Por Noemí Cruz (*)
CHACO (2/6/2019).- Hace pocos días, un fallo sin precedentes en la provincia del Chaco puso en jaque a los destructores de bosques. La justicia chaqueña determinó la suspensión de los desmontes en zonas amarillas, es decir, en aquellas dónde está prohibido deforestar, según lo establecido en la Ley nacional de Bosques Nativos.
Dichos desmontes habían sido avalados por el gobierno provincial que recategorizó zonas, es decir, transformó áreas rojas y amarillas en verdes. Esto permitió que los grandes empresarios de la provincia destruyeron más de 50.000 hectáreas de bosques nativos en los últimos tres años.
La situación en Chaco es alarmante. Es la provincia que más ha destruido sus bosques en los últimos años. Sin duda, este fallo responde a las crecientes exigencias que la coalición Somos Monte, el Foro Gualamba, el Centro Mandela, pueblos originarios, organizaciones sociales y Greenpeace hicieron constantemente.
No es casual que Chaco, que presenta el mayor índice de destrucción de bosques, sea la provincia que más sufrió las inundaciones en los últimos cinco meses. Por ello, el fallo de la justicia, que el gobierno provincial informó que acatará con un compromiso de notificar a todos los productores que deben detener el desmonte en el plazo de 10 días, es un gran paso en la defensa de los bosques.
Ahora, resta que el gobierno cumpla con dicho fallo. Las autoridades deben entender que si los desmontes ilegales continúan, las inundaciones se van a convertir tristemente en moneda corriente para los chaqueños.
Desde la organizaciones y los movimientos sociales, celebramos este triunfo para los bosques chaqueños. Pero, nos mantendremos alertas y monitoreando el efectivo cumplimiento del fallo. No podemos permitir que más hectáreas de bosques sean arrasadas y, con él, muchas de las especies autóctonas de la región, como es el caso del yaguareté. Sobreviven en la región chaqueña los últimos 20. En todo el país, se estima que quedan menos de 250.
Por ello, es que seguiremos exigiendo que los desmontes ilegales se detengan por completo y el monte sea recuperado. Nos lo debemos y se lo debemos a las generaciones futuras. El Impenetrable chaqueño no puede convertirse en un triste recuerdo de lo que alguna vez fue, sino que tiene que convertirse en una realidad presente y futura para todos los argentinos.
*Coordinadora de campañas de Greenpeace
Fuente: Diario Norte