Misiones | Linor SRL, histórico aserradero de Azara, atraviesa sus horas más difíciles, acorralado por deudas millonarias y recesión económica en el país

La industria maderera Linor SRL, una empresa de impacto para la economía maderera de Azara, Apóstoles, enfrenta un final de año crítico. Más de 130 familias dependen de su continuidad y el propietario se encuentra acorralado por deudas millonarias, caída del consumo y una demanda en retroceso que complica su continuidad. Con el ARCA debe enfrentar una demanda por 500 millones de pesos.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

 

MISIONES (2/12/2025).- La imagen de los camiones entrando y saliendo del predio de Linor SRL, una escena habitual durante dos décadas, hoy está en riesgo de continuar movilizando la economía local. La empresa maderera fundada por Juan Carlos Lorenzo – en sociedad con Norberto Arhndt hace más de 20 años- atraviesa una de sus peores crisis en su historia empresarial.

La empresa es reconocida por la producción de pallets -base de madera para transportar alimentos o almacenar mercaderías para exportación-  y servicios logísticos.

Desde 2024 los números dejaron de cerrar y, en 2025, la situación llegó a un punto límite: la firma hizo esfuerzos para mantener la marcha de su planta de pallets, pero el derrumbe de la demanda interna y el encarecimiento de los costos energéticos y operativos profundizó la crisis económica de la industria maderera.

Pese a ser una proveedora para gigantes como Loma Negra, Arcor, Ledesma, Quilmes, Papel Misionero y otras industrias nacionales, la industria maderera Linor no logró sostener el ritmo. Hoy acumula deudas que la empujan a un escenario de quiebra inminente, despidos, conflictos y un futuro incierto para la comunidad.

 

Deudas acumuladas y cuentas judicializadas

El golpe más fuerte provino de ARCA: Más de 500 millones de pesos reclamados y ya en proceso de ejecución. AFIP judicializó la deuda fiscal con Linor y no habría posibilidad de acuerdo de pago, lo que acorrala al empresario hacia la declaración de quiebra.

A esto se suma una pesada mora con el SOIMP, el sindicato de obreros de la madera de Posadas con jurisdicción en la zona sur. “Linor siempre pagó con atrasos los servicios sociales, pero nunca dejamos de asistir a sus trabajadores desde el sindicato. La situación es crítica y estamos acompañando para sostener la fuente laboral”, explicó Agustín Báez, representante del gremio, en diálogo con ArgentinaForestal.com.

 

Despidos, denuncias y un clima de tensión

La semana pasada, la fábrica redujo personal temporario. Habrían desvinculado a 38 operarios del aserradero por la baja en la producción para la temporada estacional, aunque trascendió que luego reincorporó a 10.

Se trata de trabajadores que no estaban registrados formalmente y se empleaban “a demanda”.

Este martes, el panorama cambió y el aserradero enfrenta horas decisivas sobre su continuidad. La decisión del empresario es continuar trabajando, pero deberá regularizar las deudas que afronta en varias frentes.

Ante la amenaza de quiebra, un grupo de trabajadores se presentó ante el Ministerio de Trabajo de la provincia para denunciar su situación y reclamar que se les garantice lo que les corresponde por ley.

La informalidad expuso una contradicción dolorosa para el sector: la industria que se enorgullece de generar empleo también depende, cada vez más, de mano de obra precarizada.

Dentro de la planta industrial, las tensiones se hicieron sentir. El jueves pasado, los trabajadores realizaron una asamblea en alerta por pagos demorados. Hubo quienes impulsaron medidas de fuerza. Delegados y el gremio intervinieron para frenar la escalada hacia un paro de actividades y priorizar la negociación hacia un acuerdo que permitan sobrellevar la crisis.

Una fábrica que moviliza la economía de Azara

Linor SRL emplea a 130 trabajadores directos y moviliza buena parte de la economía de Azara. Sus tres aserraderos, la línea de pallets y tarimas, los sectores de remanufactura, calderas, mantenimiento y afiladores sostienen un flujo de actividad que se resintió brutalmente en los últimos meses.

La demanda nacional cayó, varios clientes suspendieron órdenes de compra y hay expectativas de exportación pero recién se estima para febrero de 2026. En ese contexto, los costos de producción se dispararon. Y el panorama para el cierre del año para la familia maderera de Linor es desolador.

