Andrés Meneses, Gerente de Políticas Públicas de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), plantea la necesidad de perfeccionar el Proyecto de Ley de Incendios en Chile. Propone cuatro pilares fundamentales: prevención, combate, persecución y recuperación, para enfrentar la creciente amenaza de los incendios forestales y proteger comunidades y ecosistemas.
CHILE (17/972024).- La creciente amenaza de los incendios forestales en Chile pone en evidencia la vulnerabilidad de nuestro entorno natural y económico, y la insuficiencia del actual marco legal para abordarlos de manera efectiva.
Con un 60% de incendios intencionales en algunas regiones de la macrozona forestal y más de 700 mil hectáreas de plantaciones consumidas en la última década, se hace urgente perfeccionar el Proyecto de Ley que se tramita en el Senado. Este fortalecimiento es crucial para mejorar tanto la prevención como el combate de estos desastres.
El fuego no discrimina entre bosques naturales y plantaciones productivas. Bajo condiciones climáticas extremas, se propaga con una velocidad devastadora. Aunque los planes de manejo forestal y los anillos de protección son necesarios, resultan insuficientes cuando la verdadera amenaza proviene de la acción humana, ya sea deliberada o negligente. Es en este contexto que una ley robusta y completa se vuelve indispensable para proteger a nuestras comunidades y ecosistemas.
Según Andrés Meneses, Gerente de Políticas Públicas de Corma, una ley de incendios forestales y rurales eficaz debe fundamentarse en cuatro pilares: prevención, combate, persecución y recuperación.
Prevención: Más allá de las medidas de gestión territorial y forestal propuestas, la prevención debe ser el eje central. El mejor incendio es el que nunca ocurre. Por lo tanto, es fundamental que, cuando se prevean condiciones climáticas favorables para la propagación de incendios, tanto el sector público como el privado implementen despliegues preventivos, como el monitoreo de las rutas de acceso a los puntos donde comúnmente se inician los incendios.
Combate: Meneses destaca la importancia de potenciar el combate nocturno, tanto aéreo como terrestre, ya que más del 30% de los incendios forestales se inician durante la noche. Este enfoque mejoraría significativamente las posibilidades de controlar los incendios antes de que se vuelvan incontrolables.
Persecución: Es esencial dotar a los tribunales, al Ministerio Público y a las fuerzas policiales de facultades investigativas para identificar el origen de los incendios intencionales. Solo así se podrán establecer responsabilidades y aplicar condenas efectivas a los culpables, desincentivando futuras acciones delictivas.
Recuperación: La ley debe contemplar ayudas para que los pequeños y medianos propietarios forestales puedan recuperar los bosques afectados por los incendios. La reconstrucción del bosque es vital para evitar que una emergencia inicial se convierta en un problema ambiental a largo plazo. Los suelos sin cobertura vegetal están expuestos a la erosión, remoción en masa, aluviones y al bloqueo de cuencas que abastecen de agua, incluso para el consumo humano.
El desafío de los incendios forestales exige una respuesta decidida y contundente que no solo apague el fuego, sino que lo prevenga y sancione con todo el rigor de la ley. Perfeccionar el proyecto de ley en trámite incorporando estos cuatro pilares es urgente y necesario para proteger vidas, bienes y la naturaleza de esta persistente y devastadora amenaza.