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USIMRA y FAIMA sin acuerdo en inicio de paritarias: creciente tensión en la industria de la madera por salarios

Tras la nueva mesa de negociación frustrada este viernes, fuentes gremiales marcaron la postura «mezquina e insensible” de los representantes de FAIMA que buscan «congelar los salarios hasta 2026». Sin avances en la negociación y con un clima de tensión latente, el conflicto amenaza con profundizar la crisis social del sector ante el quiebre del diálogo entre empresas y gremio maderero.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

 

BUENOS AIRES (1/11/2025).- La nueva mesa de negociación de paritaria entre representantes de la Unión de Sindicatos de la Industria Maderera de la República Argentina (USIMRA) y la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) terminó este viernes sin acuerdo ni fecha prevista para continuar la mesa de diálogo.

El encuentro virtual, que debía marcar el inicio de una negociación salarial en medio de un escenario económico incierto, concluyó en un clima de fuerte tensión y disconformidades por ambas partes.

Desde USIMRA calificaron la postura empresaria como “insensible” y carente de argumentos económicos sólidos que justifiquen la negativa a otorgar aumentos que consideran necesarios.

En contraste, los representantes de FAIMA insistieron en la necesidad de “sostener la actividad y el empleo” ante un contexto macroeconómico que describen como crítico, apelando nuevamente ante las autoridades de gobierno a reclamos de beneficios fiscales y otras medidas para hacer frente a los costos y mantener la producción.

Sin embargo, según trascendió de fuentes sindicales, la postura empresaria habría incluido el congelamiento de los salarios hasta 2026, una medida considerada “inadmisible” por los trabajadores.

Una negociación trabada en medio de la incertidumbre

Según información a la que accedió ArgentinaForestal.com, los paritarios de USIMRA habrían propuesto en la reunión un reajuste del 2% para octubre, en línea con el acuerdo cerrado en junio, y la aplicación de ajustes mensuales conforme a la inflación hacia 2026.

En junio del corriente año fue el último acuerdo firmado y vigente en el marco del Convenio Colectivo de Trabajo 335/75, que abarca a las ramas de “Muebles, Aberturas, Carpinterías, Manufacturas de Maderas y Afines”, Maderas Terciadas, Aserraderos, Envases y Afines, y Aglomerados.

Pero la discusión se empantanó cuando FAIMA pidió excluir a la rama Aserraderos de los aumentos previstos para noviembre y diciembre, argumentando que atraviesa una situación particularmente crítica. “Plantearon aumento cero, y a la espera de una mejora del mercado”, señalaron desde el sector sindical.

Los representantes de USIMRA expresaron su indignación por lo que consideran una falta de empatía y de comprensión de la realidad social que atraviesan los trabajadores.

“La crisis la soportamos todos, pero los trabajadores vienen haciendo el mayor esfuerzo, resignando ingresos y sosteniendo la producción para la empresa. La realidad es que no les importa la gente, solo los números”, apuntaron fuentes gremiales.

Desde el sindicato remarcaron además que, pese a las advertencias empresarias sobre la supuesta crisis del sector, en la reunión no se informaron de nuevas presentaciones de procedimientos preventivos de crisis ante el ministerio de Trabajo, reducciones horarias ni suspensiones de personal en las empresas nucleadas en FAIMA en lo que va del año. “Se sigue trabajando, lo que demuestra que la situación no es tan grave como la describen”, afirmaron.

 

Un diálogo quebrado y un conflicto con posible escala

El encuentro concluyó sin avances y con un quiebre en el diálogo entre ambas partes. Ante la consulta del medio, los dirigentes de USIMRA adelantaron que emitirán en las próximas horas un comunicado nacional en rechazo a la “mezquina, insensible y miserable actitud” de los empresarios madereros, y no descartan medidas gremiales si de no revertir esta postura.

Mientras tanto, en un contexto de inflación persistente, caída del poder adquisitivo y parálisis del consumo interno, se abre un nuevo frente de conflicto que amenaza con agravar la delicada situación social del sector foresto-industrial argentino.

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