“Hay un parate en el consumo, no hay obras de construcción en marcha en el último año, y varias PyMEs madereras están pidiendo acuerdos para pagar aguinaldos en cuotas”, describió Báez. Entre ellas mencionó a Aserradero Sauer, Puerta de Misiones, Valerio Oliva e Indumar, entre otras nucleadas en APICOFOM.

 

Horas decisivas para el futuro de Linor 

El propio Lorenzo había proyectado una pausa estacional -típica entre diciembre y febrero en el sector- para luego retomar la producción en 2026. Con la ejecución de ARCA y la judicialización de las deudas, ese plan quedó en jaque.

Hoy la empresa estaba saliendo de un segundo concurso preventivo de crisis. La posibilidad de declarar la quiebra aparece ante la judicialización de ARCA –AFIP como una posible salida para ordenar las obligaciones impagas, pero implicaría un golpe devastador para trabajadores y proveedores de la zona.

La comunidad de Azara mira con preocupación el posible final de uno de sus motores económicos. Para muchas familias, el aserradero no es solo una fuente de ingreso: es identidad, continuidad y arraigo.

La esperanza, por ahora, está puesta en que se logren acuerdos institucionales y que la comunicación entre empresa y trabajadores permita un cierre de año previsible, con pagos de salarios garantizados y claridad sobre el futuro.

“Sabemos que viene un fin de año complejo. Si los acuerdos se cumplen por parte de los empleadores y los trabajadores acompañan, podemos transitar este momento”, comentó Báez.

“La empresa tiene deudas, pero sigue funcionando y sosteniendo actividad, aunque con márgenes muy ajustados”.

El futuro inmediato de Linor SRL se definirá en las próximas semanas. Y con él, el destino de más de 130 familias y de una localidad entera que depende del pulso de su industria forestal.

 

La traba administrativa que aceleró la caída

Una alta fuente del sector empresario aportó contexto sobre la crisis que atraviesa LINOR SRL y describió un cuadro donde la burocracia terminó profundizando el deterioro financiero.

“Se había logrado un plan con la Dirección General de Rentas de la provincia, pero desde ARCA–AFIP no le liberaron el CUIT. La demora fue excesiva y agravó la situación. Hoy la empresa está bloqueada para operar y la deuda quedó judicializada por AFIP”, señaló.

Según la misma fuente, la situación podría haberse encaminado si se hubiesen articulado a tiempo los mecanismos interinstitucionales. “Hay que superar estos nudos burocráticos, sobre todo en casos puntuales de empresas que tienen posibilidad real de pagar sus deudas y seguir funcionando. Es imprescindible que Gobierno, empresas, organismos y gremios coordinen criterios, unifiquen planes, bajen tasas y acuerden esquemas posibles. Los profesionales -abogados, contadores- también deben afinar el lápiz y ser más flexibles. La solución no es bloquear cuentas”, afirmó.

El diagnóstico es claro: Lorenzo podría afrontar parte de sus compromisos con ARCA con un pago inicial de 40 millones de pesos. Aunque no es sencillo reunir ese monto, las fuentes señalan que el empresario está dispuesto a cumplirlo para estabilizar la firma, normalizar operaciones y sostener la atención a sus clientes, con la expectativa de retomar el camino exportador en 2026.

Mientras tanto, la empresa enfrenta intimaciones de corte de energía, deudas por aportes de obra social y créditos tomados a tasas altísimas, en un escenario de derrumbe de ventas que impide cubrir los costos más básicos y operativos.

“Tiene la voluntad y la capacidad productiva para responder tanto a sus clientes nacionales como a los mercados externos. Lo que se necesita es que AFIP desbloquee las cuentas, al menos hasta el primer semestre de 2026, para que pueda ir cumpliendo sus compromisos”, insistió la fuente consultada.

El caso de Juan Carlos Lorenzo vuelve a encender las alarmas sobre la necesidad de respuestas coordinadas en el actual contexto de crisis de mercado. “En este contexto, todos los organismos deben ayudar a que la industria siga en pie. No se puede dejar caer a empresas que todavía tienen capacidad de recuperación. Hay que desburocratizar y atender casos puntuales como Linor”, señalan madereros colegas.

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