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#ElTiempoSeAgota: Los efectos del cambio climático y de la contaminación ambiental en la Amazonía peruana

Compartimos una producción especial del periodista argentino Alejandro Russenberger respecto a cómo viven diferentes nativos de la Selva Central de la Amazonía Peruana y cuáles son sus principales preocupaciones frente a la crisis climática. El relevamiento de campo fue realizado en 2019, y parte  del documental «El tiempo se agota» lo compartió en colaboración con ArgentinaForestal.com  para difundir la profunda problemática ambiental en la región amazónica de Junín. El informe cuenta con varias entrevistas a miembros de Comunidades Nativas y de organizaciones ambientales que trabajan junto a ellas.

Por Alejandro  Russenberger y Lucie Touzie (*)

PERÚ (Abril 20209).- En la actualidad y desde hace varios años, la Amazonía peruana es gravemente perjudicada por los efectos del cambio climático y las actividades humanas  que contaminan el ambiente.

Los ríos, los bosques, la flora, la fauna y los diversos ecosistemas de la región, se encuentran en peligro a causa de la minería, las centrales hidroeléctricas, la agricultura no sostenible y la tala indiscriminada. El futuro de la Selva Central y el de su población es incierto, e incluso, las Comunidades Nativas de esta zona corren el riesgo de desaparecer.

Cultivos de Piña en la Comunidad Nativa Asháninka Santo Barato.

Erase una vez… el hombre

Los bosques almacenan entre veinte a cincuenta veces más dióxido de carbono que  cualquier otro ecosistema. Si estos bosques se destruyen, el carbono se libera nuevamente como gas de efecto invernadero, especialmente si se elimina con fuego. En la Amazonía -la cuenca de bosque tropical más grande del mundo-, la deforestación aumentó en forma considerable en las últimas décadas. Esto se debe en gran parte a la reconversión del uso del suelo del bosque nativo para otras actividades como agricultura o ganadería.

En la Selva Central de la Amazonía Peruana, el aumento de estas actividades podría ser por el incremento de su población durante este último tiempo. Así lo indicó Antonio Anchiraico, candidato a la Alcaldía de Perené en 2028, una importante localidad de la región: “Todo esto ocurre como consecuencia de la sobrepoblación, porque en la actualidad somos muchas personas viviendo en la Amazonía y por ende necesitamos más alimentos, entonces ¿qué es lo que tenemos que hacer? Deforestar más para sembrar más”, dijo.

Además, aseguró que los animales son los más afectados ante este aumento de la deforestación ya que se está destruyendo su hábitat natural sin que se haga nada al respecto.

Uno de los sectores que más sufre ante este aumento de destrucción de los bosques es el
de los Pueblos Originarios que habitan la Amazonía. La extinción de diferentes especies animales y vegetales, los enfrenta a la modificación e incluso a la pérdida de sus costumbres, de sus hábitos, y hasta de su propia identidad como pueblos originarios; y además, en ocasiones, los obliga a abandonar sus territorios de forma involuntaria.

Comunidad Nativa Asháninka Pampa Michi (Perené).

Según Lino Hereña, miembro de la Comunidad Nativa Asháninka “Bajo Kimiriki”, ya no existe un control natural del bosque ni del medio ambiente. “Aquí ya no hay animales como el Tapir, el Samani, el Cutpe o el Paujil, especies que antes habitaban la Selva junto a nosotros. Lo mismo con algunas plantas o árboles frutales que ya desaparecieron”, señaló.

Y sentenció que “debido a la excesiva extracción de recursos naturales, al aumento de la deforestación y a la sobrepoblación, se ha destruído la Amazonía”. El aumento de la agricultura y la ganadería en esta región genera cambios en el uso de la tierra y afecta las características de los ecosistemas naturales. Manuel Albán, Ingeniero Agrónomo que trabaja junto a Comunidades Nativas desde hace años, aseguró que el cambio en el uso de los suelos en Selva Central es uno de los mayores problemas actuales. “Aquí se realizan muchos cultivos de piña, kion -jengibre- o cúrcuma, y eso es un pecado porque prácticamente se queman bosques, se cultiva y luego esa tierra queda degradada”, expresó. Y agregó que, para que esa tierra vuelva a recuperar la cobertura vegetal que inicialmente tenía, deben pasar largos períodos.

