Actualidad |
El propietario de un vivero y pionero de Berduc, presidente de la Regional Río Uruguay de la Asociación Forestal Argentina, señaló que el conflicto paralizó las inversiones en el sector forestal que estuvo en una situación expectante ante el fallo, porque es una industria que puede crecer mucho todavía y generar importante trabajo directo y derivado», afirmó.
Fuente: El Entre Rios
ENTRE RIOS (26/4/2010).- En diálogo con El Entre Ríos Edición Impresa, repasó la historia de la actividad maderera en la provincia. Las cancillerías argentina y uruguaya se preparan para retomar las relaciones binacionales el día después del fallo del Tribunal Internacional de La Haya sobre la instalación de la planta Orión de Botnia. Una de las actividades más castigadas por el conflicto que generó la construcción y operación la megapastera de Fray Bentos es la forestal, sobre todo en la provincia de Entre Ríos, donde las inversiones en el sector prácticamente se han detenido en el último lustro. La mayoría de las firmas vinculadas a la actividad se encuentran vinculadas a la Asociación Forestal Argentina. El titular de la Regional Río Uruguay es el Ingeniero Juan L. Paul, nacido en Buenos Aires hace 55 años, pero vinculado desde adolescente al departamento Colón, desde que en 1972 su padre, empresario y presidente de empresa Celulosa Argentina comenzó a invertir en Entre Ríos, alentado por las políticas de promoción forestal. Producto de aquellas y sucesivas campañas de apoyo a la industria de la madera existen un millón cien mil hectáreas forestadas en el país. En tanto el monte natural cubre veintinueve millones de hectáreas. El ochenta por ciento de los bosques cultivados, que permiten salvar los naturales, se encuentran en la Mesopotamia. A la cabeza marchan las plantaciones de pino (el 54 %), le siguen las de eucaliptos (32%) y otras especies el porcentaje restante. «Pero por su ubicación y la ley provincial que prohíbe exportar a Botnia, la provincia más afectada por el conflicto por la instalación de la pastera, es sin dudas Entre Ríos», explicó el ingeniero Paul. «Pero además del caso puntual, paralizó las inversiones en el sector forestal que está en una situación expectante ante el fallo, porque es una industria que puede crecer mucho todavía y generar importante trabajo directo y derivado», afirmó. Paul sostuvo que «históricamente todas las industrias, todas, afectaban en distinto grado el medio ambiente. Pero es sabido que con la seguridad laboral e industrial, la situación fue mejorando y desarrollaron métodos para afectarlo en mucho menor grado. Lo mismo sucedió con la producción de celulosa. Ni en Finlandia, ni en Alemania, ni en Estados Unidos permitirían contaminar y menos utilizar los productos que no se elaboren con las más estrictas normas de protección del medio ambiente, porque se ha avanzado mucho en la legislación específica. La gente toma, se baña y consume el agua de las propias plantas en Finlandia. Y no hay olores. Nos guste o no, es así. Todo lo demás es desinformación», afirmó Paul. «Por supuesto que tenemos que exigir, como exigen en Europa, los parámetros y controles estrictos. Realizar monitoreos serios y permanentes, porque todos somos hijos del rigor. Es como con los radares que miden la velocidad de los vehículos en las rutas. Sólo así mucha gente se cuida de no ir en infracción a las leyes», sostuvo. «Todo el control es necesario, todos los monitoreos, pero no por eso se puede dejar de forestar o de desarrollar la actividad de las celulosas», sostuvo. «Por el conflicto mucha gente se puso en contra. Y se llenó la cabeza de la gente con información que no es correcta. Muchos fueron opinólogos sin saber nada. Ojalá que el fallo de La Haya ponga las cosas en su lugar y retomemos las relaciones con el Uruguay y miremos de otra forma la industria forestal y las celulosas», afirmó. «No se discutían tópicos científicos y con especialistas, sino posturas seriamente ideologizadas. La gente que protesta es honesta en el reclamo, yo lo creo. Pero está muy mal informada y bombardeada por cualquier tipo de información que no es seria ni científica».