Con el Proyecto Amazónico de Gestión Sostenible (PAGES) buscan mejorar la vida de sus comunidades. El área del proyecto comprende tres regiones del estado de Maranhão: Amazonas, Gurupi y Pindaré, y abarca las tierras indígenas de Arariboia. Con un costo total de USD 37 millones, el FIDA contribuirá con USD 17 millones de una donación proveniente del Gobierno de Alemania a través del Programa Ampliado de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP+) del Fondo.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
Fuente: FIDA
BRASIL (20 de mayo de 2023).- El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas y el Gobierno del Estado de Maranhão lanzaron el 16 de mayo un proyecto para abordar la preocupante degradación ambiental de la selva amazónica marañense y las elevadas tasas de pobreza e inseguridad alimentaria en la región.
El “Proyecto Amazónico de Gestión Sostenible (PAGES)” se impulsa por FIDA en Maranhão y en otras partes de Brasil, donde la inseguridad alimentaria y la degradación ambiental están profundamente relacionadas.
«PAGES busca brindar a los pequeños agricultores y comunidades tradicionales herramientas que les permitan mejorar su situación socioeconómica en sintonía con un aumento de los recursos naturales. El desarrollo y el bienestar a largo plazo solo son posibles mediante el aprovechamiento sostenible de la naturaleza”, dijo Claus Reiner, director de País del FIDA para Brasil.
Con un costo total de USD 37 millones, el FIDA contribuirá con USD 17 millones de una donación proveniente del Gobierno de Alemania a través del Programa Ampliado de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP+) del Fondo.
El Gobierno de Maranhão contribuirá con USD 16 millones y los participantes del proyecto con un valor de USD 4 millones, principalmente en especie.
El área del proyecto comprende tres regiones del estado de Maranhão: Amazonas, Gurupi y Pindaré, y abarca las tierras indígenas de Arariboia. La superficie del proyecto cubre 58,755 km², lo que representa aproximadamente el 72% de la selva amazónica del estado. Esta es una región que enfrenta constantes amenazas de deforestación y degradación debido a la tala ilegal y el desmonte para proyectos de agricultura a gran escala.
El proyecto es ejecutado por la SAF, asociación estratégica con otras entidades, como la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMA), la Secretaría de Estado de Derechos Humanos y Participación Popular (SEDIHPOP), el Instituto de Colonización y Tierras de Maranhão (ITERMA) y la Agencia Estatal de Investigación Agropecuaria y Extensión Rural (AGERP).
Durante de seis años de implementación, el proyecto fortalecerá las poblaciones más vulnerables de la selva amazónica de Maranhão, entre los que se encuentran agricultores familiares, pueblos indígenas y otras comunidades tradicionales en la creación de sistemas productivos sustentables en base a la floresta intacta o recuperada.
Con el inicio de las acciones en campo previsto para el segundo semestre de 2023, se espera beneficiar a 80,000 habitantes rurales de Maranhão, el 50% de los cuales serán mujeres y el 25% jóvenes.
Además, casi el 15% de los participantes del proyecto pertenecerá a comunidades indígenas y otras comunidades tradicionales, como quilombolas y recolectores de coco babasú. El proyecto tendrá un impacto positivo en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente 6 millones de toneladas equivalentes de CO2.
El PAGES representa la primera iniciativa de desarrollo rural financiada por el FIDA en Brasil que se extiende más allá de la región semiárida nororiental, conocida como el sertão. El proyecto, que inició sus actividades en mayo de 2022, se beneficiará de la amplia experiencia del Fondo en prácticas agroforestales e inversión en infraestructuras de pequeña escala para facilitar el acceso al agua de las poblaciones rurales.
El contexto de Brasil para los proyectos de desarrollo rural
El Brasil es una importante potencial agrícola e industrial y la mayor economía de América Latina y el Caribe. Es el cuarto mayor productor agrícola en el mundo, el primer productor de café, caña de azúcar y cítricos y el segundo mayor productor de soja, carne de vacuno y aves de corral.