Las proyecciones calculan que el uso del suelo para la agricultura en la Selva Central se incrementará en más del 30% para el año 2035. Además, sugieren que la producción agrícola penetrará incluso Áreas Naturales Protegidas -ANP-, poniendo en riesgo la biodiversidad de las zonas afectadas. Ante esto, Manuel Albán señaló que la necesidad de la población es muy grande y que se debe comprender que en Selva Central, la mayor parte de los ingresos vienen del sector agropecuario. Sin embargo, aseguró que, para él, es posible lograr un equilibrio, “Soy un convencido de que sí se puede hacer una agricultura sostenible, sí se puede hacer agricultura amigable con el medio ambiente”.

Central Hidroeléctrica EGE Santa Ana (Perené – Chanchamayo)

Actividades que dañan

La Amazonía peruana posee un territorio inmenso y de una riqueza incalculable que, obviamente, llama la atención de innumerables empresas, en su mayoría de capitales extranjeros que tienen como objetivo la extracción de los recursos naturales que éste ofrece.

Si la actividad de estas empresas se lleva a cabo sin la necesaria regulación de los organismos competentes o directamente se realiza de manera ilegal, el daño ambiental y hacia la propia población puede ser irreversible.

La actividad minera abunda en Selva Central y en toda la Amazonía peruana, y las consecuencias negativas que ésta genera sobre el medio ambiente son notorias. Carlos Chavarría, al mando del Frente de Defensa Ambiental de la ciudad de Pichanaki -FREDAPI-,
lucha hace varios años en defensa de la naturaleza que lo rodea y no puede concebir que se dañe de esta forma el medio ambiente.

Viviendas ubicadas al costado del Río Huancabamba (Oxapampa). 

“Por la actividad minera, se han contaminado los ríos, se está afectando a las plantas, a los animales y, por consiguiente, a la población local”, expresó con angustia. Además, confesó que para él, muchos de estos daños son irreversibles y que si no se hace un alto a todo esto, las consecuencias y los cambios negativos en el futuro van a ser mayores.

Por su parte, Antonio Anchiraico, nacido y criado en esta parte de la Amazonía, coincide en
que los ríos están contaminados y asegura que “ninguna autoridad hace nada frente al trabajo irresponsable y a veces ilegal de las empresas extractivas, y ante la excesiva instalación de centrales hidroeléctricas en toda la región”. Por este motivo, expresó que actualmente es imposible bañarse en esas aguas: “Antes nosotros íbamos a bañarnos felices al río, pero ahora ya no se puede porque está contaminado por los relaves de las mineras y por los residuos que las ciudades mismas generan”, afirmó.

Está claro que, si no se regula la actividad de estas empresas, el daño ambiental puede ser
aún mayor. Y si a eso se suma que la población local no obtiene ningún beneficio con la
intervención de estas empresas, el daño parece aún más profundo. Así lo expresó Domingo Suarez, líder del Frente de Defensa Ambiental de la localidad de Perené -FREDAPE-.

Sólo en la provincia de Chanchamayo existen actualmente seis centrales hidroeléctricas en
funcionamiento, y para esta región bastaría con una sola. Las demás construcciones se hacen sólo para favorecer el comercio, para vender la energía sin dar ningún beneficio a los pueblos locales ni a las Comunidades Nativas que habitan aquí”, aseguró.

