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COP30 | La Cumbre de Líderes cerró con la Declaración de Belém que impulsa la lucha contra el racismo ambiental y abre un nuevo capítulo en la justicia climática global

La declaración busca fomentar el diálogo internacional sobre la intersección entre la igualdad racial, el medio ambiente y el clima, reforzando la dimensión de los derechos humanos, particularmente la justicia social, en las políticas internacionales sobre estos temas.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

Fotos: Gentileza COP30 de Belém

 

BRASIL (9/11/2025).- La Cumbre de Líderes previa a la COP30 concluyó con la Declaración de Belém sobre la Lucha contra el Racismo Ambiental, el primer acuerdo internacional que vincula formalmente justicia racial y acción climática.

El documento reconoce los impactos desproporcionados de la crisis climática sobre pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades locales, y prepara el terreno para una futura resolución de la ONU.

Belém do Pará fue escenario de una cumbre marcada por tensiones políticas, expectativas ambientales y la urgencia de avanzar hacia compromisos climáticos más ambiciosos. Aunque el predio todavía está “en construcción”, la ciudad mostró entusiasmo por recibir a la COP30, en un contexto donde las negociaciones se anticipan complejas.

Una declaración histórica

La Declaración de Belém reconoce al racismo ambiental como un problema global profundamente ligado al colonialismo y a desigualdades estructurales.

El texto insta a los Estados a adoptar medidas para enfrentar los impactos de la crisis climática y la contaminación en comunidades vulneradas, integrando justicia racial y justicia ambiental como pilares inseparables del desarrollo sostenible.

“Este es un hito político y simbólico fundamental”, afirmó Mariana Belmont, asesora de Clima y Racismo Ambiental de Geledés – Instituto de la Mujer Negra.

“La crisis climática es también una crisis de justicia racial. La transición debe ser justa, inclusiva, feminista y antirracista para que nadie quede atrás”, agregó .

El texto reconoce que la crisis ecológica mundial es también una crisis de justicia racial. Propone la construcción de una agenda de cooperación en defensa de una mayor equidad y solidaridad entre las naciones y la superación de las desigualdades históricas que afectan el acceso a los recursos, las oportunidades y los beneficios ambientales.

El documento forma parte de la estrategia de Brasil para ampliar el alcance de las agendas de igualdad y desarrollo sostenible, reflejada en el lanzamiento, durante la presidencia brasileña del G20, del 18.º Objetivo de Desarrollo Sostenible, de carácter voluntario, sobre la Promoción de la Igualdad Étnico-Racial, reforzando así el compromiso con la Agenda 2030. El texto, que estará abierto a ratificaciones durante la COP, ya cuenta con el respaldo de países de América Latina, África, Asia y Oceanía.

Leer más:

Texto completo de la Declaración de Belém sobre la Lucha contra el Racismo Ambiental

Cumbre marcada por la falta de liderazgo regional

En total, 57 líderes mundiales asistieron al encuentro del 6 y 7 de noviembre. La representación latinoamericana fue limitada: estuvieron presentes los presidentes Gabriel Boric (Chile) y Gustavo Petro (Colombia), mientras que México envió anuncios clave pero no participó presencialmente. Su gobierno aprobó por unanimidad la nueva NDC 3.0, con metas absolutas de mitigación y la incorporación de un eje sobre conflictos socioambientales.

Argentina, por su parte, no tuvo presencia en la Cumbre de Líderes. Aunque presentará su nueva NDC durante la COP30, su rol permanece incierto y podría repetirse el retiro anticipado que ocurrió el año pasado.

Leer más: 

COP30 | Argentina presenta su nueva NDC y reconoce el papel de los mercados de carbono como herramienta para alcanzar sus metas climáticas

Discursos en un clima de tensión

La apertura estuvo marcada por advertencias directas. António Guterres cuestionó a las corporaciones que “obtienen ganancias récord a costa de la devastación climática”, mientras que Luiz Inácio Lula da Silva llamó a superar la desconexión entre diplomacia y realidad, y entre geopolítica y urgencia climática.

El presidente colombiano Gustavo Petro reforzó su postura de abandonar por completo los combustibles fósiles: “La economía descarbonizada es la economía de la vida”.

 

Iniciativas clave: metano, bosques y financiamiento

Entre los avances concretos se destacaron:

  • Propuesta de Barbados para un pacto legalmente vinculante que reduzca las emisiones de metano, un gas 84 veces más potente que el CO₂ en un plazo de 20 años.

 

  • Lanzamiento del Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), con más de 5.500 millones de dólares iniciales aportados por Noruega, Brasil, Indonesia y Francia.

 

  • Hoja de ruta Bakú–Belém, que plantea movilizar al menos 1,3 billones de dólares en financiamiento climático para 2035, aunque observadores advierten riesgo de que quede solo como un informe más.

Presencia asegurada: el lobby fósil

Una investigación de The Guardian anticipa que la COP30 también estará atravesada por la fuerte presencia del lobby de combustibles fósiles: más de 5.350 cabilderos accedieron a las cumbres de la ONU entre 2021 y 2024, representando a empresas responsables de más de la mitad de la producción mundial de petróleo y gas.

La Organización Meteorológica Mundial informó que 2025 será probablemente uno de los años más cálidos jamás registrados, y advirtió que superar temporalmente los 1,5°C es casi inevitable sin acciones drásticas e inmediatas.

De acuerdo con Climate Analytics, el límite más bajo alcanzable por los líderes es 1,7°C, aunque aún es posible retornar a 1,5°C si se acelera la mitigación.

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