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Conflicto binacional: La auditoría contratada por el banco sostiene que estudios de impacto ambiental no son completos

Banco Mundial reconoce fallas de comunicación

Un informe interno cuestiona la política de divulgación de Corporación que estudia financiamiento de las obras. URUGUAY (27/3/2006).- La auditoría independiente del Banco Mundial cuestionó varios aspectos del informe en preparación de la Corporación Financiera Internacional (CFI), acerca de las plantas de celulosa. A su vez, la CFI alegó que el Ombudsman no tomó en cuenta todas las acciones emprendidas desde diciembre de 2005, particularmente las reuniones que mantuvo en febrero en Montevideo y Buenos Aires, como parte de sus rondas de consultas. La auditoría realizada por Meg Taylor, la asesora independiente del Banco Mundial, cuestiona principalmente la falta de políticas de comunicación más adecuadas hacia las comunidades de Fray Bentos y, en particular, de Gualeguaychú. Asimismo, señala la necesidad de profundizar en algunas áreas en el Estudio de Impacto Acumulativo que considera incompleto, el capítulo clave en el diferendo que llevó al punto de máxima fricción a las relaciones entre Uruguay y Argentina en los últimos meses. Cabe recordar que las conclusiones de la CFI serán decisivas en el otorgamiento de los créditos para las empresas Botnia y ENCE en los emprendimientos en marcha en Fray Bentos. CUESTIONAMIENTOS. «La diligencia debida de la CFI para asegurarse de que los Estudios de Impactos Ambientales fueran completos en todos los aspectos materiales antes de la divulgación, fue inadecuada y no cumplió con la política de divulgación de la organización, lo cual resultó en que la difusión de los Estudios no estaban completos», señala en uno de sus párrafos el informe publicado en Washington el viernes pasado. En la contestación que remite la CFI al Ombudsman del Banco Mundial (CAO, por sus siglas en inglés) llama la atención sobre los factores que comenzaron a incidir en el trabajo de los técnicos, sobre todo a partir de diciembre pasado. «Han existido factores de complicación adicionales -señala la nota de la CFI-. La Corporación está evaluando dos propuestas de inversión y había solicitado inicialmente una «muralla china» entre los dos equipos de proyecto para evitar todo conflicto de interés potencial. Más adelante agrega que «este requisito operacional fue dejado de lado posteriormente a principios de junio de 2005 con relación a temas ambientales y sociales, a fin de facilitar la coordinación irrestricta entre los equipos correspondientes». Ya en la reunión que la CFI celebró en Montevideo el 14 de febrero pasado había admitido que el Estudio de Impacto Ambiental Acumulado no había profundizado en varios aspectos. El impacto sobre áreas ganaderas que serían reutilizadas como áreas de forestación, el impacto sobre cultivos especializados, como la apicultura, e incluso algunos renglones del turismo. En su contestación a la auditoría la corporación acepta las cuatro recomendaciones que se le formulan. Las mismas son que «documente sistemáticamente su evaluación de si son adecuados los procesos sociales y ambientales; definir claramente el proceso a seguir cuando se identifiquen deficiencias en la documentación o los procesos sociales o ambientales del cliente luego de la divulgación; que se implementen procedimientos para verificar que la documentación publicada en los sitios Web externos sea accesible, correcta y consistente durante la totalidad del proceso de divulgación». En relación con este último punto la CFI señala que será incorporado de lleno a partir del 30 de abril de este año. Meg Taylor, la funcionaria encargada de auditar la labor, estuvo en Gualeguaychú a fines del año pasado para tomar contacto con los asambleístas

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