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Daniel Maradei : “Hay un altísimo interés de inversores extranjeros por proyectos foresto-industriales en el país, pero falta revisar las trabas de acceso a la tierra y logística”

Inversores de China, Japón y Brasil recorrieron plantaciones y empresas de las provincias del NEA junto al consultor foresto-industrial Daniel Maradei, con un interés concreto en conocer las ventajas y oportunidades de proyectos forestales en el país. “Tenemos lo principal, la oferta de materia prima. Aún hay que revisar mejoras en infraestructura para lograr competitividad en el transporte fluvial y revisar las limitaciones de acceso a la tierra para quienes quieren instalar un proyecto industrial en el país de base forestal”, apuntó el profesional.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

 

BUENOS AIRES Y MISIONES (26/8/2023).- No es fácil para los inversores extranjeros acceder a información del mercado forestal y la evolución de sus producciones para Brasil, Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, pero consultores aseveran que el interés por la madera argentina es altísimo y siguen realizando giras en el NEA para dar a conocer de primera mano y con asesoramiento de expertos argentinos, las tecnologías, servicios y procesos de las empresas e industrias de la región. Se instala cada vez más la idea de que América del Sur sería “el paraíso” del negocio foresto-industrial sostenible.

Uruguay es uno de los países del Sur forestal mejor posicionado en imagen por las políticas de desarrollo logrado en la última década al atraer inversiones extranjeras y concretar proyectos de largo plazo instalando tres mega plantas de celulosas de las más modernas del mundo, con estándar internacionales y estrictos controles ambientales;  pero la realidad es que aún así el país oriental es relativamente pequeño para expandirse como Brasil o frente al potencial que tiene la Argentina.

En este caso, en la Argentina aún falta la decisión política de ser un país potencia foresto-industrial. Diagnósticos sobran y planes estratégicos también, pero hay medidas macroeconómicas que aún los inversores requieren, tanto nacionales como extranjeros. Este último, plantea el acceso a la compra de tierras para instalar sus fábricas, de manera de garantizarse un porcentaje del abastecimiento de la materia prima de sus industrias, ya que son proyectos millonarios y de largo plazo.

Especialistas sostienen que se requiere de comprar un mínimo de 50.000 hectáreas, para destinar a un plan con manejo forestal adecuado y certificación internacional. La rentabilidad del proyecto garantizará la generación de empleo, el pago de los impuestos y, finalmente, el retorno de la inversión.

En el negocio forestal la eficiencia es clave para la competitividad que exige el mercado internacional de madera, frente a los costos de logística (transporte, impuestos portuarios, costos de la compañía naviera) y otros.

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¿Argentina tiene atractivos para la inversión?

Sobre cuáles serían los atractivos para la inversión forestal en el país y sus principales retos, entrevistamos al ingeniero Daniel Maradei, quien semanas atrás estuvo en Misiones, completando una gira programada en la región del NEA que fue organizada para potenciales inversores de China, Japón y Brasil.

En dialogo con ArgentinaForestal.com, el reconocido consultor foresto-industrial sostuvo respecto a las ventajas que tiene el país, para el caso de los chinos, es que “está disponible lo que más requieren, que es la oferta de materia prima. Esto es lo primero para empezar a hablar de cualquier proyecto posible y en el corto plazo, incluso en forma inmediata. En esto tenemos una gran ventaja, por ejemplo frente a Paraguay que aún tiene que plantar árboles y esperar los tiempos de crecimiento para empezar con la producción para abastecer la planta que están instalando en Concepción. En Argentina tenemos oferta de madera disponible”, remarcó.

En contrapunto, puede aún haber falta de confianza en la seguridad jurídica, ya que es difícil explicarle a un inversor extranjero porqué su proyecto industrial debe estar sujetos a convenios con herramientas como el Derecho Real de Superficie por las forestaciones que realiza o fideicomiso, cuando lo que quiere es comprar tierras e instalarse en la Argentina.

