Medio Ambiente |
Los pastos y las tierras de pastoreo representan un sumidero de carbono que podría superar al que ofrecen los bosques, si se utiliza adecuadamente. «Los 3.400 millones de hectáreas de pastizales pueden desempeñar un papel clave a favor de la adaptación y para reducir la vulnerabilidad al cambio climático de más de mil millones de personas que dependen de la ganadería para vivir», indica el documento «Review of Evidence on Drylands Pastoral Systems and Climate Change».
Fuente: Agencia EFE
ESPAÑA (12/1/2010).- Los pastos y las tierras de pastoreo representan un sumidero de carbono que podría superar al que ofrecen los bosques, si se utiliza adecuadamente, explica. Los 3.400 millones de hectáreas de pastizales -añade- pueden desempeñar un papel clave a favor de la adaptación y para reducir la vulnerabilidad al cambio climático de más de mil millones de personas que dependen de la ganadería para vivir, según el documento «Review of Evidence on Drylands Pastoral Systems and Climate Change». «El mundo tendrá que utilizar todas las opciones para contener el calentamiento global dentro de los dos grados centígrados. La agricultura y el uso de la tierra tienen el potencial de ayudar a minimizar las emisiones netas de gases de efecto invernadero a través de prácticas precisas, en especial almacenar carbono en el suelo y la biomasa». Así lo aseguró el Director General Adjunto de la FAO, Alexander Müller. «Se calcula que las tierras de pastoreo almacenan el 30 por ciento del carbono del suelo a nivel mundial, además de la cantidad sustancial del carbono de superficie que almacenan árboles, matorrales, arbustos y hierbas», afirma el documento. «Pero son muy sensibles a la degradación del suelo, que afecta al 70 por ciento de los pastos como consecuencia del exceso de pastoreo, la salinización, la acidificación y otros procesos. La presión sobre los suelos se está también incrementando para poder atender la creciente demanda de carne y productos lácteos», añade. La mejora de las prácticas de gestión para restaurar la materia orgánica en los suelos de los pastizales, reducir la erosión y disminuir las pérdidas derivadas de la quema y el exceso de pastoreo puede por tanto ayudar a retener cantidades mayores de carbono, que según algunas estimaciones podrían alcanzar los mil millones de toneladas, explica. Según el informe, ello requeriría un esfuerzo enérgico y coordinado a nivel global y los fondos adecuados. «Un objetivo realizable de inmediato sería dedicar entre el 5 y el 10 por ciento de las tierras de pastoreo a nivel mundial al secuestro de carbono para 2020, lo que supondría almacenar 184 millones de toneladas de carbono anuales». Y sostiene que «incrementar la cantidad de carbono retenida en los pastizales puede ayudar a las poblaciones dedicadas al pastoreo a adaptarse al cambio climático, ya que el carbono añadido mejora la capacidad de retención del agua del suelo y con ello su capacidad para resistir las sequías». Otra consideración -dice el documento- es la defensa de la biodiversidad. Según algunos cálculos, el potencial de biodiversidad de los pastizales es tan solo ligeramente inferior al de los bosques. Pero existen evidencias -concluye- de que el número de especies de animales y plantas y de microorganismos que residen en las tierras de pastoreo está disminuyendo en forma alarmante a causa de la gestión inadecuada, el cambio de usos del suelo y -de forma más reciente- a causa del cambio climático.