Cumbre de Líderes en la COP30 | Declaración de Belém sobre la lucha contra el racismo ambiental

Adoptada el 7 de noviembre de 2025, durante la Cumbre del Clima de Belém (COP30), la Declaración de Belém sobre la Lucha contra el Racismo Ambiental busca fomentar el diálogo internacional sobre la intersección entre la igualdad racial, el medio ambiente y el clima, reforzando la dimensión de los derechos humanos, particularmente la justicia social, en las políticas internacionales sobre estos temas.

 

BRASIL (7/11/2025).- El texto reconoce que la crisis ecológica mundial es también una crisis de justicia racial. Propone la construcción de una agenda de cooperación en defensa de una mayor equidad y solidaridad entre las naciones y la superación de las desigualdades históricas que afectan el acceso a los recursos, las oportunidades y los beneficios ambientales.

El documento forma parte de la estrategia de Brasil para ampliar el alcance de las agendas de igualdad y desarrollo sostenible, reflejada en el lanzamiento, durante la presidencia brasileña del G20, del 18.º Objetivo de Desarrollo Sostenible, de carácter voluntario, sobre la Promoción de la Igualdad Étnico-Racial, reforzando así el compromiso con la Agenda 2030. El texto, que estará abierto a ratificaciones durante la COP, ya cuenta con el respaldo de países de América Latina, África, Asia y Oceanía.

Recordando los compromisos asumidos en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París adoptado bajo sus auspicios, de respetar, promover y tener en cuenta los derechos humanos, los derechos de los pueblos indígenas, la igualdad de género, la equidad intergeneracional y las necesidades de las personas vulnerables en la acción climática;

Reconociendo que los patrones históricos y persistentes de discriminación, el acceso desigual a los procesos de toma de decisiones nacionales e internacionales y los legados del colonialismo contribuyen a una exposición diferenciada a la contaminación, los riesgos climáticos y la pérdida de la naturaleza, así como a desigualdades en el acceso a la tecnología y los servicios;

Reconociendo que el racismo ambiental —a menudo manifestado por políticas y prácticas que resultan en una exposición desproporcionada de individuos y comunidades, incluyendo personas de ascendencia africana, pueblos indígenas y comunidades locales, a daños ambientales y riesgos climáticos— contraviene los principios de igualdad y no discriminación consagrados en el derecho internacional de los derechos humanos, al tiempo que se reconoce el compromiso y los progresos realizados por los Estados para abordar este problema;

Destacando que la crisis ecológica mundial es también una crisis de justicia racial;

Observando con preocupación que muchas comunidades en la primera línea de las crisis ambientales y climáticas sufren de manera desproporcionada pérdidas y daños relacionados con el clima que afectan su cultura, patrimonio, salud, medios de subsistencia y ecosistemas;

Hacemos un llamado a todas las naciones para que cooperen en la tarea esencial de combatir el racismo ambiental, reconociendo que el desarrollo sostenible solo se logrará cuando se eliminen las desigualdades que afectan de manera desproporcionada a las personas de ascendencia africana, los pueblos indígenas, las comunidades tradicionales y otros grupos vulnerables y minorías en todas las regiones del mundo.

Hacemos hincapié en que la erradicación de la pobreza en todas sus dimensiones, la promoción de la igualdad étnica y racial y la protección del medio ambiente son dimensiones interconectadas e indispensables del desarrollo sostenible y deben guiar su implementación, de acuerdo con el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.

Invitamos a todos los Estados a reforzar los esfuerzos colectivos encaminados a construir sociedades justas e inclusivas combatiendo el racismo ambiental, garantizando la plena participación de las personas afrodescendientes, los pueblos indígenas y las comunidades locales, y elevando progresivamente la ambición colectiva para reducir las disparidades en los niveles de vida y satisfacer mejor las necesidades de la mayoría de la población mundial.

Endosos hasta el 7 de noviembre: Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador, China, Camboya, Papúa Nueva Guinea, República de Guinea, Liberia, Gabón, Mozambique, Sudán del Sur, Marruecos, Santo Tomé y Príncipe, México, Sudáfrica, Venezuela, Bolivia, Surinam

 

 

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