En este sentido, Miguel Samaniego, miembro de la Comunidad Nativa Asháninka “San
Miguel”, expresó la postura de todos los pueblos originarios con respecto a la instalación de empresas que obtienen los recursos de la Amazonía: “Para nosotros, toda intervención de cualquier empresa que genere algún cambio en la naturaleza, provoca un daño irreversible que afecta a toda la población de la Selva Central”. Además, agregó que todos los recursos mueren con estos cambios físicos y químicos, y señaló que existe una vulneración de los derechos que no hablan, como el agua, los árboles, los insectos y los animales. “La tierra no habla, nosotros debemos hablar por ella”, aseguró.

Uno de los ríos que recorren Selva Central – Río Chanchamayo (Chanchamayo).

El cambio climático y sus efectos en la Amazonía

Actividades como la deforestación, el cambio en el uso de los suelos, la instalación excesiva
de centrales hidroeléctricas y la extracción irresponsable de los recursos minerales, además de dañar los ecosistemas y la biodiversidad, y de generar contaminación en el ambiente, contribuyen directa o indirectamente en la emisión de gases de efecto invernadero, y por ende son en parte responsables del actual calentamiento global que afecta a la Amazonía y al mundo entero.

Uno de los principales efectos del cambio climático en esta región es la modificación de la
temperatura. En Selva Central y en el mundo entero, existen evidencias de que las alteraciones del clima y su variabilidad natural provocan impactos en los diversos ecosistemas.

Carlos Chavarría, presidente de FREDAPI, aseguró que, desde que tiene uso de razón, ha
notado grandes cambios en la temperatura y en la intensidad del calor. “Estos cambios, afectan la salud de la población, la producción agrícola y a la flora y fauna que existen en Selva Central”, indicó.

Río Huatziroki a la altura de la central hidroeléctrica EGE Santa Ana (Perené)

Según un estudio realizado por el Instituto Geofísico del Perú, la temperatura máxima en la
Amazonía peruana es cada vez más intensa y, por ende, los días en Selva Central tienden a
ser más cálidos. El presidente de FREDAPE, Domingo Suárez, expresó que antiguamente en la región la temperatura más alta llegaba a los 35° o 36°, pero que hoy en día, llega a los 39° o 40°. “Todos los habitantes de la zona afirman que el calor es insoportable y mucho más fuerte que antes”, aseguró.

Otro de los efectos del cambio climático actual en Selva Central es la modificación en la
frecuencia de las precipitaciones. Debido al aumento de la temperatura, el periodo de lluvias ha variado. Durante un año, llueve cada vez menos, sin embargo se producen lluvias intensas que se concentran en menor tiempo. Esto ocasiona por un lado, una mayor duración de los periodos secos y, en consecuencia, menor disponibilidad de agua; y por otro, la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos como inundaciones, lluvias intensas o huaycos (desprendimientos de tierra).

Así lo confirmó Miguel Samaniego, miembro de una Comunidad Nativa: “Ahora llueve con fuerza y como ya no hay vegetación en los cerros debido a la deforestación, se producen desastres. Antes, los árboles mismos agarraban las piedras a la tierra, en cambio, ahora llueve y produce huaycos e inundaciones”.

Debido al incremento de este tipo de eventos, la población de esta parte de la Amazonía
peruana ha sufrido mucho en los últimos años. Esto se debe a que gran parte de las viviendas están construidas con materiales precarios y además, muchas veces se encuentran ubicadas en lugares de alto riesgo como quebradas o en los márgenes de los ríos.

Al respecto, Samaniego aseguró que, en caso de desastres naturales, la gente de las ciudades no está preparada. “La población no tiene bien claro donde puede ubicarse con seguridad y los Gobiernos no tienen una política para poder atender la necesidad del crecimiento urbanístico”, señaló.

Por otro lado, uno de los mayores problemas que está ocasionando el cambio climático en Perú es el retroceso de los glaciares, como sucede con el nevado de Huaytapallana, que a la fecha ha perdido cerca de 5.300 metros cúbicos de masa glaciar. Esto trae consecuencias devastadoras: muchas especies que antes habitaban allí, han desaparecido o se han desplazado y además, el ciclo hidrológico de toda la Selva Central se encuentra alterado.

