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Centinelas de la Selva: La familia Waidelich y el legado de los centenarios lapachos en flor en el Cerro Caraguatay

En el Cerro Caraguatay, provincia de Misiones, la familia Waidelich protege un remanente de bosque nativo donde florecen lapachos centenarios. Este compromiso voluntario no solo embellece el paisaje, sino que también preserva la biodiversidad local y honra un legado familiar de respeto por la naturaleza.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

 

MISIONES (18/8/2025).- En la localidad de Caraguatay, en Montecarlo, donde la tierra adquiere un vibrante verde en contraste con la tierra colorada de sus caminos rurales, un espectáculo natural se despliega este año en agosto, con la floración de los lapachos centenarios. El paisaje escénico que brindan estos ejemplares inmersos en el Cerro Caraguatay fue compartido en una imagen con ArgentinaForestal.com.

Puede observarse, un remanente de bosque nativo que se erige como un santuario de conservación, custodiado con devoción por la familia Waidelich. Sus majestuosos lapachos en flor no solo embellecen el paisaje, sino que cuentan la historia de un arraigo profundo a la tierra y a un legado de respeto por la naturaleza.

La periodista de ArgentinaForestal.com tuvo la oportunidad de conocer de cerca la historia de esta familia, que en su visita buscaba a los imponentes árboles de la Selva Misionera que se conservan en sus propiedades en Caraguatay y en Andresito.

 

Un refugio en el Cerro Caraguatay

A unos cinco kilómetros del centro de Caraguatay, en la colonia Tarumá, el camino de tierra rodeado de plantaciones de pino conduce a la chacra de la familia Waidelich.

Ricardo Waidelich, junto a sus hermanos e hijos, administra más de 500 hectáreas donde conviven actividades forestales, cultivo de yerba mate y ganadería, demostrando una gestión diversificada y productiva.

Más allá de la producción, la familia también abrió sus puertas al turismo rural y a la investigación en un espacio único al que han llamado «El Refugio del Cerro Caraguatay».

En la antigua casona de su abuelo, Johannes Waidelich, un pionero de la región, ofrecen un lugar para desconectarse de la rutina urbana y conectar con la naturaleza. Los visitantes pueden disfrutar del avistaje de aves, de las elegantes garzas que se pasean por el lago que se formó al pie del cerro, y de la majestuosidad de los lapachos que parecen custodiar el lugar.

Lo que realmente distingue a este enclave es el compromiso con la conservación voluntaria. Detrás del cerro, los Waidelich resguardan un área de bosque nativo que mantienen libre de intervención productiva.

Su sueño es que algún día sea declarada una reserva natural privada para garantizar su protección «para siempre». En este rincón de alta biodiversidad, no solo se encuentran lapachos y otros árboles nativos, sino que también es un hábitat crucial para una gran variedad de aves e investigadores.

Guardianes del gigante Palo Rosa en Andresito

El compromiso ambiental de la familia se extiende a otra de sus propiedades en Andresito, en el límite con Puerto Iguazú. Allí, desde que los padres de Ricardo adquirieron las tierras, se encuentra un gigante Palo Rosa que estiman tiene más de 300 años de antigüedad.

En esta propiedad de 150 hectáreas, donde también se produce yerba mate y araucarias, la familia Waidelich ha decidido proteger 61 hectáreas de uno de los ecosistemas más amenazados de Sudamérica: el Bosque Atlántico.

Este «pequeño rincón de selva», como lo describe Waidelich, es de incalculable valor para la conservación de la especie. En medio de la fragmentación del paisaje causada por las chacras vecinas, estas 61 hectáreas se alzan como un oasis donde se estima que residen más de un centenar de árboles de Palo Rosa, una especie declarada Monumento Natural de Misiones y que, lamentablemente, se encuentra en la lista roja de peligro de extinción.

La historia de la familia Waidelich es un testimonio inspirador en Misiones de cómo la producción y la conservación pueden coexistir.

Su dedicación a la protección de los lapachos, el palo rosa y el bosque nativo demuestra que el futuro de nuestros ecosistemas depende de las acciones proactivas de quienes, como ellos, valoran y honran la riqueza natural de su tierra.

 

Volvé a ver la entrevista realizada en la visita a la chacra de la familia Waidelich en 2022

Colosos de la Tierra en Argentina | La familia Waidelich protege un gigante árbol de Palo Rosa de más de 300 años en su chacra de Andresito, en Misiones

 

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