La biodiversidad enfrenta una crisis sin precedentes debido a la acción humana, impulsando la sexta extinción masiva en la Tierra. Ante este panorama, el Marco Mundial de la Biodiversidad busca revertir la pérdida de especies y ecosistemas para 2030. Avanzar hacia un mundo “Nature Positive” es imprescindible para un futuro sostenible.
Fuente: ONG Huella para un Futuro
BUENOS AIRES (Enero 2025).- La biodiversidad es la base de la vida en la Tierra, proporcionando alimentos, medicinas, energía, aire y agua limpia, además de seguridad ante desastres naturales y bienestar cultural. Sin embargo, la acción humana ha generado una destrucción sin precedentes de los ecosistemas.
El Índice Planeta Vivo 2020 revela una disminución del 68% en las poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016. Esta crisis también afecta a las plantas, con tasas de extinción dobles a las de mamíferos, aves y anfibios combinados.
El calentamiento global es otro factor clave en la degradación ambiental. Según el IPCC (2023), la temperatura global ya ha aumentado 1,1°C desde el siglo XX y podría superar los 2,5°C si no se toman medidas urgentes.
En los próximos años, los efectos del cambio climático serán un factor determinante en la transformación de la naturaleza y el bienestar humano.
De un mundo “Nature-Negative” a un futuro “Nature-Positive”
Actualmente, vivimos en un mundo “Nature-Negative”, donde la actividad humana impulsa una pérdida sin precedentes de especies y ecosistemas. Minimizar el daño ya no es suficiente: es fundamental detener la degradación y regenerar la naturaleza para garantizar un futuro sostenible.
En este contexto, en diciembre de 2022, durante la COP 15 del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) de la ONU, se adoptó el Marco Mundial de la Biodiversidad Kunming-Montreal (GBF). Su misión es clara: “Detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030”, y para 2050, lograr que la biodiversidad sea valorada, conservada, restaurada y utilizada de manera sostenible.
El reto es inmenso, pero el tiempo para actuar es ahora. La transición hacia un mundo “Nature-Positive” requiere el compromiso de gobiernos, empresas y ciudadanos para restaurar los ecosistemas y garantizar un equilibrio entre desarrollo y conservación.