Cabe  destacar que los glaciares de la zona andina desempeñan un papel clave en el sistema hidrológico de la Amazonía y constituyen reservorios y fuentes de agua, necesarios para el consumo humano y el uso agrícola. Por este motivo, cuando se ven afectados, condicionan enormemente el desarrollo de la región.

 

Vista panorámica de la ciudad de Santa Ana (Perené). 

¿Qué nos depara el futuro?

Perú está entre los países más vulnerables a los efectos del cambio climático; y la Selva Central de la Amazonía de este país, entre las regiones más vulnerables a nivel nacional. Esto lleva a preguntarse si se está haciendo todo lo posible por proteger esta zona -conocida como uno de los pulmones del planeta-, si la sociedad que habita este pulmón es consciente de esta problemática y, en definitiva, si podemos tener esperanzas para nuestro futuro.

En este sentido, las opiniones son muy variadas, sin embargo, todos coinciden en que, si no se hace nada para mitigar este cambio climático y si no se toma conciencia pronto, el futuro es desalentador. Así lo confirmó Roberto Chavarría, quien aseguró que si no se hace nada al respecto y si el ser humano se resigna a vivir como lo hace actualmente, todo va a empeorar de aquí a algunos años, y ya será demasiado tarde para poder reaccionar.

Por su parte, Domingo Suárez coincidió en que si no se regula la actividad de las empresas
extractivas de la Amazonía peruana, el futuro también será desolador para esta parte del
planeta. “Si las leyes no se cambian y se siguen manteniendo como hasta ahora, favoreciendo a las empresas extranjeras, yo lo veo todo esto un desierto”, expresó.

¿Y qué futuro les depara a las comunidades nativas de la Amazonía? Los efectos del cambio climático y la contaminación del medio ambiente están perjudicándolos día a día. Están sufriendo la pérdida de los territorios que antes les pertenecían; sus costumbres, sus hábitos, y su identidad se están viendo afectados, al igual que sus modos de vida en armonía con la naturaleza. Hoy en día, más de 300.000 nativos de toda la Amazonía desconocen cuál será su futuro e incluso algunos temen por su desaparición.

Así lo reconoció Fredy Ucayali Santos, Jefe de la Comunidad Nativa Asháninka “Pampa Michi”, quién aseguró que, si todo sigue igual, dentro de unos pocos años desaparecerá la raza Asháninka. “Es realmente preocupante. Nosotros no somos como una piedra, no vivimos eternamente. ¿Quiénes son los que van a sufrir? Nuestros nietos y bisnietos que van a venir”, afirmó.

Está claro que, para soñar con un futuro mejor, se debe actuar ya a favor del medio ambiente, no hay tiempo que perder. Así lo reconoció Walter López, especialista en Gestión del Cambio Climático del Gobierno de la región Junín: “Nosotros podemos planificar con escenarios climáticos futuros de aquí a 30 o 50 años, pero si no hay acción ya, esos escenarios van a ser peores. Entonces, el costo de no hacer nada ahora se va a elevar cada año que pase y los impactos van a ser cada vez más grandes”, aseguró.

El cambio climático es una problemática que ya está aquí. En mayor o menor medida, ya se están sintiendo sus efectos en todo el mundo. Es por eso que se debe pensar en las nuevas generaciones y actuar ya mismo si se quiere asegurar el futuro del planeta y el de todos los seres vivos que lo habitan.

 

Ver material audiovisual 

(*) Periodistas independientes, desde París, Francia. Una colaboración especial para ArgentinaForestal.com

Contacto: alerussen@gmail.com

Realización, fotografías y videos Sine Limes

(Sine Limes, en español sin frontera o sin límite, fue creado como un espacio en el cual se puedan transmitir las diferentes visiones de dos partes del mundo -América Latina y Europa-, y de este modo poder unificarlas)

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