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Recalificación de suelos y plantación intensiva de otras especies

Gobierno define cambios a la ley forestal para aprovechar suelos

El Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) reedificará suelos para estimular una producción agropecuaria integral, abrirá las puertas a la plantación intensiva de nuevas especies y apoyará a toda la cadena forestal, sobre todo, los aserraderos. Hay además inquietud por el informalismo en el sector.

Fuente: ICI. Servicios de información forestal de Uruguay

URUGUAY (30/11/2005).- «Pensamos hacer un esfuerzo mayor en plantar bosques protectores, artificiales, utilizados en el sector ganadero tradicional, pues hay un déficit de árboles con esa finalidad», dijo el ingeniero agrónomo Andrés Berterreche, director de la Dirección General Forestal del MGAP. «Si el proyecto es bueno, se puede plantar cualquier especie, obviamente, siempre demostrando la viabilidad biológica, productiva, económica industrial de la propuesta», declaró. En ese sentido, el funcionario se mostró partidario de apoyar la plantación intensiva de plátanos, ya que sanitariamente evolucionan bien, y su madera es de alta calidad para mueblería y pisos, además de paraísos, acacia blanca y negra y robles, entre otras. -¿Qué superficie abarcan los suelos que promueve la ley forestal de 1987? -La Ley Forestal se aprueba el 28 de diciembre de 1987 y se reglamenta en los años siguientes. Los suelos forestales definidos por esa reglamentación fueron de 3.5 millones de hectáreas, un 20% de la superficie productiva del país. Al día de hoy, de esa superficie, se han plantado 750 mil hectáreas, aunque no sólo en suelos de prioridad forestal. Hay 100 o 150 mil fuera de esos suelos. Esto fue así debido al decreto el 333/90 que establecía que si se plantaba el 60% del suelo forestal se podía extender la plantación a suelos no priorizados. Esto implicó la plantación de suelos en los que se pueden ver los mayores errores desde el punto de vista de planificación territorial. Lo que pretendemos ahora, teniendo en cuenta el dinamismo del sector, es mejorar la calificación de suelos. Posiblemente habrá suelos que ya no sean prioridad. Quedaría, del total, un millón de hectáreas para forestar. Es decir, se podría crecer todavía hasta el doble de la superficie que hoy tenemos, y habría otro millón más de hectáreas que podrían considerarse prioridad si su explotación es mixta, para un mejor aprovechamiento del recurso suelo. -¿Ese millón de hectáreas es improductivo? -No, es superficie destinada a la ganadería, principalmente. No queremos perder ni sustituir un rubro por otro, sino integrarlos. Pensamos hacer un esfuerzo mayor en plantar bosques protectores, artificiales, utilizados en el sector ganadero tradicional, pues hay un déficit de árboles con esa finalidad. Existe un 4% del territorio destinado a plantaciones forestales pero está concentrado en propiedad de grandes empresas forestales, mientras que la presencia de árboles debería rondar entre el 3 y 5% en una explotación agropecuaria tradicional, no sólo con el fin de producir madera sino también para que oficien de cortinas de protección post parición, post esquila… Faltarían entre 200 y 500 mil hectáreas más. -¿Qué especies prevalecen en las 650 mil hectáreas plantadas? -Aproximadamente el 70% está forestado con eucaliptus globulus, una especie exclusivamente pulpera, pero también con eucaliptus grandis que se destina al aserrado, y el resto, el 30%, son pinos. Un informe del BID asegura que estas especies crecen cuatro veces más rápido que en Finlandia. ¿Fue un gran acierto que se haya plantado en Uruguay estas especies? En el momento en que se eligieron fue acertado, porque eran especies relativamente probadas y predecibles. Lo que no fue acertado fue, en muchos casos, el sitio en el que fueron plantadas. Hubo fracasos muy importantes. Plantar eucaliptus globulus al norte del Río Negro, por ejemplo, fue un error porque esta especie tiene necesidad de estar cerca del mar… No puede estar más de 200 km. de la costa. Al día de hoy, justamente, viendo el acierto y el error, esta Unidad Ejecutora debería tener una visión más técnica que jurídica, para basarse más en proyectos bien hechos que en lo que diga la norma. Si el proyecto es bueno, se puede plantar cualquier especie, obviamente, siempre demostrando la viabilidad biológica, productiva, económica industrial de la propuesta. -¿Habrá, entonces, liberalización de especies? -Saldrá todo junto con la nueva recalificación de suelos forestales… La liberalización estará sujeta a la viabilidad del proyecto. Esto no significa que estemos en contra de lo que se planta ahora. Hay empresas que desarrollan híbridos más productivos de manera vegetativa… Las empresas que obtienen nuevos materiales genéticos no pueden incluirlos en un bosque de rendimiento porque está restringido por ley, por tanto, estamos habilitando la inclusión de especies mejoradas… -¿A cuánto asciende la producción que exporta el sector forestal? -Uruguay exporta más de 100 millones de dólares en madera. Venimos con balanzas comerciales superavitarias en el sector en las últimas décadas, pero esto antes era históricamente al revés. Lo que duele es que se importen productos de mayor valor agregado, y duele porque los productos de mayor valor agregado tienen implícito una mayor socialización de la riqueza… En una reunión reciente con integrantes de las gremiales de la segunda y tercera transformación de la madera, supimos que el 80% de la madera utilizada por los carpinteros nacionales es madera importada… -¿Qué madera se importa? -El pino, el abeto Douglas, el pino Oregón, que se importa para hacer persianas… También lapacho, curupay, palo marfil, en general llegados de Brasil, Paraguay y el Norte argentino. -¿Cuál es la situación de los aserraderos? -Es un sector que queremos promover. Estamos haciendo un estudio respecto de los residuos de los aserraderos, aserrín, costaneros, cortezas, para estudiar la posibilidad de producción de energía a partir de ellos, y ese estudio nos servirá a modo de censo. Creemos que existen unos 300 aserraderos en el país, de todo tipo. Creemos que es posible fomentar la creación de aserraderos portátiles como pequeñas inversiones para productores, y aserraderos que atiendan el mercado de exportación. Queremos promocionar este sector porque no nos interesa que Uruguay produzca únicamente celulosa. Si es así, perdemos. -¿Le preocupan cuestiones ambientales en torno a las plantas de celulosa? -No. En todo caso, creo que el problema es económico y social. Siempre hay riesgos ambientales, pero se pueden minimizar si se trabaja con seriedad. Sin embargo, hay que estudiar muy bien cuáles son los impactos sociales y económicos. Si todas las plantaciones se destinan a alimentar una planta de celulosa, entonces, considero que el proyecto forestal perdió. Si las plantas se integran a un modelo más abarcador, en el que se incluyan todas las transformaciones, entonces, ganamos. Todo depende de cómo se maneje esto. A las plantas de celulosa hay que controlarlas, coordinar. Fuente: Diario EL PAIS – Montevideo – URUGUAY –

Fuente: ICI. Servicios de información forestal de Uruguay

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