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La profunda crisis del sector forestal chileno frente a una progresiva caída de plantaciones, inversiones y empleo requiere de una acción urgente, señala directiva de CORMA

María Eugenia Zunino, vicepresidenta de la Corporación Chilena de la Madera (Corma) analiza en un artículo de opinión el actual escenario de la actividad forestal en Chile, que enfrenta una situación crítica que requiere atención inmediata.

 

Fuente: CORMA

 

CHILE (13/8/2024).- En los últimos años, el país trasandino registra una preocupante disminución en plantaciones, inversiones y empleo, lo que ha llevado al cierre de más de 200 aserraderos y a un decrecimiento en la economía.

Ante este escenario, es fundamental visibilizar la importancia del sector no solo para la economía chilena, sino también para el medio ambiente global.

En Chile, el sector forestal está compuesto por 14,7 millones de hectáreas de bosque nativo y 1,9 millones de hectáreas de plantaciones. «Este sector fue pionero a nivel mundial, y es esencial que lo valoremos, lo cuidemos y lo incentivemos. Otros países con tradición forestal, como Australia y Nueva Zelanda, ya han fortalecido sus políticas para aumentar sus plantaciones. En nuestra región, Uruguay y Brasil también han tomado medidas similares, fijando metas ambiciosas de millones de hectáreas de nuevas plantaciones», señala Zunino.

El rol ambiental del bosque nativos y cultivados es insustituible. Estudios demuestran que, incluso tomando todas las medidas disponibles para reducir emisiones, la humanidad no alcanzará la carbono neutralidad ni detendrá el calentamiento global sin la plantación de nuevos bosques y el manejo adecuado de los existentes para que funcionen como sumideros de carbono.

Además, los bosques, tanto nativos como plantados, son indispensables para detener la desertificación, controlar la erosión, mejorar suelos deteriorados, aumentar la captación de agua y actuar como reguladores de cuencas hídricas.

La relevancia de la fibra y la madera para la vida humana es igualmente destacable. Son materias primas históricamente esenciales en la construcción, calefacción y en múltiples aplicaciones del papel y cartón.

Los productos forestales también tienen un potencial ilimitado para un mundo más sostenible, permitiendo el reemplazo total del plástico y una reducción significativa en el uso de cemento, acero y otros materiales altamente contaminantes.

«El 70% del bosque nativo en Chile pertenece a privados, pero su conservación y protección es un interés de toda la sociedad. Por ello, es indispensable implementar políticas de incentivo y manejo sostenible, incluyendo la creación de un mercado de bonos de carbono. Sin embargo, incluso con las mejores políticas, no se puede concebir la conservación y protección del bosque nativo sin la existencia de plantaciones forestales sostenibles que provean la fibra y madera que la sociedad demanda», sostiene la directiva de CORMA.

Pese a la gravedad de la situación, en el país se evidencia una falta de políticas robustas y modernas para fortalecer el sector forestal y garantizar su crecimiento y resiliencia.

«Es crucial abordar cuestiones como la reforestación post-incendios, la plantación de más de 1 millón de hectáreas actualmente expuestas a la erosión por falta de cobertura vegetal, y la seguridad en las zonas rurales afectadas por la violencia», enumera Zunino.

El sector forestal chileno se encuentra en una encrucijada. Con la combinación adecuada de políticas públicas, reconocimiento social y apoyo institucional, esta actividad puede no solo superar su crisis actual, sino también convertirse en un pilar esencial para un futuro más sostenible, reciclable y ecológico.

«Es fundamental que tanto el Gobierno como la sociedad en su conjunto valoren y apoyen a este sector, que tiene el «superpoder» de ser un gran aporte al desarrollo del país y a la creación de empleos calificados, al tiempo que contribuye a la transformación de nuestro mundo hacia un futuro más sostenible», concluye la vicepresidente de CORMA

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