unidas, en un desarrollo histórico, por primera vez reconoció que todos, en todas partes, tienen el derecho humano a vivir en un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible”, explicó.
«Esto tiene el potencial de cambiar vidas en un mundo donde la crisis ambiental global causa más de nueve millones de muertes prematuras cada año», indicó.
¡La ONU ha reconocido el derecho humano a un ambiente limpio, sano y sostenible! ¡¡Día histórico para los derechos humanos y el ambiente!!
43 a favor de la resolución 4 abstenciones ninguna en contra. pic.twitter.com/rJxyr89qks— SREnvironment (@SREnvironment) October 8, 2021
Por otra parte, provocará cambios constitucionales y leyes ambientales más fuertes, con implicaciones positivas para la calidad del aire, agua limpia, suelo saludable, alimentos producidos de manera sostenible, energía verde, cambio climático, biodiversidad y el uso de sustancias tóxicas, adelantó el experto.
Boyd agradeció a cinco miembros del Consejo (Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza) por llevar la resolución a la aprobación después de que la sociedad civil y las comunidades, incluidos los medioambientales, los derechos humanos, los jóvenes, las mujeres y los pueblos indígenas, hubieran luchado por ella durante 30 años.
El reconocimiento de este derecho también había sido respaldado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y 15 agencias de la ONU, y contó con el apoyo de jóvenes activistas, grupos empresariales y más de 1.300 organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo.
“Esta resolución es especialmente importante para todos los defensores de los derechos humanos ambientales que trabajan, a menudo con un gran riesgo personal, para salvaguardar la tierra, el aire, el agua y los ecosistemas de los que todos dependemos”, dijo Boyd.
“También es vital para las personas y comunidades que sufren impactos desproporcionados de la degradación ambiental, incluidas las mujeres, los niños, los indígenas y otras poblaciones potencialmente vulnerables y marginadas”, remarcó el relator.
Seguido, Boyd instó a los gobiernos a incorporar el derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible en sus constituciones y legislación.
Instó a los líderes que se reunirán en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Reino Unido a partir de fin de mes, y en la conferencia de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad (COP 15) que comenzará en Kunming, China, la próxima semana, a poner derechos en el centro de sus acciones.
“En un mundo que con demasiada frecuencia enfatiza las diferencias entre las personas, el derecho a un ambiente saludable refleja una verdad fundamental que debería unirnos a todos”, expresó Boyd.
“La salud y la calidad de vida de todos dependen del aire limpio, el agua potable, los alimentos producidos de manera sostenible, un clima estable y una biodiversidad y ecosistemas saludables. Todos somos extraordinariamente afortunados de vivir en este planeta milagroso, y debemos hacer uso del derecho a un medio ambiente saludable para garantizar que los gobiernos, las empresas y las personas cuiden mejor el hogar que todos compartimos», concluyó.
David R. Boyd (Canadá) fue nombrado Relator Especial sobre derechos humanos y medio ambiente en 2018 y su mandato fue renovado por tres años más en marzo de 2021. Es profesor asociado de derecho, políticas y sostenibilidad en la Universidad de Columbia Británica.