Desde principios de la década de 2000, el país logró avances significativos en materia de reducción de la pobreza. Entre 1992 y 2015, la prevalencia de la pobreza descendió del 35,8 % al 27,6 % de la población, mientras que la prevalencia de la pobreza extrema disminuyó del 7% al 4%.
Aunque las condiciones económicas y sociales han mejorado considerablemente, el Brasil sigue siendo un país con grandes contrastes. La desigualdad es especialmente patente en las zonas rurales, sobre todo en la región semiárida del Nordeste.
En 2014, el Brasil sufrió la segunda peor recesión económica de su historia. Aunque empieza a haber signos lentos de recuperación, no se espera que la crisis remita antes de 2021, y los esfuerzos por reducir la pobreza y la desigualdad en todo el país se están viendo perjudicados.
Datos recientes muestran que, entre 2007 y 2017, la población pobre aumentó del 25,7% al 26,5%, lo que significa que alrededor de 2 millones de personas han regresado a la condición de pobreza.
Brasil es un país con acentuadas disparidades regionales y la región nordeste se caracteriza por tener una alta concentración de la pobreza, con un 44,8% de sus 57 millones de habitantes viviendo por debajo del umbral de pobreza y un 14,7 % en pobreza extrema.
Ante las acentuadas disparidades regionales, la región nordeste se caracteriza por tener una alta concentración de la pobreza, con un 44,8% de sus 57 millones de habitantes viviendo por debajo del umbral de pobreza y un 14,7 % en pobreza extrema.
Estas cifras difieren de manera considerable de las otras regiones del país que expresan los siguientes porcentajes de pobreza extrema: 2,9% al sur, 3,6% en el nordeste y 3,8 % al sureste.
La única región que tiene valores similares es el Norte, con un 11,8 % de la población extremadamente pobre. Sin embargo, el Norte sólo tiene cerca de un tercio de la población del Noreste. Por lo tanto, la región Noreste se destaca con la mayor concentración de personas altamente vulnerables del país.
El sector agrícola ha desempeñado una función fundamental en la economía brasileña, y aunque solo representa el 5% del producto interno bruto (PIB) del país, es sumamente importante como generador de ingresos, empleo y divisas. La agricultura en pequeña escala representa el 85% de las unidades de producción agrícola, genera hasta el 70% de la producción de alimentos básicos del país, da empleo a tres cuartas partes de la mano de obra agrícola y produce un tercio de los ingresos agrícolas.
Sin embargo, existe una fuerte dicotomía en el sector agrícola. Gran parte de su dinamismo se debe a la agricultura empresarial y a la producción de productos básicos destinados a la exportación, que se cosechan principalmente en las regiones del Sur, el Sudeste y el Centro-Oeste; por su parte, la agricultura familiar sigue caracterizándose por un escaso dinamismo económico y una elevada incidencia de la pobreza, sobre todo en el Nordeste y en la región Nordeste.
En el Brasil, las inversiones del FIDA se destinan a actividades de desarrollo rural en la región semiárida del nordeste del país, conocida como Sertão. El FIDA empezó a colaborar con el gobierno federal y los gobiernos de los correspondientes estados en la década de 1980.
Todos los proyectos respaldados por el FIDA en el país se centran en apoyar y promover la agricultura familiar. El objetivo es aumentar la producción y los ingresos de los agricultores familiares facilitando su acceso a servicios esenciales, fortaleciendo sus organizaciones y conectándolos con los mercados.
Las principales actividades incluyen:
- métodos de producción orgánica y agroecológica y acceso a los mercados;
- técnicas de captación y conservación de agua, y
- metodologías de planificación participativa que aúnan la innovación y los conocimientos tradicionales y promover la participación plena e independiente de las mujeres y los jóvenes;
- diálogo sobre políticas con las contrapartes nacionales