Opinión |
(*) Ex gobernador de Misiones, ex diputado nacional (UCR), miembro informante de la ley 25.080, ex Cordinador de Política Forestal de la Nación. Empresario maderero/cursiva ricardoba@ecomadera.com.ar
Por Ricardo Barrios Arrechea (*)
MISIONES (29/12/2005).- Misiones tiene no del otro lado de sus ríos fronterizos sino dentro de su territorio, tres fábricas celulósico-papeleras, una muy próxima a Iguazú, lugar al que concurrieron más un millón de turistas en el 2005. En mi provincia no hay –ni nunca hubo- denuncia alguna por envenenamiento de la población debido a contaminación supuestamente generada por tales industrias. Los malos olores que sí los hay, pronto serán cosas del pasado. La producción de las industrias forestales ya superan el 50 por ciento del Producto Bruto Geográfico, generando la mayoría de los empleos genuinos. En Misiones como en cualquier lugar del mundo, el principal enemigo del medio ambiente es la pobreza. Hacia allí hay que apuntar los cañones … Recientemente escuchamos decir al vicegobernador de Entre Ríos «que la oposición a las instalación de plantas celulósicas en Fray Bentos no significaban una confrontación con Uruguay». Efectivamente, semejante actitud no va contra Uruguay, va directamente en contra de los intereses de la Argentina. Puede aceptarse que el gobierno entrerriano en defensa de su población, cuestione a industrias supuestamente contaminante, pero resulta un craso error oponerse a las celulósicas, afirmando que todas lo son. Así opinan los representantes del Gobierno de aquella provincia, en contra incluso, de la opinión de los propios forestadores entrerrianos. En el país los debates generalmente derivan en peleas donde se discute lo accesorio, olvidando lo fundamental, impregnándose de una gran confusión sin importar donde está la razón. Actitud equivocada de por sí, que se torna grave cuando la palabra oficial es la que única difundida. A mi criterio, no pueden existir en el mundo industrias forestales sustentables, eficientes y competitivas sin el funcionamiento de plantas celulósicas que son el cimiento en el que se basa todo el desarrollo del sector. Es como pretender hacer un edificio de varios pisos sin construir los cimientos y la planta baja. Realmente imposible. Sin las fábricas de celulosa y de papel, el impacto negativo se registra aguas abajo y aguas arriba, donde los bosques cultivados deben ralearse de sus peores individuos, insumo que el productor vende a las celulósicas con miras a que crezcan los mejores ejemplares arbóreos que en años posteriores entrega como madera de calidad a los aserraderos. Éstos su vez, negocian los residuos de madera con las celulósicas, transformando en rentable deshechos que no tendrían otro destino que la quema –como ocurrió durante muchos años- práctica que sí contamina emitiendo carbono a la atmósfera. Los complejos celulósico-papeleros cumplen pues el rol «basureros forestales», ya que utilizan de materia prima los árboles raleados y los deshechos de aserraderos para triturarlos y transformarlos en pulpa, de fuerte demanda en los mercados del mundo. Esta alquimia económica es la materia prima para cientos de productos finales: pañales, insumos médicos, papeles de todo tipo para diarios, cuadernos, impresoras de computadoras, cheques, servilletas, boletas, para envolver regalos, frutas, bebidas, etcétera, necesariamente presentes en nuestros hogares. Si la Argentina continúa con el déficit actual por falta de nuevas inversiones, estamos obligados a continuar con importación de papeles, gastando divisas del orden de los 500 millones, incluyendo el pago de salarios, servicios y valor agregado a abastecedores extranjeros. negrita/Incomprensible/negrita La Argentina tiene un bajo desarrollo forestal a pesar de disponer de 20 millones de hectáreas aptas, actualmente ociosas, las que no compiten para nada ni con la ganadería ni con la agricultura. Asimismo, tenemos un variedad de climas que permite la implantación de cualquier especie nativa o exótica. En la Región Litoral por ejemplo, se logra el mayor crecimiento del mundo de bosques cultivados con pinos y eucaliptos, junto a Brasil. Además, rige una ley por la cual se subsidian plantaciones hasta el 80 por ciento de su costo. Sin embargo, teniendo tanto viento a favor, a duras penas forestamos un millón de hectáreas a lo largo de varias décadas. Hace seis años el Congreso Nacional sancionó la ley 25.080 de Promoción de Bosques Cultivados. El objetivo fue promover una política de Estado en un área de enorme potencial. Lamentablemente, los objetivos primigenios de la norma fueron tratados por los sucesivos gobiernos centrales de manera errática y espasmódica. De 100 mil hectáreas por año implantadas entre 1999 y 2001, se cayó en picada con cifras mínimas