En un llamado urgente a la acción en el Día Internacional de la Prevención de Incendios Forestales, desde AFoA y la Red de Manejo de Fuego Rural de Argentina subrayando la importancia de la prevención y la acción proactiva ante la creciente amenaza del fuego frente a las temperaturas extremas que potencian los riesgos de propagación..
Fuente: AFoA
BUENOS AIRES (18 de agosto de 2025). – La Red de Manejo de Fuego Rural, en colaboración con la Asociación Forestal Argentina (AFoA), emitió hoy una declaración contundente: «La prevención está en nuestras manos y evitar los incendios rurales y forestales es responsabilidad de todos.»
En un contexto donde el riesgo de propagación de incendios es alto y los siniestros de interfaz -aquellos que afectan las zonas de transición entre lo urbano y lo rural- se vuelven cada vez más comunes, el mensaje es claro: no debemos ser meros espectadores, hay que promover la toma de conciencia de la importancia de realizar las acciones necesarias para reducir riesgos y reaccionar rápidamente en el caso que se inicie un foco, ya que la prevención evita daños mayores, y pérdidas económicas millonarias. Y lo más importante, salva vidas.
Gestión del fuego: más allá de la extinción
Las entidades destacan que la gestión efectiva del fuego va mucho más allá de la simple extinción. Los expertos insisten en que los esfuerzos de supresión de incendios deben representar solo el 20% del trabajo total.
El 80% restante debe concentrarse en la prevención, una tarea que arranca en invierno, mucho antes de que se disparen las alertas.
Desde la Red de Manejo de Fuego Rural se hace hincapié en la necesidad de incorporar cortafuegos en los planes de manejo del territorio y de las propiedades, ya que son herramientas vitales para frenar la propagación de las llamas.
Asimismo, enfatizan la importancia de contar con sistemas de alerta temprana y equipos de ataque rápido para extinguir cualquier foco en sus inicios.
«Para proteger a nuestras familias y hogares, debemos ser proactivos,» señalan, recordando que la responsabilidad recae en cada ciudadano. La concientización comunitaria, sumada a un mantenimiento adecuado y a la implementación de medidas preventivas, puede marcar una diferencia crucial para mitigar los impactos devastadores de los incendios forestales en nuestros ecosistemas y comunidades.
En prevención, el primer paso es la conciencia
La prevención es la etapa más importante y comienza con reducción del riesgo y nuestra acción para evitarlo.
· La comunidad como protagonista: El involucramiento de cada uno de nosotros es imprescindible para la prevención y la detección rápida de focos de incendio.
Debemos incorporar la educación y la sensibilización desde la escuela primaria para que el conocimiento sobre los riesgos y los hábitos preventivos sean parte de nuestra cultura. Como parte de ello es la inmediata comunicación a las autoridades en caso de humo o incendio que permita una rápida intervención. También atender a las regulaciones locales y prohibiciones de hacer fuego cuando las mismas son establecidas.
· Evitemos acciones de riesgo: Debemos ser conscientes de las acciones que pueden desencadenar un desastre ocurren principalmente cuando las condiciones meteorológicas de altas temperaturas, viento y baja humedad relativa provocan una situación de alto riesgo, en que es especialmente cuidarnos de:
o No arrojar colillas mal apagadas.
o No quemar basura.
o No hacer fuego en zonas no habilitadas.
o Es importante controlar la pesca y la caza furtiva, que a menudo utilizan el fuego para descubrir animales.
o En el caso de prácticas ancestrales como la quema de pastizales para la ganadería, es crucial incorporar buenas prácticas de quemas controladas para proteger a las personas y evitar su transformación en incendios rurales.
Estos factores, junto con los incendios debajo de líneas de alta tensión y a los costados de la vía del tren, se identificaron como las principales causas de los incendios en el Delta y la Mesopotamia.
Presupresión: estar listos para responder
Esta etapa se enfoca en la preparación.
· Detección temprana: La detección rápida de un foco es imprescindible para evitar su propagación.
