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California: en lo que va de 2020, se quemaron más de un millón y medio de hectáreas y hay 31 muertos por los incendios forestales 

Las altas temperaturas, los fuertes vientos y la falta de humedad y precipitaciones han disparado los incendios tras años de sequía, consecuencia del cambio climático que incrementan los riesgos y aún no se toma la real conciencia respecto a la prevención para evitar el fuego. Se registraron 8.200 incendios desde el inicio del año 2020 en California  y han destruido más de 8.400 casas, según los datos brindados este domingo por el Departamento de Bosques y Protección Contra el Fuego del estado de California.

Fuente: El Mundo, La Nación y EFE

 

ESTADOS UNIDOS (4/10/2020).- Los más de 8.200 incendios contabilizados desde el inicio del año 2020 en California han costado la vida a 31 personas y han destruido más de 8.400 casas. Además han devastado más extensión que los incendios de los tres años anteriores y supone más del doble de la extensión consumida en 2018, según los datos del Departamento de Bosques y Protección Contra el Fuego del estado de California.

Las altas temperaturas, los fuertes vientos y la falta de humedad y precipitaciones han disparado los incendios tras años de sequía, consecuencia del cambio climático. En agosto una ola de calor rompió todos los récords y provocó los primeros cortes de electricidad desde 2001.

La cifra histórica de 1,62 millones de hectáreas es superior al tamaño de todo el estado de Connecticut, y supera a la registrada en el anterior año récord en California, en 2018, cuando ardieron más de 730,000 hectáreas.

Y la cifra puede ser todavía peor, pues más de 16.500 bomberos continúan trabajando para contener los 23 incendios forestales importantes que se mantienen activos en el estado.

Aunque en las condiciones de bandera roja (se dan las condiciones extremas para que se declaren y extiendan fuegos a gran velocidad), disminuyeron en la región, las altas temperaturas y la baja humedad continúan desafiando los esfuerzos de los equipos de extinción de incendios.

Uno de los incendios activos más grande, el Incendio de Glass, afecta a un condado vinícola del norte de California y se ha cobrado ya 25.500 hectáreas y 800 casas y edificios. En la ciudad de Napa las temperaturas se prevé que alcancen los 32 grados.

Otro fuego, el Incendio Zogg, se ha cobrado cuatro vidas en el condado de Shasta, aún más al norte en California, y ha calcinado más de 22.000 hectáreas.

La temporada de incendios en California suele durar entre septiembre y noviembre, pero en los últimos años se ha prolongado y es cada vez menos predecible, con incendios importantes hasta diciembre. Cinco de los seis mayores incendios de la historia de California se han producido en 2020, con el incendio de August Complex, en el condado de Tehama, a la cabeza.

Los fuegos mantienen todavía a muchas personas alejadas de sus viviendas, que siguen en peligro de sucumbir a las llamas, destacó Calfire.

En lo que va de año más de 53.000 tuvieron que evacuar sus hogares por la cercanía del fuego, y las autoridades alertan de que la temporada de fuegos todavía podría alargarse dos meses más, puesto que octubre y noviembre son tradicionalmente los peores del año en este sentido.

El efecto climático en los riesgos de incendios

De acuerdo con la experta, en el oeste de EE.UU., y en especial, en California, existe un ecosistema típico que permite que, en determinadas épocas del año, esos factores coincidan y dan paso a los incendios forestales.

«En California, durante el otoño se reúnen estas condiciones que, además, se agravan por los fuertes vientos, como los de Santa Ana, que afectan la región sur del estado. Cuando todas estas condiciones confluyen y están esos fuertes vientos se producen estos grandes incendios», señala.

El climatólogo Dustin Mulvaney, profesor de estudios ambientales de la San José State University, coincide en que los incendios forestales han sido parte «histórica y natural del ecosistema de California, con sus temporadas de verano seco e invierno lluvioso».

«California tiene también una tiene una larga historia de rayos, incluso hay árboles dependientes del fuego que requieren altas temperaturas para abrir las piñas. Los primeros europeos que vieron aquí encontraron gente que vivía y manejaba la tierra con fuego», agrega.

Sin embargo, de acuerdo con los expertos, si bien los incendios forestales en muchas ocasiones obedecen a causas naturales, en los últimos años ha aumentado su frecuencia y su poder destructivo.

Según un artículo publicado recientemente en la revista Environmental Research Letters, durante los 40 años, las fuerzas combinadas de temperaturas más altas y niveles más bajos de precipitación (California vive una intensa sequía desde hace más de una década) han duplicado el riesgo de condiciones extremas de incendios forestales durante el otoño.

Así, según otra investigación de la Universidad de Colorado, el área quemada por los fuegos en California aumentó más de cinco veces desde 1972 a 2019 de un promedio 611 kilómetros cuadrados al año a 13.610 kilómetros cuadrados al año.

Y detrás de esas circunstancias, según Balch y Malveney, está el cambio climático.

«La razón por la que estamos viendo más incendios forestales y están siendo cada vez más graves es porque los humanos estamos cambiando esos ingredientes que se necesitan para un fuego, estamos cambiando el clima», asegura la académica.

«Sabemos que hay una relación entre el cambio climático y los incendios forestales. Sabemos que se están quemando más áreas cada año como resultado del calentamiento global y lo hemos sabido desde hace más de una década», agrega.

Balch considera que el cambio climático es parte fundamental de la historia «porque a través del calentamiento global, estamos haciendo que los suelos estén más secos, y eso es particularmente así en el oeste de EE.UU.», donde también se ha constatado un aumento de temperatura de más de 1 ºC en el último siglo.

Según una investigación publicada en la revista Science en 2014, cada 1 ºC adicional podrían aumentar los rayos sobre EE.UU. en aproximadamente un 12% y una de las causas que las autoridades han manejado de los actuales incendios es una insólita actividad eléctrica en la atmósfera en el mes pasado.

En California, una sequía prolongada durante la última década ha matado millones de árboles, convirtiéndolos en un potente combustible para los incendios. Las regiones montañosas que normalmente son más frías y húmedas se han secado más rápidamente en el verano, lo que las convierte también en potencial de combustible.

 

 

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