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Competitividad foresto-industrial bajo presión | Mientras los ingresos crecieron 124% en dólares, los costos estructurales incrementaron hasta 249% y la energía 617% en los últimos dos años

El nuevo mapa económico tras dos años de desregulación y dólar estable coloca al sector al desafío de mayor eficiencia. Así lo define Jonathan von Below, profesional que analizó el desempeño de la cadena de valor durante los primeros 24 meses del nuevo esquema económico nacional basado en precios relativos libres. Los datos exponen cómo se está reconfigurando la matriz de costos, rentabilidad y supervivencia del sector.

 

 Por Patricia Escobar

@argentinaforest

 

MISIONES (10/12/2025).- El sector foresto-industrial argentino atraviesa un punto de inflexión. Así lo detalla un reciente informe sobre “Competitividad del sector foresto-industrial: balance del ciclo económico entre diciembre 2023 y diciembre 2025”, elaborado por el Dr. Ing. Jonathan von Below, ingeniero forestal, docente e investigador- quien analizó el desempeño de la cadena de valor durante los primeros 24 meses del nuevo esquema económico nacional basado en precios relativos libres.

El estudio no mide solo inflación o variación cambiaria: expone cómo se está reconfigurando la matriz de costos, rentabilidad y supervivencia del sector.

El dato más directo y contundente: los ingresos del sector crecieron 124% en dólares, pero los costos estructurales se dispararon hasta 249% y la energía -especialmente la potencia eléctrica- escaló 617%.

El resultado es un quiebre histórico. Se pasó de operar bajo subsidios cruzados que compensaban ineficiencias, a competir en un escenario de mercado puro. “La competitividad ya no depende de esperar una devaluación que devuelva margen, sino de reingeniería interna”, señala el profesional en su informe.

El sector quedó atrapado en una trampa de costos. La Argentina de fines de 2025 es cara en dólares, similar a Uruguay o partes de Europa, pero con infraestructuras y productividad aún en desarrollo.

Atraso cambiario y desalineo exportador: el corazón del problema

Durante 2024, el esquema Dólar Exportador -primero 80/20 y luego 50/50- funcionó como un amortiguador para el sector. Su eliminación en abril de 2025 expuso a la foresto-industria al dólar oficial pleno, con un crawling peg del 2% mensual muy por debajo de la inflación acumulada.

El resultado fue la apreciación real del peso: mientras los precios internos subieron más del 240%, el tipo de cambio apenas acompañó la mitad.

Esto produjo un fenómeno dual:

  • Insumos dolarizados como repuestos e insumos químicos bajaron en términos relativos
  • Mano de obra, energía y servicios locales se encarecieron fuertemente en dólares
  • El país se volvió caro en costos internos, pero sin traducir ese costo en competitividad externa.

En la estructura de costos, se rompe la ecuación en:

1. Mano de obra – Paritarias de fuerte efecto acumulado

El informe detalla que los acuerdos FAIMA / USIMRA llevaron a un incremento del 250%. Gran parte se materializó recién en 2025 cuando las sumas no remunerativas pasaron al básico.
Resultado: costo laboral proyectado en USD 5,2 la hora, por encima de Brasil (USD 3–4/hora).

2. Combustibles – Logística más cara para un sector intensivo en transporte

El gasoil aumentó 230% por la liberalización y la adopción de paridad internacional de precios. Dado que el sector mueve volumen y distancia, el combustible representa 35% del costo logístico total.

3. Materia prima – Un alivio relativo con daños colaterales

La madera en pie subió 185%, por debajo de la inflación. Este alivio esconde un problema mayor: la caída de la construcción y obra pública generó sobreoferta interna, empujando precios a la baja. El ajuste final lo absorbió el productor forestal.

La energía como punto crítico

La Resolución 976/2023 es señalada como el cambio regulatorio con mayor impacto en los números de las industrias electro-intensivas.

Según el informe de Jonathan von Below, se plantea una situación frecuente:

Un aserradero que opera un solo turno pero contrata potencia para tres, paga el triple por unidad producida.

El costo fijo eléctrico pasó del 20% al 40-50% de la factura en plantas con baja ocupación. Un dato que redefine prioridades: antes se gestionaban precio por kWh; hoy la clave es administrar potencia.

Perspectiva 2026: la propuesta para sobrevivir

El cierre del informe no es fatalista, ya que plantea soluciones posibles, siempre que la industria actúe rápido:

1.    Gestión energética inmediata
Reducir potencia contratada si la planta no opera 24/7. Cada kW ocioso es pérdida directa. «Es imperativo auditar la curva de carga. Si la fábrica no opera 24/7, se debe reducir la potencia contratada inmediatamente ante la distribuidora/cooperativa. Cada kW de potencia ociosa es una hemorragia financiera», explica el profesional.

2.    Automatización inteligente
No con grandes inversiones,  sino con mejoras puntuales en clasificación,  apilado y velocidad operativa. «Ante el encarecimiento de la mano de obra en dólares (+250%), las inversiones deben volcarse a automatización de procesos básicos (apiladores, clasificadores) para aumentar los m³ producidos por operario», recomienda.

3.    Exportar solo con valor agregado
Con este tipo de cambio, commodities madereras no son negocio. La salida viable está en exportación de productos: molduras, muebles, componentes y procesos con diseño incorporado.

La conclusión es dura pero precisa: la foresto-industria ya no compite por precio, sino por eficiencia.

Argentina se volvió un país caro en dólares, similar a Uruguay o Europa, pero con menor infraestructura y productividad. La rentabilidad ya no se recuperará esperando un shock cambiario. Hoy la diferencia la hace quién produce más con menos.

El sector entró en una nueva etapa, la de enfrentar la competitividad real. Y el desafío recién empieza.

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