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Bosques implantados: una buena oportunidad para el Nea

Cobertura especial de ArgentinaForestal.com en el Congreso Forestal Mundial

El ingeniero Jorge Fahler identificó tendencias mundiales que abrirían una oportunidad para el sector forestal de la región. Advirtió que para aprovechar la situación habrá que dar continuidad a políticas públicas y mejorar la infraestructura.

Por Rafael Cortés, enviado especial

BUENOS AIRES (22/10/2009). El ingeniero Jorge Fahler, de la empresa Lipsia SA, pronosticó que la industria forestal mundial se abastecerá cada vez en mayor medida con material proveniente de bosques cultivados y cada vez menos con madera de montes nativos. Destacó además que el sector, analizado a escala internacional, muestra un crecimiento sostenido más allá de los vaivenes de los últimos años causados por la crisis global. En las tendencias antedichas, el técnico ve una importante oportunidad de desarrollo para Misiones y Corrientes, teniendo en cuenta que en sus terrenos los árboles crecen más rápidamente que en casi todos los demás lugares del mundo y que hay mucho terreno apto para ser volcado a la producción forestal sin afectar a otras producciones. A las ventajas naturales, Fahler agregó que en la región puede encontrarse un buen nivel de conocimiento aplicado a la silvicultura y al mejoramiento genético. Advirtió empero que el aprovechamiento de esas ventajas depende directamente del sostenimiento constante de políticas públicas, la radicación de nuevas inversiones y la mejora de la infraestructura, especialmente en lo relacionado a caminos, puertos y energía. En el marco de su disertación en el Congreso Forestal Mundial, indicó que el comercio mundial forestal en el último año superó los 250.000 millones de dólares, cifra que representa más del tres por ciento de los intercambios totales y su crecimiento anual también es del orden tres por ciento. Ese movimiento está sustentado sobre 4.000 millones de hectáreas de bosques nativos que representan 97 por ciento de la existencia de recursos forestales mundiales y 140 millones de implantados que significan 3 por ciento de los bosques en explotación. Actualmente el 97 por ciento correspondiente a nativos genera alrededor de 85 por ciento de los recursos madereros explotados, el 15 por ciento restante corresponde a bosques implantados. Según el especialista, la tendencia indica que el bosque implantado viene ganando preponderancia en el abastecimiento mundial de madera y estimó que para 2020, alrededor de 20 por ciento de la materia prima provendrá de estos bosques. “Esto significa una oportunidad de crecimiento porque el desarrollo de bosques implantados se está orientando hacia el hemisferio sur y en buena medida a América del sur. Los bosques nativos están disminuyendo rápidamente su incidencia en la oferta global por razones como agotamiento o extinción, también por medidas de protección, por avance de certificaciones que regulan su uso, cambios en los consumos que se hacen más responsables y porque aumentaron los costos de explotación de esos bosques porque quedan cada vez más lejos de los centros de consumo o de industrialización”, explicó Frente a las crecientes complicaciones que presenta la explotación de bosques nativos, los implantados se afirman en sus ventajas: “su tasa de crecimiento es en promedio diez veces mayor al de los nativos, es homogéneo por definición, porque ponemos las mismas especies en el mismo momento y lo podemos seguir mejorando genéticamente. Es tanto el acierto en la orientación de sus usos, que hoy ya tenemos plantaciones destinadas a productos muy específicos, como un color de eucaliptus para muebles por ejemplo”, detalló el representante de Lipsia. “El bosque implantado ha sustituido muy rápidamente en Argentina al producido de los nativos, que fue uno de los objetivos cuando el Estado impulsó leyes de fomento a la actividad. Se podría hablar de sustitución de importaciones en un área donde nuestro país es deficitario pero también se puede considerar que cada vez que uno consume un producto derivado del implantado está protegiendo algo de bosque nativo, si tomamos un dato para Misiones por ejemplo valores para 2006 y 2007 nos indican que del total de toneladas de rollos comercializadas, el 94 por ciento correspondió a bosques de cultivo quedando el 6 restante al aprovechamiento de nativos”, indicó Para graficar el potencial de la región en el cultivo de bosques, recordó que actualmente un 70 por ciento del total de 1,1 millones de hectáreas cultivadas en Argentina están en Misiones y Corrientes, 15 en el Delta y el resto en proporciones parecidas entre Patagonia, Noa y el Centro. Los géneros más cultivados son pino y eucaliptus que representan el 90 por ciento del total y luego álamos, sauces y araucaria en Misiones. Datos económicos La balanza comercial de Argentina respecto a productos forestales ha sido históricamente negativa, según consignó el especialista, “los únicos años con saldo positivo se dieron gracias a una brutal caída en las importaciones durante la crisis de 2001, pero apenas la actividad económica se recuperó en el país, el sector consumidor de madera y sus derivados torna deficitaria nuestra balanza comercial llegando en algunos momentos a picos de 1000 millones de dólares de erogación en estos conceptos. Estamos en falta porque no elaboramos a fondo la potencialidad que tenemos ni siquiera para sustituir importaciones”, dijo. Fahler destacó la importancia de la continuidad de las políticas de apoyo al sector, “Hay que ponerse en el lugar de quien está en una actividad cuyo ingreso es a 10 años en el caso de una salicácea en el Delta y 30 años para una buena araucaria en Misiones, en todo ese tiempo hay cambios muy importantes desde las doctrinas económicas y políticas del país, entonces el sector necesita conceptos muy firmes para poder tomar decisiones que forzosamente tienen que ser a largo plazo. Las leyes de promoción también pueden servir para dinamizar regiones y reitero que las certificaciones han producido un cambio importante en los hábitos no solo de consumo sino en la conducción de las empresas“. Lejos de representar un gasto para el erario público, el especialista consideró que un esquema de promoción bien instrumentado termina generando importantes ingresos fiscales para el país. Es esa tesitura estimó que el costo fiscal de los diez años de operatoria de la ley 25.080 fue del orden de los 270 millones de pesos, se forestaron 300 mil hectáreas y se generaron cerca de 50.000 puestos de trabajo. “El impuesto a cobrar por venta de madera en rollos sería del orden de 2.000 millones de pesos y por industrializados, más de 10.000 millones”.

Por Rafael Cortés, enviado especial

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