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La facturación de la empresa durante 2006 fue superior a los 1300 millones de euros y espera mejorar con Fray Bentos además de crecer en el ranking mundial de industrias forestales.
Por Juan Carlos Arguello, enviado especial
La historia de Finlandia dice que soportó sucesivas invasiones de Rusia o Suecia, países que se comieron parte de sus fronteras. Sus calles son una mezcla de historia de viejos héroes que combatieron contra los atacantes y lo moderno: celulares de última generación de industria nacional, autos de las principales marcas en manos de trabajadores o de simples taxis y los más coquetos cafés donde las sillas se ponen de cara a la calle. Sus edificios son bajos y no superan los diez pisos, incluso los de las principales compañías. Los gigantes son otros: los bosques milenarios de abetos, abedules y pinos -especies nativas- y las industrias pasteras y papeleras. Desde varios puntos del país se puede ver las humeantes chimeneas de las industrias de explotación forestal. Son las principales de Europa y del mundo. Botnia, que en Uruguay construye su planta más grande, no es el más grande de esos gigantes. Pero impresionan sus números y su facturación, que aumentó en el primer trimestre de 2007, 13 por ciento en comparación con igual período del año pasado, alcanzando la cifra de 357,1 millones de euros (316,4 millones de euros en I-2006). El volumen de ventas de celulosa por su parte decreció un 2 por ciento, siendo de 645.300 toneladas. El beneficio de explotación fue de 63,7 millones de euros, es decir un 32 por ciento mayor que el del primer trimestre de 2006 (48,1millones de euros). El crecimiento de la facturación y del resultado fue consecuencia del positivo desarrollo de los precios de la celulosa. El resultado se vio debilitado particularmente por la clara caída del precio del dólar respecto del euro y por el incremento de los precios de la materia prima maderera. Resultados El volumen de ventas del grupo Botnia creció en 2006, 39 por ciento en relación con el año anterior, alcanzando la cifra de 1.311,3 millones de euros (946,5). El beneficio de explotación fue de 212,5 millones de euros, claramente superior al del año 2005 (79,8 millones). Las ventas y los resultados del ejercicio mejoraron especialmente debido al vigoroso desarrollo del precio de la celulosa, mientras que el principal factor negativo fue el debilitamiento del dólar respecto del euro. Comparado con el año anterior, el volumen de celulosa vendida y el factor de utilización de las fábricas mejoraron claramente, si bien en al año 2005 los suministros y los resultados se habían visto afectados por los conflictos laborales de la primavera. Botnia -nombre comercial de Oy Metsä-Botnia Ab, una empresa surgida a partir de la unión de cientos de productores en una cooperativa- produce celulosa de alta calidad, de fibra corta y larga para papeles, envases y embalajes. La capacidad de producción anual de las plantas en Finlandia es de 2,7 millones de toneladas de celulosa blanqueada por los procesos ECF o TCF. Sus plantas están ubicadas en Joutseno, Kaskinen, Kemi, Rauma y Äänekoski. La de Fray Bentos aportará otro millón más de toneladas de pasta producida con el sistema ECF -libre de cloro elemental-. Lejos de la disputa entre Argentina y Uruguay, pero siguiendo de cerca las negociaciones políticas que se realizaron en Nueva York sin mayores avances, los ejecutivos de Botnia aseguran que la planta se inaugurará en el tercer trimestre del año, lo que obviamente descarta la posibilidad de una relocalización como reclama el Gobierno argentino. En Fray Bentos ya se están realizando los últimos ajustes técnicos. Se estima que la fecha de inauguración sería después de las elecciones en Argentina, previstas para el 28 de octubre. La decisión de utilizar el sistema ECF tiene respaldo de la Unión Europea y del Instituto de Medioambiente de Finlandia. Desde el año que viene el país nórdico reconocerá a ambos métodos con similares impactos ambientales, aunque el TCF, sostiene el organismo medioambiental, a la larga es más contaminante, ya que ocupa más energía, más madera y el papel fabricado tiene menos durabilidad para reciclado. Cuestionamientos La utilización del ECF genera controversias entre los grupos ambientalistas locales. Timo Tanninen, secretario general de WWF en Finlandia sostiene que la técnica «avanzó muchísimo y hoy no estimamos que sea un factor contaminante como lo fue hace 30 años». La organización ecologista, que apuesta al diálogo con las empresas, reconoce «el esfuerzo de las empresas forestales» para mitigar el impacto ambiental. Sin embargo, Mikael Sjövall de Greenpeace Finlandia -con contacto directo con las acciones contra la instalación de la pastera en Uruguay- insiste en el sistema TCF más un circuito cerrado para la recuperación de los efluentes líquidos con componentes de cloro antes de ser derramados en el río Uruguay. «La cantidad de celulosa que va a producir, afectará al ecosistema», asegura. De todas maneras, Sjövall no supo precisar la situación de otras pasteras en Latinoamérica o Argentina en particular y Greenpeace Nueva Zelanda premió a una industria con la medalla de plata al cuidado medioambiental que utiliza el sistema ECF.