| Opinión |
Fuente: Revista Noti Forestal
Por el Ing. Ftal. Jorge Pujato. Secretario de AFOME
SEPTIEMBRE DE 2007.- Al igual que en el tristemente recordado 2002, en este 2007 los viveros se ven obligados a “tirar a la basura” unos 20 millones de plantines de pinos (30 millones según otras estimaciones), al fracasar la campaña de Plantaciones forestales. Pero, a diferencia de 2002, en este caso no hay crisis económica donde descargar culpas sino simplemente incompetencia por parte de varios funcionarios “forestales” de turno. Y desidia y desinterés en de gran parte de los “políticos” misioneros hoy en el poder. El daño económico directo para este subsector forestal es de unos 4 millones de pesos, lo que provoca un fuerte quebranto en la economía de los viveristas. Pero, a su vez se pierden inversiones en nuevas plantaciones por unos 50 millones de pesos, junto con 5.000 puestos directos y decenas de miles de puestos de trabajo indirectos de tiempo parcial. El daño a futuro es aun mayor: -las próximas generaciones dejarán de percibir ingresos del orden de 500 millones de pesos en producción primaria y más de 1.500 millones en productos ya industrializados. -Y se pierde de manera irreversible la posibilidad de creación de esos puestos de trabajo. Por sus largos plazos, en forestal es imposible acelerar los tiempos; lo perdido ahora, perdido está para siempre. En otras palabras, estamos dejando miseria a nuestros hijos. Lo triste del caso es que, a diferencia de 2002, hoy la Nación dispone de fondos específicos en abundancia para cubrir la deuda con el sector productivo, fondos que no se emplean en tiempo y forma debido a la inoperancia de las autoridades forestales. Esto es posible debido a la falta de compromiso, con el pueblo en general y con el sector productivo de pequeños y medianos productores en particular, de la clase dirigente política misionera, que parecería más preocupada por ganar algún espacio a partir de octubre que por dedicarse a atender las necesidades de la población. No hemos escuchado últimamente que legisladores y funcionarios en ejercicio, ni candidatos a sucederlos a futuro se hayan preocupado por esta problemática. Los yerbateros, en la plaza desde hace meses, ya ni llaman la atención (ni hablar de aportarles soluciones); tealeros sin rentabilidad, al igual que cañeros, tabacaleros, muchos citricultores, o sea, casi todo el espectro del sector productivo primario provincial, se enfrenta con problemas que parecería ser que no interesa resolver. Podrán argumentar que el caso de la yerba mate es un problema de mercado a nivel local (igual no nos convencen), que el del té es un problema de precios internacionales (tampoco), que en la situación de citricultores y tabacaleros hubo incidencia de las condiciones meteorológicas. Pero, en el caso forestal las soluciones están, el dinero está, las advertencias fueron hechas a su debido tiempo; simplemente fallaron los funcionarios. Y no hubo políticos misioneros preocupados que presionaran para lograr el pronto pago de lo adeudado en concepto de incentivos forestales. Sin dichos incentivos el pequeño y el mediano productor no pueden seguir forestando; ni acá ni en la China. Y así, sin ninguna “conspiración externa” de multinacionales, ni globalización, ni nada por el estilo, se destruye un modelo de desarrollo económico vigente en la provincia basado en la existencia y trabajo de miles de pequeños productores. El daño ya está hecho y eso es irreversible pero, sí se puede empezar a actuar, para lograr que cuando asuman las nuevas autoridades se designen en los puestos clave a funcionarios forestales con capacidad técnica para resolver un tema elemental: pagar en tiempo y forma los incentivos a las nuevas plantaciones forestales.



