En diálogo con FM Show (98.1) y a través de publicaciones en ArgentinaForestal.com, Hermann Rodolfo Karsten ratificó todas sus denuncias públicas y llamó a abrir un debate urgente sobre la informalidad, la inequidad competitiva y el impacto social del narcotráfico en las economías regionales de las provincias mesopotámicas.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
Audio FM Show (98.1)
CORRIENTES (24/11/2025).- En medio de la crisis que atraviesa el mercado de la madera en las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos, marcada por el cierre de aserraderos o reducción de turnos de producción, despidos y caída de ventas, un nuevo capítulo profundizó la tensión interna entre los propios empresarios del sector en Santa Rosa, Corrientes.
El detonante surgió tras la última entrevista realizada por ArgentinaForestal.com al empresario maderero Juan Ramón Sotelo, presidente del Parque Foresto-Industrial Santa Rosa y propietario de Todo Pallets SRL, quien advirtió sobre la situación crítica que viven las PyMEs locales ante un mercado interno deprimido y exportaciones con baja rentabilidad, que son las mismas que esgrimen desde las cámaras misioneras de APICOFOM y AMAYADAP.
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Pero la discusión escaló cuando otros industriales comenzaron a exponer públicamente en los comentarios de las redes de AF una problemática que “todos conocen, pero pocos se animan a decir”: la estructura de informalidad y el uso del transporte forestal como soporte para actividades ilegales.
Uno de ellos es Hermann Rodolfo Karsten, empresario de 67 años, propietario de Estancia Los Lapachos (Concepción), dedicada a la forestación, ganadería, industria maderera y genética, también con un aserradero dentro del Parque Foresto-Industrial Santa Rosa.

Desde Corrientes, donde este lunes feriado trabajaba seleccionando animales para la exposición rural 2026, habló con FM Show de Posadas y ratificó sin matices todas sus declaraciones previas.
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“Lo sabe todo el mundo, pero nadie lo dice”
Karsten confirmó que sostiene “cada una” de las afirmaciones que publicó en el Facebook del ArgentinaForestal.com, donde respondió a la entrevista de Sotelo – a quien reconoce como amigo y colega- y expuso prácticas que —según él— llevan décadas afectando la competitividad del sector.
“Esto que dije lo sabe todo el mundo, pero se habla por lo bajo. Tanto en Corrientes como en Misiones se repite la situación: la informalidad en los aserraderos pequeños es cultural, no son empresas, están sobreviviendo. Pero hoy se volvió una competencia desleal que perjudica enormemente a quienes trabajan en regla”, afirmó el empresario.
Por su parte, días atrás Sotelo también fue consultado por la misma emisora, y buscó bajar la tensión, pero coincidió en el diagnóstico estructural: “Lo que le pedí a Hermann es prudencia, para terminar el año de la mejor manera y encarar soluciones hacia 2026. Pero es cierto: la informalidad está y todos la conocen”, reconoció.
Audio FM Show (98.1)- Juan Ramón Sotelo
Entre la marginalidad productiva y la tensión social
Karsten describió un escenario que trasciende la coyuntura económica y la queja por la presión impositiva. Según señaló, el problema de fondo es la subsistencia basada en prácticas irregulares y delictivas, a la que se suma -en los casos más graves- la infiltración del narcotráfico en la logística forestal con aserraderos que operan en la informalidad.
“Si hoy llevo a los medios a Santa Rosa, pueblo de 12 mil habitantes, y ven la cantidad de jóvenes con adicciones, sin trabajo, destruidos por la droga… se preguntarían qué pasa. Y lo mismo ocurre en Concepción, con menos de 5.000 habitantes y sospechas de dos cocinas de narco. Es un pueblo chico, imposible no darse cuenta”, sostuvo.
Karsten remarcó que de casi 50 aserraderos en la zona, apenas 10 operan formalmente, a pesar de que el Estado construyó un parque industrial modelo con 14 galpones para incentivar la regularización.
“Cuando se quemaron varios aserraderos hace dos o tres años atrás, el gobierno de la provincia construyó el Parque Industrial Foresto-Industrial. De 35 aserraderos dentro del pueblo, solo dos se instalaron allí. ¿Por qué? Porque no quieren formalizarse”, declaró.
Y añadió: “La evasión, la venta de madera en negro, la explotación laboral y la resistencia a incorporar a los operarios en blanco hacen imposible competir a quien está en regla y cumple con toda la formalidad. Muchos de estos aserraderos no son empresas: son pantallas narcos. El que quiera verlo, que lo vea”.
Un conflicto que excede a Corrientes
El empresario insistió en que su denuncia no busca personalizar, sino poner en evidencia un problema regional: “¿Esta degradación social por la droga solo pasa en Corrientes? Trasladen esto a Misiones, Salta, Entre Ríos… y seguimos”.
Sobre las reacciones a sus declaraciones, aseguró que no recibió amenazas, aunque sí mensajes “de quienes se ponen el sayo”. Muchos no dicen nada porque no tienen la espalda para enfrentar las consecuencias. El empresario tiene inversiones en distintos rubros y tiene el coraje de hacerlo público. “Si todos callan, todos otorgan”, expresó.
Incluso invitó a debatir públicamente en la plaza de Santa Rosa: “Dije que llamemos a operarios, empleadores, pseudo empresarios, madres de chicos afectados por la droga, medios… que hablemos todos. Posiblemente si iba a la plaza estaría solo”, expresó.
Estructuras frágiles, falta de crédito y un Estado ausente
Karsten también vinculó la informalidad con las limitaciones del sistema productivo para evolucionar: “Los aserraderos chicos e informales son economías de subsistencia. Andan con plata en el bolsillo pero pocas ideas en la cabeza. No hay acompañamiento del Estado para progresar ni crédito para quien quiere trabajar”, cuestionó.
Criticó además las consecuencias de políticas que, según afirma, “nivelaron para abajo” en los últimos 20 años y deterioraron la formación técnica: “En la escuela agrotécnica de Santa Rosa entran 40 chicos y se reciben 2 o 6 máximo. Ese es el problema de fondo”.
Frente al contexto nacional, cuestionó la falta de espacios institucionales para plantear soluciones: “Tenemos un presidente que dice que los industriales debemos presentar un plan, pero no tenemos con quién sentarnos a dialogar. Solo tenemos un ministro de Economía que mira la macroeconomía y la timba financiera”, remarcó.
Un debate abierto en plena crisis maderera
Las declaraciones de Karsten y Sotelo reavivaron una discusión larga y postergada en la foresto-industria del NEA: la necesidad de formalizar la cadena, generar competitividad real y enfrentar las problemáticas sociales que se profundizan en torno a las rutas del narcotráfico que unen a las provincias de la región.
Mientras tanto, el sector atraviesa una caída histórica del mercado interno, cierres de plantas, suspensiones y fuga de inversiones, en un escenario agravado por asimetrías en la presión fiscal y la falta de políticas productivas coordinadas entre Misiones y Corrientes.
La discusión ya no es solo económica: expone un entramado cultural, social y productivo que condiciona el desarrollo sostenible del territorio y la proyección de un sector que, sobre diagnosticado en su potencial, sigue sin despegar en el NEA.