Los Consorcios de manejo del fuego, con la utilización de cámaras, registros satelitales y torres de detección, son ejemplos de éxito de identificación y respuesta rápida, evitando su propagación. Las tecnologías disponibles, que incluyen la incorporación de inteligencia artificial a la detección, son fundamentales para una rápida identificación del riesgo.
· Control del combustible: Es fundamental realizar quemas controladas y reducir la maleza y los pastizales para evitar que un pequeño fuego se convierta en un incendio descontrolado.
Pensemos en la importancia de limpiar las malezas y/o arbustos bajo las líneas de alta tensión y en las banquinas de rutas y vías de tren, ya que muchos incendios de la temporada pasada comenzaron por estas razones.
Incendios de interfase: una creciente preocupación
Con el crecimiento de las áreas urbanas, los incendios de interfase, que ocurren en las zonas donde la ciudad se encuentra con el entorno rural o forestal, son cada vez más comunes. Para proteger a nuestras familias y nuestros hogares, debemos ser proactivos. Es vital incorporar cortafuegos en los planes de manejo del territorio y de los predios productivos para evitar la propagación de un incendio y tener sistemas y campañas de prevención y atención para apagar en forma rápida los focos detectados.
Rehabilitación: aprender y reconstruir
Finalmente, la etapa de recuperación es una oportunidad para aprender. Se debe realizar una evaluación de las causas de los incendios y de las acciones de prevención y control para incorporar esa experiencia en la próxima temporada.
Recomendaciones a los productores rurales
Entre las principales recomendaciones que compartió con ArgentinaForestal.com el especialista Roque Giménez, consultor independiente, instructor y formador de operarios agrarios y forestales en la región de la Mesopotamia, considera fundamental reforzar los programas de Combate de Incendios Rurales, y mencionó que desde junio hasta mediados de agosto ya se deben iniciar el trabajo contra el fuego:
· Limpieza de caminos corta fuegos.
· Limpieza de alambrados.
· El uso de quemas prescritas (quemas controladas) como herramienta para reducir riesgos de incendios, es difícil por conceptos legales, políticos y ambientales. Pero es la herramienta más barata y efectiva bien aplicada, con autorizaciones y supervisión técnica.
· Rastra o raspado de caminos internos, perímetros de plantaciones.
· Limpieza de banquinas.
· Limpieza de alcantarillas y puentes.
· Rebajar combustible liviano en áreas estratégicas para evitar el ingreso de fuego descontrolado en época crítica.
· Limpieza de áreas ya aprovechadas y con residuos de cosecha (Tala rasa). Que se preparan para plantación de otoño.
· Aprovechar todas las actividades de quemas controladas para entrenar de forma táctica a los Brigadistas.
· Eliminar combustible peligroso mediante quemas prescrita enlugares estratégicos para ser usados como zonas de defensa alrededor de pueblos y ciudades, principalmente en el cuadrante noreste.
· Perímetro de las ciudades como zonas aislantes o de seguridad fajas corta fuegos y faja auxiliar de 25 m. de ancho.
· En áreas urbanizadas establecer caminos de entrada de autobombas con retornos seguros.
· Establecer lugares de evacuación y/o puntos de encuentro cómo plazas y estadios de futbol.
· Cuando planifican barrios de viviendas dejar separación entre ellas de un mínimo de diez metros. Hogares y chimeneas con apagas chispas. Llevar un control de limpieza de techos y canaletas de hojas y ramas.
· Fuerzas de seguridad en control y dirigencia del tráfico, control en lugares con humo y manejo del público.
· En todas estas actividades tener en cuenta ambiente, fauna y flora silvestre, épocas de nidificación de aves.
Problemas para analizar: desde la urbanización en zonas forestales; basurales a cielo abierto; líneas eléctricas, mantenimiento preventivo; caminos y rutas, limpieza de banquinas, canaletas, puentes y alcantarillas; patrullaje preventivo en áreas recreativas; trabajos forestales y ganaderos.
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