Las políticas ambientales y sociales de los grandes bancos que financian el mercado del petróleo y el gas no protegen la selva tropical en la Amazonia. Un informe de Stand.earth y la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) revela que cinco de los seis principales bancos que financian la extracción de petróleo y gas en la Amazonia no protegen este ecosistema vital. Y en las últimas dos décadas, un grupo de 150 bancos invirtieron directamente más de USD 20.000 millones en la exploración y explotación de combustibles fósiles en la Amazonía.
BRASIL (16/6/2024).- Según el informe, el 71% de la Amazonia no está protegido eficazmente por los marcos de gestión de riesgos medioambientales y sociales de los cinco principales financiadores del petróleo y el gas amazónicos: Citibank, JP Morgan Chase, Itaú Unibanco, Santander y Bank of America.
«Este grupo ha incumplido incluso sus propios compromisos de responsabilidad ambiental al financiar estos proyectos», cuestionan los autores del estudio.
Este informe llega en un momento crítico, ya que la Amazonia se encuentra en un punto de inflexión inminente, que amenaza a los pueblos indígenas, las comunidades locales, la selva y su biodiversidad, y la continuidad de la vida en el planeta.
«LOS BANCOS ESTÁN MAQUILLANDO DE VERDE SU CONTRIBUCIÓN A LOS IMPACTOS ADVERSOS EN LA AMAZONÍA».
El análisis muestra que en Ecuador, los bloques de petróleo y gas se superponen al 65% (4,5 millones de hectáreas) de los territorios indígenas, mientras que en Perú, las concesiones de petróleo y gas se solapan con el 33% (15,4 millones de hectáreas) de estos territorios. Estas cifras revelan una preocupante falta de protección y gestión de riesgos que deja vulnerables vastas áreas de la Amazonia, afectando directamente a los pueblos indígenas y a su entorno.
Los datos del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica del país identifican más
de 4.600 derrames de petróleo y contaminación entre 2006 y 2022, de los cuales más de 530 se produjeron en Territorios Indígenas, afectando gravemente a los Pueblos Indígenas.
“Desde que la explotación petrolera comenzó hace 60 años en la Amazonía ecuatoriana,
se nos prometió progreso, salud, bienestar y educación, pero sobre todo, una vida digna. Sin
embargo, desde entonces hasta el día de hoy, los pueblos indígenas hemos sido víctimas de un sistema corrupto que perpetúa la violencia contra nosotros, nos arrebata territorio, recursos naturales, hermanos y hermanas, y deteriora nuestra calidad de vida”, afirmó José Esach, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE), que representa a cerca de 1.500 comunidades pertenecientes a las nacionalidades amazónicas Kichwa, Shuar, Achuar, Waorani, Sapara, Andwa, Shiwiar, Cofan, Siona, Siekopai y Kijos. “Si los bancos realmente se preocupan por los derechos
indígenas, deberían dejar de financiar actividades que nos están causando daño.
El HSBC es el único de los seis bancos principales que financian la extracción de petróleo y gas en la Amazonia que cuenta con una política eficaz para proteger la región. En diciembre de 2022, el banco británico se comprometió a excluir la financiación de petróleo y gas de la Amazonia, y hasta ahora, no se han registrado nuevas transacciones en 2023 en la Base de Datos de Bancos Amazónicos de Stand.earth.
El informe “El blanqueo ecológico en la Amazonía” subraya que la única manera de acabar con el greenwashing en la región es que los bancos dejen urgentemente de financiar su destrucción. Stand.earth y COICA piden a los principales bancos internacionales que pongan fin al financiamiento de la extracción de petróleo y gas en la Amazonía, para proteger el 80% restante de la selva tropical más grande del mundo para 2025.
El llamado es claro: las políticas actuales de los bancos están llenas de lagunas que permiten la financiación continua de proyectos destructivos. Todd Paglia, director ejecutivo de Stand.earth, afirma: “A través de sus políticas engañosas y promesas vacías, estos bancos están tratando de maquillar de verde la extracción de petróleo y gas en la Amazonía y ocultar los impactos destructivos de sus financiamientos. Junto con los pueblos indígenas, pedimos a los bancos que pongan fin al blanqueo ecológico y al financiamiento de proyectos de petróleo y gas en la Amazonía.”
Angeline Robertson, investigadora de Stand.earth y autora del informe, agrega: “Los cinco principales financistas de petróleo y gas de la Amazonía no aplican sus políticas de gestión de riesgo ambiental y social al 71% de la región. La Amazonía está en contrarreloj y no podemos permitir que las instituciones financieras hagan la vista gorda ante el daño que su dinero financia.”
Carlos Nobre, científico y referente mundial en estudios sobre el cambio climático, destaca la gravedad de la situación: “Gran parte de la selva amazónica está muy cerca de un punto de no retorno. Es esencial frenar la deforestación, la degradación y los incendios forestales y acelerar una restauración a gran escala de la selva amazónica para evitar este punto de no retorno. Para ello, es fundamental que el mundo financiero deje de financiar de inmediato la explotación de minerales, petróleo, gas natural y agricultura expansiva en la Amazonía.”
El informe concluye que los bancos deben adoptar una exclusión geográfica que abarque todas las transacciones relacionadas con el sector de petróleo y gas en la Amazonia. Esta es la única solución viable para proteger la biodiversidad, mitigar el cambio climático y defender los derechos de los pueblos indígenas.
