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La forestación espera su oportunidad

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Con 1,2 millones de hectáreas de bosques cultivados, los industriales aguardan la llegada de una ola de inversiones

Fuente: La Nación

BUENOS AIRES (22/7/2006).- Con ganaderían La cooperativa Caaby es un modelo de producción en el Delta. Combinando forestación con cría, Caaby cuenta con 4000 hectáreas de álamos (3000 forestadas), pastoreadas por 2000 vacunos. El mix ayuda a prevenir los incendios forestales y redunda en mayor bienestar para el animal, según explicó Adrián Mendizábal, uno de los productores del grupo. Mientras en Brasil o la Argentina un eucalipto puede crecer 35 metros cúbicos por año, a un costo de 70 dólares por tonelada de pulpa, este mismo árbol, ubicado en Finlandia, sólo crece 3 metros cúbicos, a un costo de 142 dólares la tonelada. Una ecuación que para los expertos explica la nueva tendencia en materia forestal: el traspaso de los grandes centros de producción de papel, madera y celulosa de Canadá, Estados Unidos y los países escandinavos a los menos costosos países del hemisferio sur. Una oportunidad para la Argentina, a ojos del sector. «Las plantas de Finlandia vienen a producir acá por nuestras tasas de crecimiento increíbles y costos bajos, no porque vengan a contaminar», explicó Claudia Peirano, directora de la Asociación Forestal Argentina, que agrupa a las industrias forestales locales. «Tenemos ventajas por el alto crecimiento potencial de los bosques de cultivo, la cantidad de tierras disponibles y un desarrollo de mercado importante. El país está entre las tres regiones del mundo con mayores ventajas para la expansión de bosques», agregó Peirano. A pesar de las bondades del país en el nivel productivo, tanto Peirano como Manuel Climent, presidente de Afoa y de Papel Prensa, temen que la ausencia de una ley de promoción en pleno funcionamiento haga perder oportunidades al país, que ya está en desventaja respecto de sus vecinos. «Chile, Uruguay, Brasil y la Argentina empezaron casi al mismo tiempo la promoción de sus bosques y hoy Brasil y Chile nos superaron», dicen los expertos. Así, mientras la Argentina cuenta con 1,2 millón de hectáreas cultivadas, Brasil tiene 5 millones y Chile 2,3 , y ambos tienen exportaciones forestales de 5 mil y los 3 mil millones de dólares anuales, respectivamente, frente a los 800 millones del país. «Sin una buena promoción no se pueden atraer las inversiones que, al ser tan grandes, no se instalan en un país que no da beneficios especiales o una mínima seguridad jurídica», insisten los expertos. El marco regulatorio que, al decir de la Afoa, no está funcionando es la ley 25.080, que establece reintegros a plantaciones de átboles y beneficios fiscales a industrias forestales. La causa de la supuesta paralización de la ley fue una denuncia de que algunas empresas no estaban usando correctamente los beneficios, denuncia que luego no se terminó de probar, pero que hizo que se revisaran todos los beneficios otorgados, tarea encargada a la interventora del área de Forestación, Ester Malacari. «Desde que está Malacari, a algunos que tenían beneficios aprobados se los suspendieron, a otros no les aprueban los beneficios, y los aportes reintegrables de la ley a los productores no están volviendo en tiempo y forma», se quejó Climent, quien recientemente renunció a la Comisión de Seguimiento de la 25080 y elevó un informe que decía que las dificultades del régimen se debían a que la ley no se aplicaba y la dirección de Forestación no funcionaba. Esta queja se repitió en otras asociaciones, y hoy las relaciones entre la interventora y el sector no son de las mejores. La funcionaria no respondió a los requerimientos de LA NACION para conocer su punto de vista. Los industriales destacan el poder dinamizador de la forestación en la economía. «Con una cadena que aproveche todo el árbol se multiplica por 900 el valor de cada plantín», según la Afoa. Aunque el país ya cuenta con una industria forestal incipiente (tiene 2200 aserraderos, 69 plantas de celulosa y papel y 20 fábricas de tableros), se necesita «avanzar hacia las fases de mayor industrialización, como remanufacturas (pisos, molduras, partes de muebles), muebles, papeles especiales y fabricación de maquinaria y herramientas para trabajar la madera», explicó Carlos Maslatón, economista del Instituto Nacional de Tecnología Industrial. Actualmente, el sector genera 760 millones de dólares en exportaciones, emplea 500.000 personas, provee el 100% de la materia prima para la celulosa y papel de base forestal y prácticamente del 100% de la madera para la industria de la construcción, tableros y paneles. Por Mercedes Colombres De la Redacción de LA NACION

Fuente: La Nación

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