En este aspecto, Maradei aseveró que en el país “lo que está muy bien consolidado para el inversor es el Registro de la Propiedad de la Tierra, cuando en países vecinos aún no lo tienen muy claro. Pero reconocemos que tenemos otras debilidades, como ser los costos internos de logística que siguen muy altos, pero también hay oportunidades en la región NEA que nos permiten mejorar, por ejemplo, el desarrollo portuario, donde ya en Entre Ríos hay puertos operativos, en Posadas comenzó a operar y veremos con el tiempo como se consolida el uso para el sector forestal, y próximamente se habilitará el Puerto Ituzaingó, en Corrientes”, mencionó.

“La realidad es que aún seguimos sin utilizar el Río Paraná como se podría. No lo vemos aún rodeado de barcazas como sucede en ríos de Alemania. Por ahora, seguimos viendo circular una barcaza por día de soja de Paraguay. Tenemos que movilizar la hidrovía como alternativa para reducir costos de logística”, planteó.

En este sentido, consideró que el Puerto Ituzaingó tendrá un rol fundamental con su puesta en marcha y empiece a operar. “No tendrá ninguna traba en los circuitos de contenedores y barcazas, y frente a la posibilidad de llegar con madera cercana a los puertos, se logrará mejorar los costos de logística. Hoy, por ejemplo, hay grandes aceiteras de Rosario que trasladan desde Santa Rosa (Corrientes) la carga de chip (aserrín) en camiones, lo que es bastante irracional por el costo, es un producto absolutamente liviano y de bajo valor, por lo tanto, el costo del flete es varias veces superior al valor del producto”, recalcó.

“Si se pusiera en marcha el Puerto Ituzaingó, esta ecuación negativa cambiaría considerablemente. Se lograría eficiencia”, explicó Maradei.

Otro aspecto que requiere un tratamiento legislativo argentino para lograr un nuevo escenario de atracción de grandes inversiones externas en la industria forestal es la posibilidad de adquirir tierras, ya que ninguna compañía que estudie la factibilidad de un proyecto de capital intensivo y alto consumo de materia prima para sus operaciones, se instale en un sitio donde no se les autorice a comprar tierras para garantizar la materia prima propia, no depender de terceros para el funcionamiento de su industria.

“Si en Corrientes sólo pueden adquirir hasta 10 mil hectáreas, no hay posibilidad de que se instalen con una inversión como las que se requiere. En el caso de la última inversión forestal realizada por Central Puerto, es una empresa nacional que no tiene limitante para adquirir tierras”, planteó.

En la actualidad, las empresas extranjeras tienen herramientas jurídicas para asociarse a través del Derecho Real de Superficie o la figura de un fideicomiso, pero no todos entienden en el proceso lo que implica estas herramientas. “No es lo mismo para el inversor, que se hable de un título de propiedad a que un convenio, donde el principal responsable es un argentino.  Consideran que no es clara la operación, y frente al riesgo, prefieren no invertir. Si van a trabajar la tierra e instalar una fábrica, quieren que los títulos estén a su nombre”, remarcó el consultor.

Por nuevas leyes de promoción a la inversión industrial

De esta forma, el acceso a la tierra es un tema pendiente que considera podría resolverse en el Congreso Nacional con el tratamiento de un proyecto de Ley de Promoción de Grandes Inversiones Foresto-industriales.

“Tenemos un borrador desde hace varios años, que fue consensuado con las cámaras, asociaciones y federaciones del sector forestal, celulósico papelero y de la madera, pero nunca hemos encontrado el momento oportuno en el país para poder presentarlo. Entre otros ítems, contempla por ejemplo, que las empresas que presenten un proyecto foresto-industrial en una provincia, el Estado las autorice a adquirir las tierras que requieran para abastecer las operaciones de la industria específicamente para la construcción de esa iniciativa, que cumplirá determinados requisitos, será de largo plazo, generará empleo local, etcétera. Pero debe ser un trámite expeditivo, de tratamiento urgente, no burocrático. El objetivo de la ley de promoción es que se apoye a quienes se comprometen a invertir en el país y se autorice exclusivamente estos proyecto con fines y metas específicos”, agregó Maradei.

Para el sector forestal es un tema que requiere de un tratamiento serio, que involucra las políticas de Estado y la oportunidad de desarrollar una producción sostenible en el país. “Lamentablemente no encontramos aún el momento propicio para debatir leyes de promoción que miren el largo plazo”, concluyó.

 

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