La histórica sequía que golpea a Sudamérica ha llevado los niveles de los ríos de la cuenca del Amazonas a mínimos sin precedentes este año, afectando la agricultura, la energía hidroeléctrica y el acceso a recursos en Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela. Este fenómeno, en parte impulsado por El Niño, agrava los incendios y limita la movilidad en diversas regiones. «El ecosistema del Pantanal enfrenta una de las peores temporadas de incendios en décadas, afectando severamente la biodiversidad y los recursos naturales de la región», advierten los expertos del Observatorio de la NASA.
Fuente: NASA
ESTADOS UNIDOS (5/11/2024).- En octubre de 2024, la cuenca del Amazonas alcanzó niveles mínimos históricos en sus ríos debido a una sequía intensa que afecta a vastas regiones de América del Sur. La falta de lluvias ha secado cultivos, incrementado incendios y reducido la producción de energía hidroeléctrica, complicando el transporte fluvial y la distribución de suministros en Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela.
Las imágenes satelitales de Landsat ilustran la dramática disminución del caudal del río Solimões cerca de Tabatinga, en el Amazonas brasileño, en comparación con niveles normales de 2021.
El 4 de octubre, el río Solimões descendió 254 centímetros bajo la marca cero, alcanzando su nivel más bajo registrado. Otras áreas críticas, como Porto Velho y Manacapuru, también sufren bajas históricas.
Además, los altímetros satelitales de la NASA han registrado niveles extremadamente bajos en lagos y embalses de la región, afectando el suministro de agua.
Según Prakrut Kansara, hidrólogo de la Universidad Johns Hopkins, la sequía está en parte relacionada con el fenómeno de El Niño, que ha alterado los patrones de lluvia desde mediados de 2023, reduciendo precipitaciones en la Amazonía, especialmente en los meses secos de julio a septiembre.
A esto se suma una ola de calor en el Atlántico Norte, que también ha influido en la intensidad de la sequía, según el Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (CEMADEN) de Brasil. «La magnitud de la sequía actual es casi el doble de lo que se experimentó en 2015-2016», señaló Kansara.
El proyecto SERVIR, impulsado por USAID y NASA, ha advertido sobre el riesgo extremo de incendios en la región desde inicios de 2024. En efecto, vastas columnas de humo han cubierto el sur de la Amazonía, particularmente en el Pantanal, que atraviesa Brasil, Bolivia y Paraguay.
Este ecosistema enfrenta una de las peores temporadas de incendios en décadas, afectando severamente la biodiversidad y los recursos naturales de la región.
Doug Morton, científico de la NASA, destaca que la falta de lluvias del año pasado predispuso al Pantanal a un alto riesgo de incendios. “El mapa de GRACE muestra una clara señal de sequía que se extiende desde el oeste de Brasil hasta Colombia y Venezuela, afectando los ríos que alimentan el Amazonas central”, explicó Morton.
Los efectos de esta sequía han tenido repercusiones en múltiples sectores. En Brasil y Ecuador, la reducción en la capacidad de las plantas hidroeléctricas ha comprometido el suministro eléctrico.
Asimismo, las redes de transporte fluvial se ven paralizadas, lo que deja a comunidades aisladas y con dificultad para acceder a alimentos y medicinas.
En el ámbito científico, investigadores de Brasil, Perú y Ecuador enfrentan limitaciones para acceder a sitios de estudio, lo que afecta sistemas de alerta temprana para enfermedades como la malaria.
La sequía ha sido calificada por CEMADEN como la más intensa y generalizada registrada en Brasil. Un informe emitido el 3 de octubre indicó que el número de municipios en situación de sequía extrema aumentaría de 216 en septiembre a 293 a fines de octubre, reflejando la gravedad de esta crisis ambiental que afecta tanto a ecosistemas como a las comunidades sudamericanas.