en los promedios correspondientes a años posteriores. El 2005 registra una modesta recuperación, pero no alcanza. Es que los funcionarios de la SAGPYA responsables de conducir el organismo, solo generan problemas que paralizan la actividad. No aportan ningún tipo de solución. En consecuencia, la superficie implantada es poca, hay baja industrialización, déficit en la balanza de comercio exterior ( U$A 500 millones), caída de la inversión prevista, una ley que no se cumple eficientemente, la necesidad de generar empleo y no pagarlo afuera. Resulta incomprensible darnos el lujo de entrar en una disputa perdidas de antemano, las que solo conducen a desalentar la radicación de nuevos capitales que hoy no disponemos y constituyen la base que sustenta el desarrollo forestal: las plantas celulósicas papeleras. negrita/Observar a los vecinos/negrita Brasil ya cuenta con 5 millones de hectáreas cultivadas, que representan 20 mil millones de dólares en la conformación del PBI (nosotros apenas 1.500 millones). Las industrias brasileños brindan mano 6 millones de puestos directos e indirectos de trabajo (nosotros 600 mil), exportan por 6.950 millones de dólares (nosotros 600 millones), de los cuales el 50 por ciento proviene del sector de celulosa y papel, a través de la operación de 241 fábricas, mientras en la Argentina hay solo diez. Chile en tanto, en su territorio árido y angosto, ya tienen implantadas 2.100.000 de hectáreas de bosques artificiales, cuya producción equivale a 3.500 millones de dólares de PBI. En la nación trasandina hay 117 mil empleos directos en sus industrias forestales, que exportan por 2.200 millones de dólares al año. millones. Veamos el caso del Uruguay, con 800 mil hectáreas implantadas, de las que obtiene 225 millones de dólares dentro de su PBI. Ya exporta por 100 millones de dólares de exportaciones ( balanza positiva), producidas por dos plantas celulósicas papeleras a las que se sumarán Botnia, Ense y el anuncio de radicarse en el país oriental de la poderosa sueca Stora Enso, que significarían sumar a los 1.600 millones de dólares de inversión ya concretados, otros 1.000l millones. negrita/El tema ambiental/negrita Si el gobernador de Entre Rios quiere cuidar «su» medio ambiente debiera prohibir vacas y frigoríficos que son grandes emisores de gases de efecto invernadero, debiera prohibir los desmontes para la agricultura y mucho menos abonar granos, debiera prohibir la fábrica de celulosa de Capitán Bermúdez en Santa Fe y cortar el puente Rosario-Victoria sobre el río Paraná. Más le valdría ocuparse de que se foreste en su provincia que pese a estar junto a puertos y mercados, solo ocupa el 16 por ciento de la superficie nacional. Vale mencionar la fábrica de tableros Masisa cerca de Concordia, que traía pinos de Misiones a 600 kilómetros de distancia. Ojalá que la Argentina fuera el destino de nuevas plantas papeleras, ya que tenemos perentoria necesidad que así sea para absorber madera de raleo actualmente sin destino industrial. Los gobernadores de Corrientes y Misiones lo saben y se han expresado en forma pública, de manera positiva. No espantan inversores, por lo contrario, los quieren. Finlandia es el país numero uno del mundo en cuidado del medio ambiente, Noruega el segundo y Suecia el tercero. Finlandia y Suecia son fuertes productores de celulosa y papel, con numerosas fábricas instaladas; el cuarto es Canadá, también líder en procesamiento de celulosa y papel. Para sorpresa general Uruguay figura en el sexto lugar y nosotros ocupamos el número 17; no parece prolijo desde aquí pretender dictar cátedra en la materia… negrita/Conclusiones/negrita En el comercio mundial el sector foresto-industrial es más importante que el de que granos y carnes juntas. Mueve 150 mil millones de dólares cada año. La Argentina tiene un gran potencial no aprovechado por desconocimiento de su clase gobernante. La actividad puede ser equiparada a la venta de granos en la Argentina a lo largo de 20 años de continuidad. El Gobierno debe jerarquizarla y no dejarlo dormir en la tercera línea de la SAGPYA, mientras no se cumple con una ley clave como la 25.080. Hoy se está reinvirtiendo fuera de la Argentina, que necesita una planta más de celulosa y varias de papel. Actitudes enojadas y prepotentes porque los capitales se fueron a la otra orilla, reflejan que –así como van nuestras cosas- las empresas líderes seguirán buscando lugares más amigables, con gente mejor informada. Fuentes de consulta: FAO, Foro Económico Mundial para el Medio Ambiente, SAGPYA, Asociación Forestal Argentina cursiva/(*) Ex gobernador de Misiones, ex diputado nacional (UCR), miembro informante de la ley 25.080, ex Cordinador de Política Forestal de la Nación. Empresario maderero/cursiva ricardoba@ecomadera.com.ar