Revelaciones principales del informe
El informe revela que muchas transacciones financieras están estructuradas de forma que minimizan la identificación de valores medioambientales y sociales en los marcos de gestión de riesgos de los bancos. Se analizaron más de 560 transacciones relacionadas con actividades de petróleo y gas realizadas por unos 280 bancos en los últimos 20 años en la Amazonía utilizando la Base de Datos de los Bancos Operando en la Amazonía de Stand, para determinar si son comunes las estructuras de acuerdos que eluden las exclusiones y los filtros.
Los bancos norteamericanos Citibank y JPMorgan Chase son los principales financistas de petróleo y gas en la Amazonía, según la base de datos.
El informe muestra que ambos bancos han destinado $2.320 millones y $2.250 millones de dólares, respectivamente, al financiamiento directo del sector de petróleo y gas en la región en los últimos 20 años. La mayoría de los mecanismos de Citibank para la gestión de riesgos ambientales y sociales sólo se aplican al financiamiento relacionado con proyectos.
Su exclusión geográfica abarca sólo el 2% de la Amazonía, mientras que los filtros cubren otro 44% de la región.
El informe muestra cómo las lagunas en las políticas y las estructuras de los acuerdos pueden debilitar la diligencia debida. Por ejemplo, a pesar de tener una política sobre los derechos de los Pueblos Indígenas, Citibank proporcionó un financiamiento estimado en $125 millones de dólares a Hunt Oil Perú, una empresa creada para el proyecto de gas de Camisea, que ha violado los derechos de los pueblos indígenas en la Amazonia peruana.
La transacción fue un bono sindicado de propósito corporativo general, la estructura de transacción más común en la base de datos y el tipo de financiamiento que más limita la diligencia debida de los bancos.
El informe también muestra que, sólo en 2023, JPMorgan Chase proporcionó un estimado de $126 millones de dólares en nuevo financiamiento directo para la producción de petróleo y gas en la Amazonía colombiana para Ecopetrol y Gran Tierra.
En el mismo año, el banco fue uno de los principales financiadores de Hunt Oil en Perú con un financiamiento directo adicional de $125 millones de dólares. Hunt Oil Perú es socio del Proyecto de Gas de Camisea, que ha impactado a PIACI en reservas que coinciden con bloques petroleros.
En marzo de 2024, JPMorgan Chase se retiró de los Principios de Ecuador, que sirven de referencia y marco común para que las instituciones financieras identifiquen, evalúen y gestionen los riesgos ambientales y sociales al financiar proyectos. El siguiente mayor financista es Itaú Unibanco, de Brasil.
La política de gestión de riesgo ambiental y social de Itaú Unibanco no tiene exclusiones ni filtros que se apliquen a las operaciones de petróleo y gas en la región. Un análisis de las transacciones recogidas en la base de datos de Stand revela que el 99% de las operaciones del banco relacionadas con el sector en la Amazonía en los últimos 20 años no cumplen los requisitos para que se apliquen los Principios de Ecuador, aunque estaban relacionadas con grandes productores de petróleo y gas, como Eneva, Frontera, Geopark, Petrobras, Petroquímica Comodoro Rivadavia y Transportadora de Gas del Perú.
El banco español Santander – el mayor financista europeo del petróleo y gas amazónico y el cuarto a escala mundial – aportó casi $1.400 millones de dólares en financiamiento directo al sector entre 2009 y 2023.
Santander tiene una de las políticas de exclusión más amplias, que cubre el 16% de la Amazonía con prohibiciones de financiamiento de petróleo y gas en sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sitios Ramsar y algunas áreas protegidas por la UICN.
Aunque es mejor que la de otros bancos en este análisis, la política de Santander se queda corta en la práctica: el 85% de sus transacciones rastreadas directamente a la Amazonía son para bonos sindicados, que carecen de transparencia y reducen la responsabilidad del banco como contribuyente a los impactos adversos. Bank of America, el mayor financista número uno de petróleo y gas en la Amazonia para 2023 según “Banking on Climate Chaos”, tiene una política de gestión de riesgo ambiental y social que no afecta a la mayoría de sus financiamientos en la Amazonía. Según Stand Research Group, el 99% de las transacciones en las que Bank of America es prestamista son sindicadas y el 95% son para un uso amplio de los ingresos.
Esto significa que estas operaciones no se habrían sometido necesariamente a un escrutinio reforzado.
Desde que Stand.earth lanzó la campaña Exit Amazon Oil and Gas, bancos como BNP Paribas, Natixis, ING y Credit Suisse se comprometieron a poner fin a su financiamiento del comercio de petróleo procedente de puertos de Ecuador y Perú, que abarca gran parte del comercio de crudo procedente de la Amazonía.
Además, BNP Paribas, Société Générale, Intesa Sanpaolo y Standard Chartered también se han comprometido a diversos tipos de exclusiones de financiamiento de petróleo y gas en la Amazonía. Recientemente, HSBC y Barclays aplicaron por primera vez políticas integrales de exclusión geográfica que utilizan el concepto de Amazonía desarrollado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), tal y como recomienda Stand.earth. Stand.earth y la COICA instan a los bancos a:
1. No hacer más financiamientos o inversiones nuevas en petróleo y gas
2. Terminar los financiamientos e inversiones vigentes de petróleo y de gas
3. Finalizar el financiamiento de comercialización de petróleo y gas
4. Terminar el financiamiento corporativo para comercializadores de petróleo y gas
5. Ajustar las carteras de financiamiento para hacer frente a la crisis climática y de biodiversidad y apoyar el desarrollo sostenible para proteger el 80% de la Amazonia para 2025