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Desolador panorama en Corrientes por el avance del fuero en campos, forestaciones y esteros

Alertan desde el Cuartel de Bomberos de San Luis del Palmar una situación

La provincia sufre por la sequía y las consecuencias, dado que arden más de 5.000 hectáreas que se quemaron en San Luis del Palmar y el fuego sigue avanzando. En San Miguel, la situación no es muy distinta, donde una zona forestada se ve gravemente afectada.

Fuente: Diario Epoca

CORRIENTES (9/4/2009).- Descontrolado, destruyendo flora, fauna, forestaciones y haciendo huir incluso a los alumnos de una escuelita rural. El fuego, tanto en la zona de San Luis del Palmar como en San Miguel, tomó nuevas dimensiones, “casi incontrolables”, dicen los especialistas. Y es que en menos de 24 horas, las llamas “amagaron” extinguirse, pero bastó una noche para que se potencien e inicien nuevamente la devastación de campos, cañadas y poniendo en riesgo zonas forestadas. “Estamos realmente grave, no sé cómo se va a detener esto”, reveló a “época” David Rodríguez, jefe del Cuartel de Bomberos de San Luis del Palmar. Las llamas se han propuesto avanzar y no detener su marcha destructiva, en dos zonas del territorio provincial en las que se presenta un común denominador: sequía y falta de recursos para trabajar. Nuevamente la capacidad operativa de los cuarteles de bomberos se vio superada por la magnitud del siniestro, simple y llanamente porque fueron unos pocos hombres, voluntarios todos, los que se animaron al combate de un frente que alcanzó 25 kilómetros, siempre con elementos escasos. En el caso de San Luis del Palmar, se cumplieron ayer 17 días de fuego, en lo que hubo altibajos en la magnitud del siniestro, pero sin que se lograra un control total de las llamas. El fuego se instaló por estas horas en un basto espacio del departamento, los parajes Cerrudo Cué y Datil Corá, habiendo destruido ya más de cinco mil hectáreas en la zona. “En un momento fuimos diez hombres contra una fuego de más de 20 kilómetros de frente, contra el cual no pudimos hacer mucho. El terreno es desfavorable en un ciento por ciento, la zona que se quema es un estero seco en el que tenemos 40 centímetros de vegetal, apagás la superficie, pero abajo sigue ardiendo”, reveló Rodríguez. El panorama es realmente desolador, campos secos, esteros que fueron en algún momento espejos de agua llenos de vida y que hoy se trasforman en material altamente inflamable, provocan que las llamas sean casi imbatibles, y que el esfuerzo de cuarteles de bomberos y brigadistas afectados sea prácticamente inútil. En lo que hace a San Miguel, las llamas se reavivaron en la jornada de ayer en focos que parecían estaban controlados, nuevamente a causa del factor climático adverso. “El frente más importante está a unos 25 kilómetros de San Miguel, muy cerca de una zona forestada”, explicó a este medio Héctor Cuesta, jefe del Cuartel de Bomberos de Tatacuá. “Tenemos hombres apostados en la zona desde hace días, junto con los cuarteles de Ituzaingó y Saladas”. En esa zona de la provincia, el fuego ya devoró más de dos mil hectáreas, lo que obligó incluso la contratación, por parte de los propietarios de la forestación afectada, de al menos diez brigadas. negrita/Otra vez, les sueltan la mano/negrita Como sucediera con gestiones anteriores, los bomberos voluntarios de la provincia se encuentran solos a la hora de hacer frente a siniestros de magnitud. La capacidad de los cuarteles se ve superada, y desde un organismo madre, como Defensa Civil, “les sueltan la mano”. Dos frentes se presentan en la provincia, sin que los cuarteles de bomberos voluntarios afectados puedan trabajar con los elementos de primera necesidad. La simple voluntad de hacer no alcanza, para un grupo de personas que arriesga su vida en el combate del fuego. Basta con preguntarse, por qué hubo diez hombres, con elementos obsoletos y con un mínimo de provisiones para hidratarse o alimentarse en medio de un fuego que los superaba por todos lados. Otra vez la provincia arde, por consecuencia de las llamas, la sequía y nuevamente la falta de acciones concretas y coordinación de una gestión carente de conocimientos, al frente del organismo que debe, nada más y nada menos, responder ante una emergencia civil. negrita/Corridos de la escuelita por el humo/negrita Las llamas siguen su curso en la zona rural de San Luis del Palmar, haciendo “correr” a todo lo que a su paso quede. En la siesta de ayer, cerca de las 15, la escuela Nº437 del Paraje Kilómetro Nº89 debió suspender las clases ante la inminente llegada de un manto de humo proveniente de los incendios que en esa zona llevaban 17 días de actividad. Con buen criterio, la titular del establecimiento educativo, dio por finalizada la jornada mucho antes del habitual horario la clase, ya que estimaron que en pocos minutos el humo haría imposible permanecer en la zona. “Frente a la escuela se ve un manto de humo muy denso, a no mucha distancia. Además del peligro que significa para los chicos, seguramente se va hacer imposible salir por el camino al caer la noche”, explicó a “época” la docente rural. Y es que el regreso a casa, tanto para la educadora como para gran parte del alumnado, significa recorrer varios kilómetros de la ruta Nº4, de tierra, sin iluminación alguna y por estas horas rodeada por los distintos frentes ígneos que se presentan en esa zona sanluiseña. Dos de los frentes más importantes que se registran en esa zona del departamento, prácticamente rodean a la escuela del paraje. Uno, el más cercano en terrenos de la “Estancia San Blas”, y el otro en una importante estancia de la zona conocida como “Ña Sarita”. Dos emblemáticas estancias, con el fuego “en el patio” Emblemáticas, una por historias tradicionalistas y otra por un pasado político de la provincia y su asociación a hechos de corrupción. En ambos casos la situación se hace delicada, porque el fuego apremia, justo en el patio, a pocos metros y poniéndolas en peligro. “Estancia San Blas”, un lugar “paradisíaco” para el gaucho correntino, incluso le da nombre a un reconocido chamamé, es uno de los puntos que padece por el destructivo incendio que avanza a diario sobre el departamento de San Luis del Palmar. Junto con los bomberos sanluiseños, el propietario de la afamada estancia, Jorge Pereira, trabajó a destajo para evitar que las llamas avancen sobre su terreno, pero de igual forma la fuerza del siniestro pudo más. Más de la mitad del campo ya fue víctima del fuego, donde hubo paisajes verdes y bañados, hoy hay un suelo negro. En la “Estancia La Flecha” la realidad no es otra, si se quiere aún menos afectada, pero corriendo el mismo peligro. El espacio, propiedad del ex gobernador de la Provincia, Raúl “Tato” Romeros Feris, también siente ya el calor de las llamas que se avecinan. La estancia fue incluso días atrás base logística para los bomberos que trabajaban en la zona, ya que se hizo uso, autorizado por el propietario, de la pista de aterrizaje del lugar para el avión hidrante de Recursos Forestales

Fuente: Diario Epoca

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