Del 19 al 25 de abril, se llevará a cabo actividades en el marco de la Semana de los Pueblos Indígenas, bajo el lema «Hermana agua, vida y libertad». La iniciativa anual promovida por ENDEPA busca sensibilizar a la sociedad y al Estado argentino sobre la importancia de respetar y reconocer los derechos de estas comunidades.
Fuente: ENDEPA y EMIPA
BUENOS AIRES Y MISIONES (18/4/2024).- En todo el país se desarrollarán diversas actividades en la Semana de los Pueblos Indígenas 2024 en un esfuerzo por generar conciencia y difundir la situación que enfrentan los Pueblos Indígenas en la Argentina, así como defender sus derechos que son vulnerados a diario.
En Misiones, la Semana de los Pueblos Indígenas ha sido declarada de interés provincial y municipal en Aristóbulo del Valle y Colonia Delicia. El Equipo Misionero Pastoral Aborigen (EMIPA) destaca la necesidad de que Argentina, como un país multiétnico y pluricultural reconocido en su Constitución Nacional desde 1994, demuestre su compromiso con acciones concretas.
«La celebración de esta semana es una oportunidad para profundizar en la realidad, la vida y los desafíos de los Pueblos Originarios. Desde el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), organizador de estos encuentros, se reflexiona sobre el valor del agua como elemento central en la vida de estas comunidades y se aboga por un nuevo pacto social mundial que garantice su protección y acceso para todos», informaron a través de un comunicado de prensa.
«El agua, fundamental para la vida, está en riesgo debido a políticas consumistas y extractivistas impulsadas por el Gobierno Nacional», advierte EMIPA. «Sin embargo, son precisamente los Pueblos Indígenas quienes valoran y protegen este recurso natural, reconociéndolo como generador de vida y bienestar», aseveran.
La Semana de los Pueblos Indígenas es también una oportunidad para compartir las costumbres, la riqueza cultural y las formas de vida de estas comunidades, enriqueciendo así a toda la sociedad.
La celebración de esta semana tiene raíces profundas. Surgió en 1992, en un contexto de conmemoración y reflexión sobre los 500 años de la llegada europea al continente, y se ha convertido en una plataforma para dar a conocer la situación de los Pueblos Indígenas y promover sus derechos.
En este contexto, ENDEPA recuerda el compromiso de la humanidad hacia un futuro sostenible y destaca los conocimientos ancestrales de los Pueblos Indígenas sobre el agua, llamando a la acción para proteger este recurso vital para la supervivencia de todos.
¿Cómo nace la Semana de los Pueblos Indígenas?
La misma nace en 1992, en medio de las polémicas suscitadas por los 500 años de la llegada europea al continente, fecha denominada como “Semana de los Pueblos Indígenas”. Como antecedente, en 1984, en una reunión de todas las organizaciones católicas que acompañan a las Comunidades Indígenas se decidió extender la celebración de un día hacia una semana, ya que solo un día no alcanzaba para que la sociedad perciba la realidad indígena.
En esa misma línea, el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA) procuró, desde su comienzo, en 1980, dar a conocer la situación de los Pueblos Indígenas en el país. A partir de allí promovió del 19 al 25 de abril de cada año la “Semana del Aborigen”.
Aportes para la celebración
Desde el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA) reflexionaron en que “la humanidad parece caminar decididamente al suicidio. Como especie, somos los únicos que sembramos nuestra propia extinción. No estamos viendo que sin agua no hay posibilidades de futuro”.
En el camino hacia la reivindicación de sus derechos, los pueblos han compartido muchos conocimientos, memoria y recuerdos donde el agua ocupa un lugar central en sus vidas.
El rito ancestral del Año Nuevo Huarpe -que hoy ha cambiado un poco por las extensas sequías- consiste en que al amanecer del 24 de junio, cada miembro del Pueblo debe lavarse la cara con todas las aguas que encuentre, repitiéndolo una vez por cada punto cardinal. “Nos enseñan que el agua ese día limpia y sana los males que sentimos”, explican.
“En otro rito al agua, una rogativa ancestral que hoy se le llama San Vicente, se bailan al Imponderable catorce cuecas, lo inicia una pareja de niños, lo cierra una de ancianos. Tiene que haber una fuente natural (ramblón, represa o laguna) donde se juntará el agua que será recibida después de la rogativa. Debe estar muy presente el espíritu comunitario. Funciona como un cuerpo colectivo que transmite sus intenciones y aclama al elemento de vida que es el agua”, comparte Horacio Tito Mayorga, del Pueblo Huarpe.
Para Susana López, del Pueblo Tupi Guaraní, el agua “es fuente de vida para todos los habitantes de esta tierra. El sueño de todas las comunidades es que el Estado no venda nuestra riqueza de agua dulce a las mineras ni a otros. Que el agua sea para todos”.
“El agua de vertiente es fresca en verano, y en invierno parece tibia, viene sana, limpia, por eso la gente no se enferma, por eso es importante tener agua de vertiente, yvu le llamamos, y la cuidamos. El agua brota para mantenernos a todos. El agua es vida y ese sonido que hace al fluir es porque nos está hablando. Así como los pájaros y toda la naturaleza hablan, el agua también habla. Entonces tenemos que cuidar el lugar de donde tomamos agua y no contaminarlo con basura. El sitio en que circula el agua tiene que estar limpio, para que esté sana, si no se enferma. El agua siempre nos está comunicando algo con su sonido. No es que corre solamente, sino que lleva todo, limpia los males, también los de nuestro cuerpo, se lleva las enfermedades. Cuando tomamos agua al tener sed, nos trae salud”, sostiene Hilario Acosta, del Pueblo Mbya Guaraní.