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Fuego en las Araucarias de Misiones: el incendio afectó 5,7 hectáreas del total del área protegida provincial y alcanzó a unos 58 ejemplares adultos entre otras especies nativas

Con datos oficiales del daño ambiental generado producto de los incendios de los últimos días, el secretario del Ordenamiento Territorial del Ministerio de Ecología de Misiones, Martín Recamán, indicó que el resultado del informe sobre el área precisó que «fue de una superficie de afectación de 5,7 hectáreas, lo que representa un 6 % de la superficie total del parque». El Parque Provincial tiene en total 92 hectáreas. Emanuel Grassi, director General Ejecutivo del IMiBio, reiteró que el fuego genera pérdidas irreparables a la biodiversidad, ya que «causan graves daños al equilibrio natural de éstas especies de la selva misionera».

 

Fuente: Ministerio de Ecología de Misiones

MISIONES (22/8/2021).- El Gobierno de Misiones, a través de la Subsecretaria de Ordenamiento Territorial (SOT) del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, junto con el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), informaron sobre la situación y el relevamiento realizado por los daños provocados del incendio forestal en el Parque Provincial de la Araucaria del Municipio de San Pedro, el jueves 19 de agosto pasado.

Con datos oficiales del daño ambiental generado producto de los incendios de los últimos días, el secretario del área Martín Recamán, indicó que el resultado preciso «fue de una superficie de afectación de 5,7 hectáreas, lo que representa un 6 % de la superficie total del parque».

En total, el Parque Provincial de las Araucarias tiene 92 hectáreas, y los guardaparques estimaban un mínimo de 5 y maximo de 9 hectáreas afectadas.

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Por ello, el organismo avanzó en un estudio especial en el área, que fue coordinado por la Jefa del Parque Provincial de la Araucaria, la guardaparque Lorena Habel, y precisaron el daño ambiental generado sobre 5,7 hectáreas.

«El incendio afectó un total de 58 ejemplares de araucarias adultas y varios renovables de esta especie. Entre otras también se perdieron autóctonos de Cancharana, Cedro, Laureles, Camboata, Pindó, Ambay, Yerba Mate, Helechos arborescentes, Canela y Cacheta», indicaron en el informe.

Si bien las tareas de sofocación finalizaron con éxito, continúan en el lugar con guardias de ceniza por posibles focos que puedan avanzar, debido a la situación climática y por la cantidad de material combustible ubicado en la zona, indicaron las autoridades.

Por su parte, Emanuel Grassi, director General Ejecutivo del IMiBio, explicó que: «En lo que respecta a la pérdida de la biodiversidad, los incendios en nuestra Provincia (que posee más de 564 especies de aves, 120 de mamíferos, más de 3.600 de plantas vasculares, casi 260 especies de peces y miles de microorganismos) causan graves daños al equilibrio natural de éstas especies».

En ese contexto, advirtió que «la resiliencia de las especies y las relaciones entre ellas, debe ser considerada de extrema preocupación».

Un daño ambiental «irreparable» a la biodiversidad

«La biodiversidad no es un mueble que puede volver a ser construido, la biodiversidad es mucho más que un organismo, que una especie, que un individuo. La biodiversidad son años y años de relaciones específicas, de adaptaciones, de cooperación entre los componentes del sistema. Es en este contexto que resulta irreparable el disturbio generado a partir de la presencia de incendios sobre la Biodiversidad de nuestra Selva Paranaense», expresó el Dr. Grassi (Doctor en Ciencias Biológicas).

«Hoy sabemos que el aceleramiento del Cambio Climático, llevará a que nuestra región siga siendo azotada por la sequía, el suelo permanezca seco y quebradizo, evitando que las nuevas plantas echen raíces en el suelo y por consecuente nunca se recupere el equilibrio de antes del incendio.  Y cuando los árboles jóvenes no crecen durante una sequía prolongada, los bosques almacenan menos carbono, contribuyendo aún más al calentamiento global», explicó el directivo del IMiBio.

Por ello, consideró que la comunidad debe entender que «cada incendio que vivimos significa producción de menos oxígeno, menos alimento, es menos espacio para la fauna. Es un suelo que pierde especies de microorganismos que quizás nunca conozcamos, cada foco de incendio es pérdida de conectividad, de riqueza y por ende de especies únicas en el mundo», remarcó.

En el caso de los incendios en áreas protegidas como el Parque Araucaria y zonas aledañas, se afectan a especies muy particulares. «El área protegida de San Pedro contiene la mayoría de los Pinos Paraná (Araucaria aungustifolia) no implantados en la Argentina, una especie catalogada por la UICN (Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza) en Lista Roja en “Peligro de extinción” y Monumento Natural de Misiones», recordó el especialista.

Entre las Araucarias y sus remanentes de bosque conviven entre muchas otras, poblaciones de especies de aves amenazadas como el loro vinoso (Amazona vinacea), el Carpintero Cara Canela (Celeus galeatus) y el coludito de los pinos (Leptasthenura setaria), este último restringido específicamente a los bosques de Araucaria. Como también este ecosistema particular es el hábitat poblacional del mono carayá (Alouatta guariba).

«De no revertir la situación actual y evitar bajo todo punto de vista la generación de focos de incendio estaremos perdiendo biodiversidad, biodiversidad que no recuperaremos«, remarcó el doctor Grassi.

«Por tal motivo, instamos desde todas las diversas áreas del Gobierno Provincial que trabajamos en conjunto para cuidar nuestra Biodiversidad, a colaborar avisando y evitando incendios de cualquier índole en todo el territorio misionero, especialmente en las zonas allegadas a las innumerables Áreas Protegidas con que contamos los misioneros”, concluyó, por su parte, el Subsecretario  Martín Recamán.

 

«Hoy sabemos que el aceleramiento del Cambio Climático llevará a que nuestra región siga siendo azotada por la sequía, el suelo permanezca seco y quebradizo, evitando que las nuevas plantas echen raíces en el suelo y, en consecuencia, que nunca se recupere el equilibrio de antes del incendio. Y cuando los árboles jóvenes no crecen durante una sequía prolongada, los bosques almacenan menos carbono, contribuyendo aún más al calentamiento global», explicó el directivo del IMiBio, Emanuel Grassi.

 

 

 

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