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En el último año los precios promedio subieron 12,5%, que descontando la inflación del período da una ligera baja de 0,1%, lo que significa que ya comienza a haber pérdida de patrimonio, sostuvo Jacqueline Bierhals, analista de la consultora Agra FNP. “El momento es de espera, de suspensión de negocios, hasta que se conozca la verdadera extensión de la crisis,” destacó Bierhals.
Fuente: Forestal Web
URUGUAY (8/12/08). El mercado brasileño de tierras ya está sintiendo los efectos de la crisis global, que ha provocado una desaceleración en los precios de la tierra. En el último año los precios promedio subieron 12,5%, que descontando la inflación del período da una ligera baja de 0,1%, lo que significa que ya comienza a haber pérdida de patrimonio, sostuvo Jacqueline Bierhals, analista de la consultora Agra FNP. En el bimestre setiembre-octubre el precio promedio de la tierra fue de US$ 1.811 por hectárea, prácticamente el mismo que en el período julio-agosto, cuando la media fue US$ 1.808. En los últimos 36 meses el valor promedio por hectárea fue de US$ 1.286, lo cual con una inflación acumulada en el período de 23,6%, da una ganancia anual real de 5,4%. “El momento es de espera, de suspensión de negocios, hasta que se conozca la verdadera extensión de la crisis,” destacó Bierhals. El impacto mayor es en las áreas localizadas en las nuevas fronteras agrícolas, principalmente en la región conocida por Mapito (Maranhão-Piauí-Tocantis) –al sudeste de la región Norte– y el noroeste bahiano, donde se concentran las inversiones extranjeras de compra de tierras. “La mayoría de los negocios pactados fueron pospuestos para inicios de 2009, pero nada garantiza que ese plazo no vuelva a ser extendido”, comentó la analista. De todos modos, agregó Bierhals, los precios en esa región no cayeron. La región Centro-Oeste, otra de las más afectadas por la crisis financiera, ya que la caída de precios de las materias primas acentúa el alto costo de la logística, fue la que presentó la mayor valorización de la tierra en los últimos 36 meses. En tanto la región Sur fue la que presentó la mayor suba –de 23,8%– en el último año. Respecto al largo plazo los inversores extranjeros y nacionales continúan calificando a las tierras agrícolas brasileñas como una buena oportunidad de inversión. “Particularmente, las dedicadas a la agroenergía son muy promisorias en lo relacionado a una perspectiva de valorización,” se estimó. Los productores de granos –señalados por Bierhals como quienes negocian más tierras en Brasil–, continuarán con un movimiento bastante limitado en este sentido, “debido al peso de la deuda y la fuerte restricción de crédito”, citó. Fuente: El Observador