Siguen los choques en la Corte Internacional |
La decisión fue anunciada en La Haya y regirá hasta que “se levanten los cortes de ruta”. Así lo expresó el embajador Héctor Gros Espiell, jefe de la delegación de Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que interviene en el conflicto por la instalación de las plantas de celulosa en la zona ribereña común.
Fuente: La Nación
LA HAYA (20/12/2006).- El gobierno de Uruguay considera “terminada” la intervención del rey Juan Carlos de España como “facilitador” del diálogo con la Argentina “hasta tanto se levanten los cortes de rutas” que afectan el tránsito en la frontera. Así lo expresó el embajador Héctor Gros Espiell, jefe de la delegación de Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que interviene en el conflicto por la instalación de las plantas de celulosa en la zona ribereña común. “La facilitación del rey Juan Carlos ha terminado. Para Uruguay no hay nada de lo que se pueda conversar mientras sigan los cortes”, dijo el diplomático ante una pregunta de LA NACION. Añadió que tanto el rey como el gobierno argentino “ya están al tanto” de la posición uruguaya. Y que ése fue el “claro mensaje” que recogió el enviado español, el embajador Juan Antonio Yáñez, durante la reciente gira organizada para intentar un acercamiento entre las partes. La conversación ocurrió en un pasillo del Palacio de la Paz, donde por segundo día consecutivo las delegaciones de ambos países sostuvieron un durísimo cruce, salpicado con acusaciones de “chantaje, injuria, coacción, artificios falaces y presiones ilegales”. Iniciada a comienzos del mes pasado, la arriesgada intervención de Juan Carlos de Borbón fue la respuesta a un expreso pedido del presidente Néstor Kirchner. Ayer Uruguay insistió en que «no hay diálogo que se pueda facilitar» mientras persista «la presión de los cortes de ruta» de los asambleístas entrerrianos que se oponen a las pasteras. Ese fue el clima con que finalizó la rueda de alegatos para que el tribunal decida si, como le pide Uruguay, accede a demandar al gobierno de Kirchner que «abandone su pasividad cómplice» y haga algo para poner fin a los cortes. El voltaje de la disputa no pareció llamar la atención de Gros Espiell. «Es lo normal en este tipo de situaciones», opinó. Pero, en cambio, asombró a su par argentina, Susana Ruiz Cerruti, que se manifestó «sorprendida» por la «agresividad» de los expositores uruguayos ante los 15 jueces del tribunal internacional. «Ellos han estado agresivos. No esperaba de Uruguay el uso de ciertos términos», dijo la asesora legal de la Cancillería. Para ella es grave la acusación de «chantaje» que el equipo uruguayo lanzó contra Kirchner: «A mí que me digan que mi gobierno o mi país es chantajista me parece una cosa inadmisible». Ambas partes alcanzaron ese grado de enfrentamiento luego de fracasar, hace dos semanas, el intento argentino para que Uruguay retirase del tribunal su demanda de medidas cautelares contra la Argentina a raíz del «daño y amenaza» que alega por los cortes. Tal gestión estuvo sobre la mesa del enviado del rey, pero, a la vista está, no prosperó. Y el recurso internacional sigue adelante. Ayer, por primera vez, la intervención real se mencionó ante los jueces. Lo hizo Uruguay, que intentó exprimirla con sentido político a favor de su demanda por el «daño irreparable» con que -a su juicio- los asambleístas amenazan su economía y capacidad de decisión. «La Argentina dice ante este tribunal que los cortes de ruta no son graves. Pero si hasta el rey de España ofreció una gestión de buenos oficios no habrá sido porque constituyeran una bagatela», aseveró, con florida figura, el abogado italiano Luigi Condorelli, del equipo uruguayo. A pedido de LA NACION, su jefe directo, el embajador Gross Espiell, comentó luego, en conversación con varios periodistas, la decisión de incorporar la gestión española como argumento. Fue entonces cuando consideró «terminada» esa intervención hasta que se levanten los cortes de rutas, «porque no hay nada más que hacer hasta que finalice» esa situación. -¿Lo sabe ya el rey Juan Carlos? -Naturalmente. Esa fue la posición clarísima que se llevó el embajador Yánez tras su última visita a Montevideo. -Y el gobierno argentino, ¿también lo sabe? -Naturalmente que lo sabe. -Pero ¿no hay espacio de diálogo que pueda abrir el rey aun si persisten los reclamos de los asambleístas? -Eso es imposible. Para Uruguay no se dialoga bajo presión. No hay modo de conversar mientras sigan los cortes. -Si hubiera alguna señal de voluntad al respecto, ¿bastaría para sentarse a conversar? -No me corresponde evaluar eso. Pero siempre habrá buena voluntad uruguaya. Eso es algo de lo que no hay dudas. Sin más tiempo Agotado el plazo de alegatos, ambas delegaciones abandonaron La Haya satisfechas -cada una- con su desempeño. Uruguay, convencido de haber hecho buen papel para que la Corte reclame a la Argentina por los cortes de ruta. La delegación del gobierno argentino se fue igual de convencida. Pero de haber logrado exactamente lo contrario. El veredicto de los 15 jueces sobre este reclamo se conocerá, según varios pronósticos coincidentes, en los primeros días del año que viene. Para entonces, ya no estará en el jardín del palacio el gigantesco abeto navideño con alusiones a la paz. Por Silvia Pisani Enviada especial